Un desarrollo que se enmarca en el Proyecto Jast de la Unión Europea ha creado un robot social que es capaz de anticipar o prever las acciones que llevará adelante la persona junto a la que trabaja. Gracias a esto, la interacción hombre-robot podría iniciar así una nueva etapa.
Se trata de un proyecto que un grupo de ingenieros e investigadores europeos especializados en robótica, junto a expertos de la psicología y las ciencias cognitivas, han desarrollado en diferentes universidades y centros de investigación, siempre dentro del Sexto Programa Marco del IST Project de la UE. Así se desprende de un reciente artículo publicado en ICT Results.
El propósito central del Proyecto Jast es crear un robot que esté capacitado para anticiparse a las acciones de la persona con la que trabaja, logrando de esta manera que la relación entre hombre y máquina pueda ser más natural y espontánea. Hasta el momento, la mayoría de los robots solamente se dedican a cumplir órdenes básicas de sus dueños.
En diferentes partes del mundo ya se han comenzado a llevar adelante investigaciones que apuntan a crear robots más activos y compañeros del hombre, no simples ejecutores de órdenes. Para ello, los nuevos desarrollos en robótica deben incluir la capacidad para interactuar con las personas, desempeñar un papel activo en las tareas y participar (en algún punto) en la toma de decisiones.
Capacidad de interacción
Aunque aún está muy lejos este ideal, ya se han desarrollado robots capaces de evaluar posibilidades, realizar preguntas y otras actividades similares. El proyecto financiado por la Unión Europea en el marco del Programa Jast apunta justamente a esto, poniendo especial énfasis en que el robot pueda anticipar aquellas actividades que realizarán las personas para las que trabaja.
Participaron de este trabajo multidisciplinario ingenieros y especialistas del Technische Universitaet Muenchen de Alemania, el Instituto de Comunicación y Sistemas Informáticos de Grecia, la Universidade Do Minho de Portugal, el Max-Planck Gesellschaft Zur Foerderung Der Wissenschaften Ev de Alemania y la Universidad de Edimburgo, en el Reino Unido.
La investigación explora las diferentes maneras en las que un robot puede anticipar o predecir las acciones y las intenciones de un ser humano, con el cual trabajará en colaboración en distintas tareas. Para avanzar en este tipo de aplicaciones, se realizó un profundo trabajo de investigación con respecto a los sistemas cognitivos que influyen en la interacción humana, para de esta manera poder trasladarlos en la medida de lo posible al campo de la ingeniería robótica.
En ese punto parece vital el fenómeno de la observación. Durante el mismo, un conjunto de neuronas que se han identificado en el marco de esta investigación se activa para incorporar así el aprendizaje sobre lo observado. De esta manera, posteriormente la actividad cerebral reproduce esas tareas a modo de “copia” cuando se intenta efectuar una actividad por primera vez o se colabora con otra persona. El objetivo es llevar ese comportamiento al mundo de los robots.
Robots sociales e inteligentes
El sistema creado en el marco del Proyecto Jast incorpora a la robótica esa capacidad de observación y reflejo (resonancia) propia del ser humano al incorporar un aprendizaje. Es así que los robots no requieren aprender las actividades sino que ya las conocen, actuando en consecuencia cuando ven que su socio humano está por realizarlas.
Teniendo en cuenta estas facilidades de los nuevos sistemas robóticos, las máquinas pueden en consecuencia prever situaciones y responder interactuando en distintas tareas con su pareja humana. Al mismo tiempo, al conocer al detalle las tareas, los robots pueden anticipar fácilmente aquellos errores cometidos por el hombre.
En diferentes pruebas realizadas, estos robots han obtenido resultados sorprendentes. Por ejemplo, se los ha sometido al desarrollo de acciones sin pautas de ningún tipo. Solamente observando como su socio humano llevaba adelante la tarea, el robot ha podido posteriormente reproducirla sin ningún tipo de inconvenientes.
Pero no todo termina aquí. Los robots también fueron preparados para descubrir falsos o erróneos procedimientos humanos. De esta manera, las máquinas son capaces de pedir aclaraciones a sus parejas humanas cuando las intenciones parecen ambiguas o no están lo suficientemente claras. Por ejemplo, si una pieza puede emplearse para desarrollar tres estructuras distintas, el robot consultará con su socio el objetivo concreto que tiene en mente.
Los robots creados en el marco del Proyecto Jast cuentan con una arquitectura neural que imita la resonancia de procesamiento observada en los estudios en humanos durante el desarrollo de actividades conjuntas. Evidentemente, se trata de un trabajo que muestra la potencialidad de la investigación en conjunto de especialistas provenientes de la ingeniería robótica y la psicología humana.
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