¿Sabía que hay setas que brillan en la oscuridad? Aristóteles conocía este intrigante hecho ya hace más de 2.000 años. También fue la primera persona en hacer una sencilla pregunta por escrito: ¿Por qué?
Ahora, un grupo de investigadores ha publicado un artículo en Current Biology, en la que dan una buena respuesta por fin. La luz emitida por los hongos atrae la atención de los insectos, incluyendo escarabajos, moscas, avispas y hormigas. Esos insectos visitantes son aparentemente buenos para los hongos porque extienden sus esporas en los alrededores.
El nuevo estudio también muestra que la bioluminiscencia de las setas está controlada por el reloj circadiano. De hecho, fue ese descubrimiento el que llevó a los investigadores a sospechar que la luz de las setas debía servir para algo útil.
«La regulación implica una función adaptativa de la bioluminiscencia», explica Jay Dunlap, de la Escuela de Medicina Geisel de Dartmouth (New Hampshire, EE.UU.), en la nota de prensa de Cell Press recogida por EurekAlert!
«Parece que los hongos dan luz para ser percibidos por los insectos que pueden ayudar a que el hongo colonice nuevos hábitats», explica Cassius Stevani del Instituto de Química-Universidad de São Paulo (Brasil). El control circadiano de la bioluminiscencia hace que el proceso sea más eficiente.
Hongos raros
Hay muchos ejemplos de formas de vida que generan luz. Entre los organismos bioluminiscentes, los hongos son los más raros y peor entendidos. Sólo 71 de las más de 100.000 especies de hongos descritas producen luz verde mediante un proceso bioquímico que requiere oxígeno y energía.
Los investigadores habían creído en la mayoría de los casos que los hongos producen luz durante todo el día, lo que indicaría que tal vez era un subproducto simple, aunque caro, del metabolismo.
El nuevo trabajo liderado por Dunlap y Stevani sugiere que no es así, al menos no en el caso de Neonothopanus gardneri, uno de los mayores y más brillantes hongos bioluminiscentes. Los nativos de Brasil también lo llaman flor de coco, dado que el hongo se puede encontrar unido a las hojas, en la base de las palmeras jóvenes de los bosques de cocoteros.
Los investigadores descubrieron que el resplandor de las setas está bajo el control de un reloj circadiano con compensación de temperatura, y sugieren que este control probablemente ayuda a las setas a ahorrar energía, al encender la luz sólo cuando es fácil de ver.
Setas de mentira
Para saber lo que ese resplandor verde podía hacer por las setas, los investigadores fabricaron setas falsas pegajosas de resina acrílica e iluminaron algunas desde el interior con luces LED verdes. Cuando esos hongos fingidos fueron colocados en el bosque donde se encuentran los hongos bioluminiscentes reales, los que estaban iluminados llevaron a muchos estafilínidos, así como a moscas, avispas, hormigas y chinches, a quedarse pegados, más que en los hongos pegajosos falsos no iluminados.
Dunlap dice que están interesados en identificar los genes responsables de la bioluminiscencia de las setas, y en explorar su interacción con el reloj circadiano que los controla. También están utilizando cámaras infrarrojas para observar más de cerca la interacción entre las setas N. gardneri y los artrópodos, especialmente los más grandes.
Los hallazgos no son sólo interesantes, sino que también son importantes en la comprensión de cómo los hongos se dispersan en el medio ambiente, explican los investigadores. Eso es clave porque setas como N. gardneri juegan un papel importante en el ecosistema forestal.
«Sin ellos, la celulosa no se reciclaría, lo que incidiría en todo el ciclo del carbono de la Tierra», explica Stevani. «Me atrevo a decir que la vida en la Tierra depende de organismos como estos.»
Referencia bibliográfica:
Jay C. Dunlap, Cassius V. Svetani et al.: Circadian Control Sheds Light on Fungal Bioluminescence. Current Biology (2015). DOI: http://dx.doi.org/10.1016/j.cub.2015.02.021.
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