En un futuro, aseguran los expertos, los coches sin conductor formarán parte del tráfico corriente de las ciudades, aumentando la seguridad humana, protegiendo el medioambiente y transformando el paisaje urbano en general.
También serán autónomos los taxis, esperan los especialistas. Un estudio reciente, realizado por científicos del Lawrence Berkeley National Laboratory (Berkeley Lab) de EEUU, ha demostrado que las flotas de vehículos destinadas a este servicio supondrían grandes beneficios económicos y ecológicos, pues reducirían considerablemente las emisiones por milla de gases de efecto invernadero (GEI) y el gasto energético.
El análisis encontró, más concretamente, que las emisiones de cada taxi autónomo serían entre un 63 y un 82% menores que las de un vehículo híbrido, y un 90% menores que las de un vehículo con motor de gasolina.
Taxis ‘en miniatura’
¿Cómo se conseguiría este ahorro energético? Los investigadores del Berkeley Lab, Jeffery Greenblatt y Samveg Saxena, explican en un comunicado de dicho laboratorio que se lograría de varias maneras.
En primer lugar, reduciendo el tamaño de los vehículos para hacerlos de solo una o dos plazas, pues, según Greenblatt y Saxena, la mayoría de los viajes en taxi son realizados por una o dos personas. Esta reducción conllevaría un “consumo de energía reducido y también una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero», aseguran.
Otro factor que contribuiría a reducir las emisiones contaminantes de los taxis autónomos sería una red eléctrica más limpia. Para el año 2030, se espera que las plantas de energía utilicen más energías renovables y emitan menos contaminación, es decir, que se reduzcan las emisiones de GEI derivadas de la generación de electricidad.
Este dato lo respalda un reciente informe de la auditora y consultora internacional PwC realizado entre directivos de 70 compañías eléctricas de 50 países. La principal conclusión del trabajo fue que la mayoría de estas compañías experimentarán un cambio significativo de aquí a 2030, para pasar a generar electricidad mayoritariamente a partir de fuentes renovables.
Por otro lado, estudios previos han demostrado que los coches autónomos tienen otras eficiencias adicionales, como la capacidad de situarse detrás de otros coches autónomos para reducir la resistencia al viento –con un consecuente ahorro de combustible-; seguir las rutas de viaje más óptimas, y acelerar y frenar de manera más suave.
En general, un vehículo autónomo es un coche capaz de imitar las capacidades humanas de manejo y control; de percibir el medio que le rodea y navegar en consecuencia y de elegir el destino al que ir. En la actualidad, los ingenieros de la compañía Google y los de los fabricantes tradicionales de automóviles, como Audi, compiten por lanzar al mercado coches de este tipo.
Referencia bibliográfica:
Jeffery B. Greenblatt, Samveg Saxena. Autonomous taxis could greatly reduce greenhouse-gas emissions of US light-duty vehicles. Nature Climate Change (2015). DOI:10.1038/nclimate2685.
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