Investigadores de la Universidad de California en Berkeley han descubierto que los seres humanos presentan grandes diferencias sobre como perciben visualmente las cosas del mundo. Literalmente las personas ven de manera diferente hasta en los casos más simples, como por ejemplo la ubicación de una taza de café sobre una mesa.
El descubrimiento podría ser vital en áreas como la medicina o la tecnología, en las cuales se requiere máxima precisión en determinados contextos. De acuerdo a una nota de prensa, los científicos descubrieron que las diferencias visuales no solamente se dan entre distintas personas, sino también al variar el propio campo de visión individual.
Aunque se piensa habitualmente que lo percibido se corresponde exactamente con las características del mundo físico, los especialistas norteamericanos han determinado que cada persona posee una especie de “huella visual”, con condiciones peculiares y muchas veces marcando grandes diferencias con respecto a lo visualizado por otros.
Los experimentos y análisis realizados también demuestran que existen grandes variaciones en la percepción visual cuando se modifica el campo de visión de la persona, dejando en claro que podemos ver de manera diferente una misma cosa en función de nuestra situación y ubicación.
Una huella visual con origen cerebral
El enfoque de este estudio partió de una pregunta sencilla: ¿podrían dos personas estar totalmente de acuerdo en cuanto a la posición de una taza de café sobre una mesa? Luego de los trabajos realizados quedó claro que la respuesta sería negativa: las personas han aprendido a ubicar la taza y a tomarla por efecto de la práctica cotidiana, pero en realidad la percepción visual de su localización es muy diferente en cada caso.
El desarrollo de la investigación incluyó pruebas de localización visual y percepción del tamaño, entre otros indicadores analizados por los científicos. Los resultados marcaron grandes diferencias en cuanto al rendimiento visual y a lo percibido por cada persona, como así también en las distintas áreas del campo visual de los mismos individuos.
Los expertos efectuaron un mapeo de los datos obtenidos, para poder determinar una “huella visual digital” de cada participante y mostrar con claridad la distorsión perceptiva que se observa. Según los científicos, los resultados muestran que las variaciones visuales se originan en el cerebro, aunque será necesario profundizar en nuevas investigaciones para hallar la base neuronal de este comportamiento.
Múltiples campos de aplicación
Las aplicaciones de este hallazgo son muy importantes, porque actividades como la cirugía médica, el desarrollo de dispositivos informáticos de escasas dimensiones o incluso la conducción de vehículos terrestres y aeronaves requieren de una máxima precisión visual. Una mínima distorsión podría generar una muerte, una falla técnica o un accidente.
En el mismo sentido, los investigadores destacaron el caso de las actividades deportivas como el tenis o el fútbol, que aunque no sean esenciales como los ejemplos anteriores también poseen una fuerte implicancia social. Mínimas diferencias visuales en una acción concreta pueden modificar los fallos de jueces y árbitros, cambiando drásticamente el curso de una competencia.
En definitiva, queda claro que nuestras diferencias de percepción exceden el campo de las áreas subjetivas como la política o la religión, observándose de manera concreta y literal en aquello que vemos.
Referencia
Idiosyncratic perception: a link between acuity, perceived position and apparent size. Zixuan Wang et al. Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences (2020).DOI:https://doi.org/10.1098/rspb.2020.0825
Enlace complementario al estudio.
excelente tema. gracias por mantenerme informado
Ya en el año 1975 la Psicología del Humanismo Universalista (o Nuevo Humanismo) desarrollado por Silo y su grupo de estudio, dio cuenta de que la percepción y la representación son subjetivas. Es una alegría ver el avance de la ciencia en la medición de ello. Sin embargo me parece que la presentación, a modo de «descubrimiento», deja mucho que desear. La interpretación de los resultados y a las conclusiones que llegan me parece de un nivel muy básico y sin profundidad. Quizás se deba al desconocimiento del descubrimiento (este si que fue real) de la consciencia humana en su integridad, en donde se describe con precisión la función importantísima con que cumple la imagen en el ser humano. Además el modus operandi empleado, si es como dice el artículo, es de dudoso rigor científico, si lo que se buscó es dar cuenta de la percepción versus la imaginación. No consideró el espacio en donde se dan las imágenes, ni el papal de la representación en la percepción. Y lo insólito, es que generalice el funcionamiento sin considerar a las imágenes en los distintos niveles de consciencia. Por ejemplo, En el nivel de sueño paradojal (con imágenes), en donde todo es representación, estas se puedan dar con mucho detalle y tan vivas (o más) que en la percepción. Así, hacer mención de una generalización de estos mecanismos de consciencia mediante un estudio básico e incompleto, a mi ver, es un grave exceso, que además, agrega confusión a la confusión en los tan intrincados e incompletos conocimientos que tenemos aun sobre nuestro cerebro.