Investigadores de la Universidad de Duke han podido determinar que los olores crean imágenes en el cerebro y han visualizado estas imágenes generadas en ratones de laboratorio.
Las imágenes se fabrican como parte del proceso para analizar las informaciones transmitidas por el olfato y para tomar decisiones, como las relativas a la elección de pareja sexual.
Es la primera vez que se consiguen visualizar informaciones transmitidas al cerebro a partir del olfato. La técnica empleada se basa en fotografiar el bulbo olfativo cuando es estimulado por un olor específico, feromonas en el caso de esta investigación.
Nunca se había conseguido este resultado porque esta zona del cerebro sólo se activa cuando los individuos están despiertos y explorando el entorno. Por otro lado, sorprende que una información carente de luz y de forma pueda generar una imagen.
Microelectrodos
Para ello, los investigadores implantaron tres microelectrodos en determinadas zonas del cerebro de los ratones del experimento, registrando así las respuestas de cada neurona a las diferentes feromonas.
A continuación, introdujeron sucesivamente diversos ratones en una misma caja para analizar las respuestas cerebrales de esta interacción entre diferentes individuos.
Comprobaron que las neuronas reaccionaban de diferente forma a las feromonas desprendidas por cada individuo, generando una “imagen feromonal” según su rango y sexo, así como que la cabeza era la que desprendía más feromonas.
De esta forma, consiguieron reunir el equivalente a la huella digital dejada por cada olor en el cerebro, una imagen que los humanos, al igual que los ratones, usamos para reaccionar a una señal olfatoria.
Cuestión de feromonas
El equipo del profesor M. Katz estudió específicamente el efecto de las feromonas en el cerebro. Aunque se desconoce exactamente el papel que desempeñan en la especie humana, para las especies animales las feromonas son sustancias que contienen información sobre el estado social de otro miembro de la especie o sobre su ciclo reproductivo.
La investigación descubrió que el sistema feromonal de los ratones incluye neuronas especializadas que se combinan para crear una especie de imagen química de los otros animales, lo que podría ser el equivalente en los roedores del reconocimiento de la cara entre los primates y los humanos.
En los primates, hay neuronas llamadas células del rostro que son seleccionadas para distinguir atributos y rasgos de particular importancia tales como los ojos o la boca. Y como éstas, las neuronas selectivas de las feromonas pueden encontrar una respuesta específica de combinación de rasgos.
En el caso de los ratones, estas señales son percibidas a través de un sistema olfatorio auxiliar (AOB), completamente diferente del principal. Este sistema especializado en percibir y analizar las feromonas era hasta ahora casi desconocido y ha sido por ello el objeto de la investigación de la Universidad de Duke.
Última caja negra
Los trabajos revelan que las neuronas de este sistema olfativo están especializadas en leer las feromonas y en decodificar la identidad de otro ratón, estableciendo su sexo y rango social, lo que les permite elegir mejor sus parejas o grupos.
La visualización de las imágenes cerebrales generadas por estos procesos proporciona información muy valiosa sobre la receptividad sexual de las hembras y la jerarquía de dominación entre los machos.
Los autores comparan su descubrimiento con la apertura de una de las últimas cajas negras del cerebro, y también con la grabación de los músculos de las alas de un ave cuando vuela.
Una amplia gama de mamíferos, desde el ratón hasta el elefante, posee este ‘sexto sentido’ para detectar las feromonas. Estos agentes químicos son detectados inicialmente a través de un órgano sensitivo y especializado, llamado vomeronasal, que se localiza en la cavidad nasal, y donde se activan receptores químicos similares a los usados en el olfato y el gusto.
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