El comportamiento melódico de algunos pájaros cantores es similar al de los músicos humanos. Esa es la conclusión presentada en un artículo publicado por un equipo internacional de investigadores, entre ellos David Rothenberg, profesor de filosofía y música en el Departamento de Humanidades del Instituto Tecnológico de Nueva Jersey (NIJT, EE.UU.), tal como se informa en un comunicado.
También han participado la City University of New York (CUNY), la Universidad Libre de Berlín (Alemania) y la Universidad de Macquarie (Australia).
El artículo se ha publicado en Royal Society Open Science, de la Real Sociedad de Londres para la Mejora del Conocimiento sobre la Naturaleza.
El verdugo gorginegro de varios colores, una especie muy musical, proporcionó una gran cantidad de datos interesantes para el análisis de Eathan Janney, doctorando del Departamento de Psicología en el Hunter College de CUNY.
Janney basa su análisis en años de datos recogidos y analizados también por la violinista y biomusicóloga Hollis Taylor, de la Universidad de Macquarie, que había publicado con anterioridad análisis muy detallados de canciones de este pájaro.
«Dado que las canciones de esta ave comparten muchos puntos en común con la música humana», dice Taylor, «esta especie posiblemente podría revolucionar nuestra forma de pensar sobre los valores fundamentales de la música.»
En el pasado, las afirmaciones de que los principios musicales son parte integral de los pájaros se han visto en gran medida con escepticismo y se consideraban una ilusión. Sin embargo, el extenso análisis estadístico y objetivo del nuevo trabajo demuestra que cuanto más complejo es el repertorio de un pájaro, mejor lleva este el ritmo, y mejor interactúa con otras aves que los que saben menos canciones.
El vídeo que acompaña esta noticia incluye una muestra de un solo del verdugo, así como otra canción de esta especie y de la urraca canora.
El co-autor Ofer Tchernichovski, profesor en el Departamento de Psicología de Hunter College, apunta que los verdugos «equilibran su rendimiento para mantenerlo en un punto óptimo entre el aburrimiento y la confusión.»
Constance Scharff, co-autora que dirige el laboratorio de comportamiento animal en la Universidad Libre de Berlín, dice que los verdugos gorginegros, «de forma no muy distinta de los músicos de jazz, juegan con sus canciones, equilibrando repetición y variación.»
Este hallazgo sugiere que tal virtuosismo musical puede significar algo más que la evolución de una manera de establecer el dominio territorial y facilitar el apareamiento. También puede ser una prueba de que la habilidad musical de las aves es precursora de la evolución de las múltiples dimensiones de la habilidad musical en los seres humanos.
Multidisciplinar
El artículo es el producto de una investigación multidisciplinar, relaizada por biólogos, neurólogos, músicos e ingenieros, entre ellos el co-autor Lucas C. Parra, miembro del Departamento de Ingeniería Biomédica de CUNY.
Rothenberg dice: «La ciencia y la música pueden tener diferentes criterios de lo que es la verdad, pero a veces es necesario ponerlos juntos para dar sentido a las bellas actuaciones que encontramos en la naturaleza.»
El investigador, que toca el clarinete y el saxofón, ha estudiado también las ballenas y las cigarras, y su relación con la música.
Referencia bibliográfica:
Eathan Janney, Hollis Taylor, Constance Scharff, David Rothenberg, Lucas C. Parra, Ofer Tchernichovski: Temporal regularity increases with repertoire complexity in the Australian pied butcherbird’s song. Royal Society Open Science (2016). DOI: 10.1098/rsos.160357
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