Tendencias21
Aprender a leer modifica nuestra percepción

Aprender a leer modifica nuestra percepción

Cuando aprendemos a leer nuestro cerebro cambia, y nuestra forma de ver el mundo también. Pero, ¿en qué sentido? Según un estudio del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) del País Vasco, la lectura nos confiere la capacidad de percibir secuencias de objetos de una manera flexible, analítica y detallada.

Aprender a leer modifica nuestra percepción

Cuando aprendemos a leer nuestro cerebro cambia. Los recientes avances en neurociencia han demostrado que la adquisición de la lectoescritura produce cambios en diversas áreas del cerebro, tanto a nivel estructural como a nivel funcional.

Los cambios principales son sin duda aquellos que se refieren directamente a la conducta lectora y al modo en el que el cerebro procesa la información ortográfica, pero curiosamente las consecuencias derivadas de aprender a leer se extienden también a otros aspectos de la percepción humana.

Los lectores muestran un patrón de comportamiento muy peculiar que hace que, por un lado, identifiquen perfectamente las diferencias entre palabras que se parecen en su ortografía (por ejemplo, identificando que las palabras “gatas”, “patas” y “gafas” son diferentes, pese a que visualmente se parezcan mucho).

Por otro lado, pasan por alto alteraciones importantes en el orden de las letras, pudiendo leer de manera bastante fluida frases como “En el retsaurante pedimos un posrte de cholocate fantátsico”. Somos capaces de leer cadenas de letras con alteraciones en la posición original de las letras, según el doctor Jon Andoni Duñabeitia, investigador del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL)‎ en un comunicado, a causa del “alto nivel de flexibilidad en la codificación del orden y de la identidad de las letras que todo lector experto tiene, lo que le permite leer de manera rápida sin centrar constantemente la atención en cada una de las letras que forman cada una de las palabras”. Los lectores pueden leer de manera fluida frases como “En el retsaurante pedimos un posrte de cholocate fantátsico”.

Hasta ahora, los científicos pensaban que esta capacidad se debía a lo que la neurociencia llamaba “un sistema visual parcialmente ruidoso”. Es decir, se atribuía el origen de esta flexibilidad a que las personas somos capaces de identificar un objeto complejo, por ejemplo una casa, sin necesidad de identificar individualmente cada uno de los atributos que conforman ese objeto (la puerta, el tejado, las ventanas, etcétera), y a que la información posicional no se percibe de manera totalmente precisa por el sistema visual.

De acuerdo con esta teoría, cualquier persona, sepa leer o no, debería experimentar un alto nivel de confusión entre las series de letras “XPTV” y “XTPV”, dada la flexibilidad del sistema visual general en la percepción y codificación del orden concreto de los elementos de una secuencia.

Para desmontar esta tesis, Duñabeitia y su equipo del BCBL diseñaron una serie de pruebas conductuales a las que se sometieron un grupo de 19 adultos analfabetos y otro grupo de 19 adultos alfabetizados pertenecientes a los mismos estratos de edad y ámbito socioeconómico. A causa de la práctica ausencia de analfabetos en el ámbito cercano, para poder desarrollar estas pruebas, el equipo de Duñabeitia realizó las pruebas en México.

A los participantes se les pidió que indicasen si dos cadenas de letras o de símbolos eran iguales o diferentes. Algunas de las cadenas diferentes incluían transposiciones (letras cambiadas de orden).
Los analfabetos no mostraron absolutamente ningún efecto de confusión por transposición. Es decir, en contra de lo que ocurre con las personas que saben leer, los analfabetos no mostraron mayor dificultad al discriminar entre las secuencias “XPTV” y “XTPV” (transposición) y entre las secuencias “XPTV” y “XQRV” (sustitución).

Conclusiones

La conclusión fue rotunda: la flexibilidad que vemos en la lectura es la consecuencia directa del aprendizaje de la lectoescritura y no es una característica general del sistema visual del ser humano.
En otras palabras, aprender a leer hace que nuestro sistema visual sea más flexible, lo que permite tolerar pequeños cambios en la posición de los elementos (y entender perfectamente la palabra “cholocate” aunque esté mal escrita).

Sin embargo, durante la investigación, que ha sido publicada en la prestigiosa revista Psychological Science, el equipo del BCBL obtuvo una conclusión aún más importante. Los analfabetos fueron absolutamente incapaces de diferenciar dos cadenas de cuatro letras con la primera letra y la última letras iguales, pero las dos del centro diferentes, (por ejemplo: “XPTV” y ”XQRV”).

Los analfabetos no podían acceder a las letras o símbolos individuales de las cadenas, y por tanto no podían decidir si eran o no diferentes de un modo eficiente. En cambio, las personas alfabetizadas realizaron esta tarea de manera casi perfecta.

Según Duñabeitia, ”estos resultados demuestran que aprender a leer confiere al ser humano la capacidad de percibir las secuencias de objetos de una manera mucho más flexible pero aún así analítica y detallada, y esta capacidad está ausente en las personas que no saben leer, las cuales parecen percibir los objetos en su forma global, sin ser capaces de identificar correctamente sus partes”.

Estos resultados demuestran que las consecuencias del proceso de alfabetización se extienden también a aspectos más elementales y generales de la cognición humana, como las capacidades perceptivas básicas relacionadas con el análisis visual de los objetos. Además, estos resultados sugieren que el modo en el que las personas analfabetas perciben el mundo y sus objetos es distinto al modo en el que lo hacen las personas que saben leer.

Aprender a leer modifica nuestra percepción

Más sobre lectura, lenguaje y cerebro

En 2010, científicos de Bélgica, Brasil, Francia y Portugal, dirigidos por el especialista en neurociencia cognitiva Stanislas Dehaene, del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (INSERM) en Gif-sur-Yvette (Francia), se propusieron descubrir si el alfabetismo mejora la función cerebral.

Para conseguirlo, midieron con resonancia magnética funcional la respuesta cerebral de 63 participantes portugueses y brasileños, ante textos orales y escritos, rostros, casas y varias herramientas. De todos los participantes, 10 eran analfabetos, 22 aprendieron a leer a una edad adulta, y 31 durante su infancia.

Los investigadores descubrieron que las personas que saben leer, independientemente de si son adultos o niños, muestran respuestas más intensas ante palabras escritas, en zonas cerebrales que procesan lo que observamos.

Esta mejora –o aumento de intensidad de ciertas zonas cerebrales- podría deberse a que la lectura no es una capacidad innata en el ser humano. Su adaptación ha precisado, por tanto, de un “reciclaje neuronal” a lo largo de los siglos.

Al menos esa es la idea defendida por Stanilas Dehaene, un profesor de psicología cognitiva experimental del Collége de France, director del laboratorio UNICOG, y autor del libro Les neurones de la lecture;, que muestra con detalles e ilustraciones la enorme complejidad de los procesos cerebrales subyacentes a la actividad de leer.

En la lectura (y en el habla en general) tendría un papel clave una región cerebral específica, el área de Broca. Según los resultados de otra investigación, realizada en 2009, esta región es la que nos permite procesar la gramática, el léxico y la fonética en cuestión de milisegundos.

Referencia bibliográfica:

Jon Andoni Duñabeitia, Karla Orihuela and Manuel Carreiras. Orthographic coding in illiterates and literates. Psychological Science (2014).

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Oleada cósmica: cinco asteroides rozan la Tierra en solo cuatro días 3 junio, 2025
    Cinco rocas espaciales pasarán a millones de kilómetros de nuestro planeta en apenas cuatro días, con el 4 de junio como jornada clave. No representan peligro, pero ofrecen una oportunidad única para la ciencia.
    Redacción T21
  • Estados Unidos crea una "máquina del tiempo científica", capaz de condensar en días décadas de investigación 3 junio, 2025
    El próximo superordenador Doudna, que Estados Unidos tendrá operativo en 2026, está diseñado para ser el catalizador de una nueva era de descubrimientos, transformando la forma en que abordamos desde los misterios del cosmos hasta las complejidades de la vida misma.
    EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21
  • Se revela una estructura oculta al borde del Sol 3 junio, 2025
    La atmósfera exterior del Sol, conocida como corona solar, ha revelado recientemente detalles asombrosos gracias a avances en óptica adaptativa y técnicas de observación de alto contraste. Un equipo internacional de científicos ha logrado capturar las imágenes más nítidas hasta la fecha de la corona solar, mostrando fenómenos como las “gotas de lluvia” solares y […]
    Redacción T21
  • Dormir mal puede estar relacionado con problemas en la audición 2 junio, 2025
    Una investigación realizada en China y otros estudios recientes sugieren que las patologías del sueño, como el insomnio, el trastorno del movimiento periódico de las extremidades y la apnea del sueño podrían estar relacionados con la pérdida auditiva.
    Pablo Javier Piacente / T21
  • Un tatuaje electrónico puede leer los niveles de estrés 2 junio, 2025
    Un nuevo tatuaje electrónico portátil y ultradelgado que se coloca en la frente de forma no invasiva monitorea de manera inalámbrica la actividad cerebral, rastrea la carga cognitiva en tiempo real y potencialmente predice la fatiga mental y el estrés antes que se haga evidente.
    Pablo Javier Piacente / T21
  • ¿El próximo Einstein será un algoritmo? Nace la primera científica artificial que genera conocimiento 2 junio, 2025
    Una inteligencia artificial ha concebido, ejecutado y escrito una investigación original que ha sido aceptada en ACL 2025, uno de los foros científicos más prestigiosos del mundo. Zochi es la primera científica artificial reconocida por la élite.
    EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21
  • Crean un "hormigón viviente" que se repara a sí mismo 2 junio, 2025
    Un equipo de investigadores ha desarrollado un tipo de concreto que puede curarse a sí mismo aprovechando el poder del liquen sintético. Mejora notablemente intentos anteriores de producir hormigón "vivo" hecho con bacterias, ya que el nuevo material logra ser completamente autosuficiente.
    Redacción T21
  • El eco cuántico del cerebro: ¿estamos entrelazados con nuestros pensamientos? 2 junio, 2025
    El entrelazamiento cuántico, la "acción fantasmal a distancia" que tanto intrigó a Einstein, podría no ser solo una rareza del microcosmos, sino que tendría un eco medible en los procesos cognitivos inconscientes mediante un aparente fenómeno “supercuántico”.
    EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21
  • Un enorme desierto en Asia se está transformando en un vergel gracias al cambio climático 1 junio, 2025
    Los hallazgos de un nuevo estudio muestran que la ecologización del desierto de Thar ha sido impulsada principalmente por más lluvias durante las temporadas de monzones de verano, un aumento del 64% en las precipitaciones en general por el cambio climático y, en segundo lugar, por la infraestructura de riego que lleva el agua subterránea […]
    Pablo Javier Piacente / T21
  • La NASA está observando una enorme y creciente anomalía en el campo magnético de la Tierra 31 mayo, 2025
    La NASA está haciendo un seguimiento detallado de la "abolladura" o "bache" en el campo magnético terrestre descubierta en 1961, que crece rápidamente y podría ser el preludio de una inversión geomagnética: ocurre cuando los polos magnéticos norte y sur intercambian posiciones.
    EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21