La incapacidad para recordar detalles, tales como la ubicación de objetos, se inicia en la mediana edad temprana (a partir de los 40) y puede ser el resultado de un cambio en el tipo de información en el que se centra el cerebro durante la formación de la memoria y su recuperación, y no de una disminución en la función cerebral, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Universidad McGill (Montreal, Canadá).
La autora principal de la investigación, Natasha Rajah, directora del Centro de Imágenes del Cerebro del Instituto Douglas de la Universidad McGill y profesora asociada en el Departamento de Psiquiatría de McGill, dice que esta reorientación podría afectar a la vida diaria.
«Este cambio en la estrategia de la memoria con la edad puede tener efectos perjudiciales sobre las funciones del día a día que ponen énfasis en la memoria para los detalles, como dónde estacionó su coche o cuando se tomó sus medicamentos», señala.
Ahora se piensa que los cambios cerebrales asociados con la demencia surgen décadas antes de la aparición de los síntomas. Así que una pregunta clave en la investigación de la memoria concierne a qué cambios producidos con el envejecimiento cerebral son normales y cuáles no.
Rajah dice en la nota de prensa de McGill que la mayoría de los trabajos sobre el envejecimiento y la memoria se han centrado en la comprensión de los cambios del cerebro que se producen más adelante, ya en la vejez, y no en la mediana edad.
Experimento
En este estudio, publicado en la revista NeuroImage, se les mostró una serie de caras a 112 adultos sanos de edades comprendidas entre 19 y 76 años.
A continuación, se pidió a los participantes que recordaran dónde apareció una cara en particular (izquierda o derecha de la pantalla) y cuándo (más o menos recientemente). Entretanto, los investigadores utilizaron resonancia magnética funcional para analizar qué partes del cerebro se activaban durante el recuerdo de estos detalles.
«Esto puede no ser un déficit en la función cerebral en sí, sino que refleja los cambios en lo que los adultos consideran información importante a medida que envejecen.» En otras palabras, los participantes de mediana edad y de edad avanzada simplemente se centran en diferentes aspectos del evento que los del grupo más joven.
Mejora
Rajah y sus colegas encontraron así que en los adultos jóvenes se activaba su corteza visual mientras realizaban con éxito esta tarea. Como explica la científica, «estaban realmente prestando atención a los detalles de percepción de cara al tomar esa decisión.»
Por otra parte, los adultos de mediana edad y mayores no mostraron el mismo nivel de activación de la corteza visual cuando recordaron la información. En su lugar, se activaba la corteza prefrontal medial, una parte del cerebro conocida por estar involucrada con la información que tiene que ver con la propia vida y la introspección.
A pesar de que los participantes de mediana edad y mayores no lo hicieron tan bien como los más jóvenes en este experimento, Rajah dice que puede ser erróneo considerar que la respuesta de los cerebros de mediana edad y de edad avanzada está deteriorada.
Rajah dice que los adultos de mediana edad y de edad avanzada pueden mejorar sus habilidades de recuerdo aprendiendo a centrarse en la información externa en lugar de la interna. «Quizás por eso algunos estudios han sugerido que la meditación consciente está relacionada con un mejor envejecimiento cognitivo».
Rajah está analizando los datos de un estudio similar para discernir si hay diferencias de género en la función cerebral de mediana edad referida a la memoria. «A mitad de la vida, las mujeres están pasando por una gran cantidad de cambios hormonales. Así que nos preguntamos qué parte de estos resultados está impulsada por la post-menopausia».
Referencia bibliográfica:
E. Ankudowich, S. Pasvanis, M.N. Rajah: Changes in the modulation of brain activity during context encoding vs. context retrieval across the adult lifespan. NeuroImage (2016). DOI: 10.1016/j.neuroimage.2016.06.022
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