Una investigación realizada por científicos del Instituto Médico Howard Hughes de Estados Unidos y publicada en la revista Neuron ha permitido identificar un grupo de neuronas que hacen posible que los mosquitos descubran y saboreen la sangre. Según un comunicado, el descubrimiento permitirá avanzar en nuevas estrategias para reducir el riesgo de propagación de las distintas enfermedades que transmiten estos insectos.
Únicamente los mosquitos hembra se alimentan de sangre humana, porque la requieren para desarrollar sus huevos. Sin embargo, alrededor de medio millón de personas pierde la vida cada año debido a enfermedades transmitidas por los mosquitos en todo el mundo, como por ejemplo el dengue o la malaria. Nuevos conocimientos sobre la actividad neuronal relacionada con la atracción que sienten los mosquitos por la sangre facilitará el desarrollo de herramientas de prevención de estas enfermedades.
Los especialistas ya conocían los afilados sentidos de los mosquitos para detectar diferentes sustancias. Por ejemplo, en investigaciones anteriores habían descubierto que disponen de sensores en sus extremidades para detectar repelentes, como así también un receptor de olor que los ayuda a distinguir si sus “presas” son seres humanos o no. Ahora, el equipo conducido por Leslie Vosshall ha decidido avanzar un poco más.
Empleando una innovadora tecnología de reconocimiento de imágenes, los investigadores fueron capaces de observar los gustos alimenticios de los mosquitos y las dinámicas neuronales que tienen lugar en el estilete en forma de jeringa que usan para extraer sangre. Utilizaron insectos modificados genéticamente, incorporando marcadores que hicieron evidente la actividad de las neuronas relacionadas en forma directa con el gusto por la sangre.
Neuronas que se activan al reconocer sangre
Las hembras de los mosquitos Aedes aegypti tienen la capacidad de distinguir entre los sabores azucarados del néctar que consumen en la mayor parte de su dieta y la sangre que necesitan al momento de desarrollar sus huevos para reproducirse. Teniendo en cuenta esta habilidad, los científicos diseñaron un experimento que permitió crear las condiciones requeridas para observar la actividad de las neuronas.
Facilitaron a los insectos una mezcla de cuatro sustancias: glucosa, cloruro de sodio, bicarbonato de sodio y trifosfato de adenosina o ATP, con el propósito de “engañar” a los mosquitos. Bajo estas condiciones, lograron confirmar que un subconjunto específico de neuronas que los insectos poseen en su estilete se activa únicamente con la sangre humana o con la mezcla aplicada, no así con los alimentos azucarados de consumo habitual.
Aunque es muy complejo trasladar a una experiencia humana el gusto que perciben los mosquitos al momento de consumir sangre, los investigadores lo definen como una extraña mezcla de sabores dulces y salados. Según Vosshall, “es imposible describir la forma en que una abeja ve una flor en tonos ultravioleta invisibles para el ojo humano o la manera en que un murciélago advierte ondas sonoras imperceptibles para nosotros. Algo similar sucede en este caso”, indicó.
Soluciones para enfermedades complejas
Los hallazgos de estos investigadores hacen posible descubrir al detalle la especial adaptación que posee el mosquito hembra para encontrar sangre y para utilizarla con un propósito específico. Avanzar en la comprensión de los sentidos de los mosquitos simplificará el trabajo para crear nuevas formas de evitar que piquen al ser humano y propaguen enfermedades potencialmente mortales.
Por ejemplo, los científicos creen que será posible en un futuro cercano contar con un fármaco en forma de comprimido que interfiera con el gusto de los mosquitos por la sangre. Este medicamento se podrá consumir al momento de viajar hacia las regiones del planeta con mayor incidencia de enfermedades propagadas por la picadura de estos insectos.
Referencia
Sensory discrimination of blood and floral nectar by Aedes aegypti mosquitoes. Leslie Vosshall, Veronica Jové et al. Neuron (2020).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2020.09.019
Foto: 41330. Pixabay.
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