La química del placer que activa la dopamina en el cerebro se pone rápidamente en marcha cuando regresamos al hogar, según una investigación realizada por neurocientíficos de Florida Atlantic University, en Estados Unidos. Experimentos en ratones permitieron concluir que la sensación de confortabilidad que genera un entorno conocido produce una importante liberación de dopamina en el núcleo accumbens, un área cerebral fuertemente relacionada con aspectos emocionales y motivacionales.
Todo indica que la expresión “hogar, dulce hogar” es mucho más que una frase hecha. Según un comunicado, una investigación publicada recientemente en Neurochemistry International verifica que los estímulos que conducen a experiencias que el cerebro relaciona con la seguridad del hogar desembocan en una fuerte liberación de dopamina, un neurotransmisor que incrementa las sensaciones de placer. Según los científicos a cargo del estudio, la respuesta es similar a la que se genera con una dosis de cocaína.
La dopamina es vital en el control motivacional y en comportamientos que buscan una recompensa, un resultado deseado. El núcleo accumbens es la estructura cerebral subcortical ligada precisamente a la motivación, al aprendizaje de conductas que llevan a una meta determinada y a las experiencias placenteras. En consecuencia, la liberación del neurotransmisor dopamina se produce en ese sector, y es allí donde se puede monitorear su mayor o menor actividad.
Aunque estudios previos en roedores ya habían comprobado que los mismos eligen de forma automática su jaula habitual a un nuevo entorno, los especialistas estadounidenses quisieron ir un poco más allá. Mediante un sensor de dopamina colocado en el núcleo accumbens del cerebro de los ratones, lograron verificar por primera vez que la sensación de arribar al hogar produce un importante aumento en la liberación de dopamina.
El placer del hogar
En sus experimentos, los especialistas utilizaron una técnica conocida como fotometría de fibra, que les permitió registrar segundo a segundo los cambios en la producción de dopamina en el núcleo accumbens de los ratones estudiados. Aunque en un principio la producción de dopamina estaba ligada a una respuesta en una situación de aprendizaje por recompensa, una vez que los roedores asimilaron esta dinámica la experiencia placentera y la generación de dopamina se activaban inmediatamente al llegar a la jaula que reconocían como su hogar, sin que entraran en juego otras motivaciones.
Por el contrario, la ubicación en un nuevo contexto no generaba el placer ligado con la dopamina, algo que permite verificar que los roedores identificaban su jaula habitual con sensaciones de tranquilidad y confortabilidad que les producían placer. De acuerdo a los investigadores, esto permite concluir directamente que «el hogar es donde está el cerebro».
Importantes aplicaciones
Pero más allá del valor científico del descubrimiento, los expertos creen que puede tener una aplicación directa en el diseño de nuevas estrategias terapéuticas y farmacológicas en torno a enfermedades relacionadas con la incapacidad de sentir placer.
Según Randy Blakely, profesor en Florida Atlantic University y uno de los responsables de la investigación, “monitorear la liberación de dopamina provocada por la jaula identificada como hogar proporciona un paradigma simple pero poderoso para el estudio de la forma en la cual los eventos genéticos y de la vida pueden conducir a la incapacidad de sentir placer. Dicha incapacidad es una característica importante de los trastornos del estado de ánimo”, indicó.
Al mismo tiempo, el sistema cerebral identificado por los neurocientíficos puede emplearse con el propósito de crear algún tipo de estrategia que pueda controlar la sensación de placer y la producción de dopamina en situaciones de abuso de sustancias, concretamente en el tratamiento de patologías ligadas a las adicciones.
Referencia
There’s No Place Like Home? Return to the Home Cage Triggers Dopamine Release in the Mouse Nucleus Accumbens. Felix P. Mayer, Hideki Iwamoto, Maureen K. Hahn, Gregory J. Grumbar, Adele Stewart, Yulong Li and Randy D. Blakely. Neurochemistry International (2020).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuint.2020.104894
Foto: Craig McLachlan en Unsplash.
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