Los objetos -todos, desde automóviles hasta aves, pasando por las caras o las letras del alfabeto- son vistos de forma significativamente diferente por las personas familiarizadas con ellos, sugiere un nuevo estudio.
Usando el alfabeto árabe como marco de referencia, investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.) estudiaron cómo los expertos y los profanos en la lengua veían varias letras y encontraron pruebas claras de que el procesamiento visual se ve influenciado por la experiencia. Sus resultados se publican en Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance y están disponibles en línea.
«Se puede suponer que tenemos una maquinaria de visión básica y que se pueden detectar características de las diferentes letras, incluso si no se conoce el idioma. Pero ese no es el caso», dice la autora principal, Brenda Rapp, profesora del Departamento de Ciencias Cognitivas de la Universidad. «Lo que se sabe afecta a cómo se ven las cosas.»
Los investigadores, entre ellos Robert W. Wiley, estudiante postdoctoral en el laboratorio de Rapp, y Colin Wilson, profesor asociado en el Departamento de Ciencias Cognitivas, estudiaron a un grupo de 25 expertos en árabe y 25 personas que no conocen el idioma. El equipo mostró a los participantes 2.000 pares de letras, de uno en uno, y les pidió que determinaran si las letras eran las mismas o diferentes. Se midió la velocidad y la precisión de las respuestas, informa la universidad en una nota de prensa, recogida por EurekAlert!.
Los novatos eran más rápidos en diferenciar las letras mientras que los expertos fueron más precisos. Sin embargo, cuantas más características tenía una letra, más lentos eran los novatos. Los expertos eran justo lo contrario: cuantas más horizontales, espirales y curvas tenía una letra, mejor las diferenciaban.
Otro experimento
El equipo también analizó los resultados utilizando la agrupación jerárquica para determinar qué letras parecían similares a los principiantes y cuáles eran iguales para los expertos. Todo el mundo tendía a ponerse de acuerdo sobre las relaciones entre ciertas letras pero también había divergencias completamente sorprendentes.
Los pares en los que tropezaban las personas que no eran expertas en árabe tendían a no parecerse nada a las que confundían a los profesionales. Los expertos estaban sesgados por aspectos no visuales que conocían de las letras, como los nombres de las mismas, la forma en que se escriben o cómo suenan.
«Cuando te conviertes en experto en la lectura de un alfabeto, ¿qué cambia eso? ¿Su sistema visual ve la misma cosa que un principiante? Decimos que no», dijo Wiley. «Si usted es un experto, las cosas que le parecen complejas a un principiante a usted le parecen simples.»
Los hallazgos deberían afectar no sólo a las letras, sino a todo lo que vemos, dicen los investigadores.
«Lo que encontramos debe ser cierto para cualquier tipo de objeto: coches, pájaros, caras.La experiencia importa, cambia la forma de percibir las cosas», dice Wiley. «Parte de ser un experto es aprender lo que importa y lo que no importa, incluidas las características visuales. Se sabe lo que se busca».
Referencia bibliográfica:
Robert W. Wiley, Colin Wilson, Brenda Rapp. The Effects of Alphabet and Expertise on Letter Perception. Journal of Experimental Psychology: Human Perception and Performance (2016). DOI: 10.1037/xhp0000213.
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