Investigadores de la Universidad Estatal de Tomsk (Rusia) y de la Nueva Universidad Búlgara (Sofía) afirman que los pensamientos humanos son capaces de materializar un objeto. Han publicado los resultados de sus experimentos en la revista Cognitive Processing.
¿Cómo influye el lenguaje en la percepción del espacio de una persona y sobre todo de aquellos que están familiarizados con las dimensiones básicas «arriba-abajo», «derecha-izquierda», que nos rodean desde el nacimiento hasta la muerte? Los científicos basaron su investigación en la idea de la denominada estimulación mental, con el fin de mostrar que el pensamiento humano es material.
«Queríamos comprobar si el significado de las palabras puede influir en la simulación mental, es decir, lo que ayuda a predecir el posible escenario de una situación, para entenderla y sentirla mejor. En nuestro experimento pedimos recordar la ubicación del punto en el que escribimos las palabras «arriba» o «abajo», explica la investigadora Oksana Tsaregorodtseva, de Tomsk, en la nota de prensa recogida por EurekAlert!
Los resultados indican que leer palabras activa la parte del espacio denotada por estas palabras, incluso si en ese momento la persona se centra en otro proceso, por ejemplo, la memorización del punto de ubicación. Una palabra es capaz de potenciar la sensación de realidad del objeto en el espacio, a pesar de que no haya ningún objeto ni palabra.
Datos recientes muestran que la simulación mental no es muy diferente de la situación real, en términos de la percepción de nuestro cerebro. Para el cerebro la situación real y su simulación es un solo evento.
Experimentos
Experimentos recientes llevados a cabo por científicos europeos sugieren que el mero intento de recordar la posición espacial de un punto de la pantalla puede afectar a la trayectoria de nuestra vista.
Por ejemplo, si uno memoriza la posición del punto en la esquina superior izquierda de la pantalla, y luego se le pide que mire a una pantalla en blanco, la trayectoria de su mirada se centra en el lado opuesto del punto.
Este efecto se explica por la simulación mental: mientras que la persona sostiene la posición del punto en su memoria de trabajo, ésta es tan activa que obliga a la persona a «dar una vuelta» por ese lugar -como si hubiera algo allí. La palabra, siendo algo inherentemente intangible y abstracto, se comporta sin embargo como una cosa material que refuerza la sensación de un objeto real en el espacio.
Los científicos señalan que el estudio se encuentra en su etapa inicial, pero se puede ver una mayor aplicación de los resultados en la neuropsicología, por ejemplo, para ayudar a las personas con alteración de la percepción espacial.
Referencia bibliográfica:
A. Janyan, I. Vankov, O. Tsaregorodtseva y A. Miklashevsky: Remember down, look down, read up: Does a word modulate eye trajectory away from remembered location?. Cognitive Processing (2015). DOI: 10.1007/s10339-015-0718-5.
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