Estados Unidos e Irán negocian una solución de compromiso al problema de la capacidad iraní de enriquecimiento de uranio que cumpliría con un requisito del gobierno de Barack Obama para alcanzar un acuerdo, pero también requiere la aceptación previa de Rusia. El requisito original de Washington implica la limitación a la capacidad iraní de enriquecimiento […]
Por Gareth Porter
WASHINGTON, Oct 29 2014 (IPS)
Estados Unidos e Irán negocian una solución de compromiso al problema de la capacidad iraní de enriquecimiento de uranio que cumpliría con un requisito del gobierno de Barack Obama para alcanzar un acuerdo, pero también requiere la aceptación previa de Rusia.
El requisito original de Washington implica la limitación a la capacidad iraní de enriquecimiento de uranio necesaria para tener un arma nuclear mediante la reducción en el número de centrifugadoras en poder de Irán y también en sus reservas de uranio de bajo enriquecimiento (UBE).
La estrategia permitiría que Irán mantenga un número de centrifugadoras operativas cercano al actual, de 10.000.
La clave de la negociación es la disposición que exhibe Irán para enviar sus reservas existentes de UBE, así como el uranio enriquecido recientemente, a Rusia para su conversión a combustible para plantas de energía durante un período acordado de varios años.
En la primera indicación oficial del giro en las negociaciones, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, Marzieh Afkham, reconoció el 22 de este mes, en una reunión informativa con la prensa iraní, que las propuestas para limitar el número de centrifugadoras y la transferencia del UBE a Rusia eran objeto de discusión en las negociaciones nucleares.
El servicio de monitoreo de la cadena de radio y de televisión británica BBC tradujo la sesión informativa, pero la prensa occidental no informó al respecto.
Wendy Sherman, la subsecretaria de Estado que dirige la delegación estadounidense en las conversaciones, no se refirió públicamente a la solución de compromiso, pero pareció aludir a la misma cuando dijo el 25 de octubre que ambas partes habían “hecho avances impresionantes en temas que originalmente parecían insolubles”.
No obstante, las negociaciones podrían estancarse en sus últimas semanas con respecto a la fecha del levantamiento de las sanciones a Irán.
La disposición de Teherán de negociar estos asuntos dependerá de si Rusia accede a aceptar el uranio enriquecido iraní.
El comienzo de las negociaciones sobre la nueva estrategia se informó en septiembre, pocos días después de que los presidentes de Irán, Hassan Rouhani, y de Rusia, Vladimir Putin, se reunieron para conversar sobre la cooperación en la construcción de dos plantas de energía nuclear y el suministro de combustible para la instalación atómica de Bushehr, próxima a la ciudad homónima en la costa austral iraní.
La reducción propuesta de la acumulación iraní de UBE mediante su envío a Rusia podría cumplir el objetivo que exigía Washington para llegar a un acuerdo aceptable, definido por el número mínimo de meses que le llevaría a Irán enriquecer suficiente uranio para tener un arma nuclear.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, dijo en abril que su gobierno fijó ese lapso en seis a 12 meses, lo cual se interpretó como una demanda para que Irán rebajara el número de sus centrifugadoras a unas pocas miles.
Pero esa demanda no se justifica en los cálculos técnicos que establecen el plazo necesario para el desarrollo de uranio con fines bélicos.El envío del uranio de bajo enriquecimiento iraní a Rusia para su conversión a combustible nuclear se vincula a una serie más extensa de temas complicados en la cooperación atómica con Irán.
David Albright, del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional, que apoyó la demanda de la reducción a unos pocos miles de centrifugadoras en poder iraní, reconoció en unanálisis publicado en junio que la disminución a 1.000 kilos de las reservas de UBE de Irán aumentaría a seis meses el tiempo necesario para que las actuales 10.000 centrifugadoras operativas iraníes puedan enriquecer suficiente cantidad de uranio para tener un arma nuclear.
La reducción a cero kilos de UBE llevaría ese lapso a casi un año.
Un acuerdo que reduciría las reservas de Irán al mínimo sería coherente con la propuesta que Teherán había presentado al principio de las negociaciones con el P5+1, integrado por China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, más Alemania.
Como señaló el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, a IPS en junio, Irán propuso la conversión inmediata de cada lote de UBE a polvo de óxido, que luego se utilizaría para fabricar elementos de combustibles para el reactor de la planta nuclear de Bushehr.
Pero la propuesta no abordó expresamente la manera en que Irán dispondría de las reservas existentes de UBE, y Estados Unidos descartó todo plan en el que Teherán mantuviera grandes cantidades de polvo de óxido, con el argumento de que podría reconvertirse.
Irán no podía negociar con el P5+1 sin alcanzar primero un acuerdo con Rusia.
El envío del UBE iraní a Rusia para su conversión a combustible nuclear se vincula a una serie más extensa de temas complicados en la cooperación atómica con Irán. Teherán y Moscú ya tienen un acuerdo comercial que regula el suministro de combustible ruso al reactor de Bushehr hasta 2021.
Pero ambos países negocian la construcción de dos reactores nucleares adicionales por parte de Rusia, y Teherán pretendía que Moscú accediera a la participación de Irán en el enriquecimiento del combustible, así como en la fabricación de los elementos combustibles para los reactores.
El “acuerdo preliminar” para la construcción de los dos reactores se anunció el 12 de marzo, pero siguen sin definir puntos importantes relacionados con las condiciones iraníes.
Anton Khlopkov, director del Centro de Estudios sobre Energía y Seguridad, con sede en Moscú, dijo a IPS que la aceptación del UBE iraní implicaría graves problemas comerciales a Rusia.
Moscú perdería fuertes ganancias al no hacer el enriquecimiento por su cuenta y aceptar el UBE iraní para su conversión en elementos combustibles, en lugar de utilizar uranio disponible en Rusia. El uranio iraní es mucho más caro que el ruso, explicó Khlopkov.
Otro asunto importante en las negociaciones con Rusia es que Irán pretende encargarse de la fabricación de elementos combustibles para Bushehr y otras plantas de energía después de 2021.
Pero a Irán le faltan años para adquirir esa capacidad, para la cual necesitaría la asistencia técnica de Rusia. Estados Unidos, por su parte, quiere que Teherán siga dependiendo del combustible ruso para el reactor de Bushehr, incluso después de que el contrato vigente para el combustible venza en 2021.
Khlopkov no descartó la posibilidad de “algún tipo de asociación para la producción de combustible”, pero solo si Irán está dispuesto a compensar a Rusia por sus pérdidas comerciales. La fabricación de combustible es un “gran negocio, que nadie quiere perder”, destacó.
Gareth Porter es un periodista de investigación independiente y ganador del Premio Gellhorn de periodismo en 2012. Es el autor de Manufactured Crisis: The Untold Story of the Iran Nuclear Scare (Crisis fabricada. La historia no contada del pánico por la capacidad nuclear de Irán)
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga
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Fuente : http://www.ipsnoticias.net/2014/10/avance-en-negoc…
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