Una especie de bacteria descubierta en 2008 en una mina sudafricana, que se alimenta gracias al uranio radiactivo disponible bajo tierra, ofrece un modelo ideal para el estudio de la vida en Europa, el sexto satélite natural del planeta Júpiter, según una nueva investigación.
La nueva investigación, desarrollada por un grupo de científicos brasileños, ha evaluado la habitabilidad microbiana de Europa con base en datos recabados en ambientes análogos existentes en la Tierra. Y concluye que una forma de vida como la que representa la bacteria sudafricana estaría en condiciones de sobrevivir en esa luna de Júpiter. Sus resultados se publican en Scientific Reports.
Se trata de la bacteria Desulforudis audaxviator, conocida también como Audaz Viajera. Es la única forma de vida conocida que toma su energía de la radiactividad del uranio subterráneo. Su entorno también es particular: no tiene luz para realizar la fotosíntesis, el agua en la que vive está a 60ºC, no tiene organismos de los que alimentarse, ni tampoco oxígeno.
Además, a esa profundidad, el agua contiene uranio radiactivo que se escapa a través de fisuras. Ese uranio separa las moléculas de agua y libera radicales libres, que a su vez atacan a las rocas del entorno, en particular a la pirita, produciendo sulfato.
Lo más curioso es que en un entorno como ese, la mayoría de las criaturas habrían perecido por efecto de la radiactividad. Sin embargo, la Audaz Viajera ha adoptado una táctica de supervivencia que convierte al uranio en una ventaja.
Estas bacterias utilizan el sulfato producido por el efecto del uranio en las rocas para sintetizar el ATP (adenosina trifosfato), un nucleótido responsable del almacenamiento de energía en las células.
Esta bacteria ha aprendido a sobrevivir en un entorno tan extremo gracias al uranio y, tal como explican los investigadores en un comunicado, es la primera vez que se descubre un ecosistema que sobrevive directamente gracias a la energía nuclear.
Modelo de vida extraterrestre
En su estudio, estos investigadores señalan que Desulforudis audaxviator ofrece un modelo único para el estudio de vida extraterrestre, y más específicamente, de la vida sobre Europa, una de las numerosas lunas del planeta Júpiter.
Según la Nasa, hacen falta tres ingredientes para garantizar la vida sobre Europa: la presencia de agua, el calor y componentes químicos necesarios para la vida. El océano que se supone existe bajo la superficie helada de Europa ofrecería los dos primeros ingredientes necesarios.
Debajo de su corteza de hielo, de unos 10 kilómetros de espesor, Europa posee un océano de agua líquida de más de 100 kilómetros de profundidad. Una importante fuente de energía, producto de la interacción gravitacional con Júpiter, mantiene esa masa líquida caliente.
Respecto al tercer elemento, hasta ahora la lista de componentes químicos necesarios para la vida en Europa no se había descrito de forma exhaustiva. Y es en este aspecto que el análisis de la forma de vida de la Desulforudis audaxviator puede cambiar las cosas.
Como quiera que existe disponibilidad de materiales radioactivos en el sistema solar, el nuevo descubrimiento aumenta las posibilidades de que haya algún tipo de vida bacteriana en Europa, señalan los investigadores.
La presencia de materiales radiactivos en el sistema solar ha sido detectada y medida en nuestro planeta, en los meteoritos que nos han llegado, y sobre Marte. Los investigadores están convencidos de que también están presentes en Europa.
Podría sobrevivir en Europa
Según el estudio, uranio, torio y potasio podrían estar presentas en la superficie de esta luna de Júpiter. Con una cantidad suficiente de pirita para producir sulfato, una forma de vida como la que representa la bacteria sudafricana estaría en condiciones de sobrevivir. Esta es la principal conclusión de esta investigación.
La incógnita puede ser despejada en menos de diez años, cuando la prevista misión de sobrevuelos (anteriormente denominada Europa Clipper comience el estudio de Europa mediante una serie de sobrevuelos, mientras la sonda gira alrededor del planeta Júpiter.
Según los investigadores, el océano de Europa tiene unas condiciones muy similares a las que tuvo la Tierra primitiva hace miles de millones de años, por lo que estudiar esa luna de Júpiter es una manera de conocer mejor el pasado de nuestro planeta.
Además de aportarnos conocimientos sobre la habitabilidad de Europa y sobre la posible existencia de una actividad biológica en el lugar, el estudio que hará la sonda proporcionará una mejor comprensión del origen del universo y de la evolución de la vida, concluyen los investigadores.
Referencia
Microbial habitability of Europa sustained by radioactive sources. Thiago Altair, Marcio G. B. de Avellar, Fabio Rodrigues & Douglas Galante. Scientific Reports, Volume 8, Article number: 260 (2018). doi:10.1038/s41598-017-18470-z
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