La tecnología que incorporan los teléfonos móviles y los juegos de ordenador o las videoconsolas -dotadas de cámaras de vídeo, detectores de posición, reconocimiento de rostros, software de seguimiento y sensores de profundidad, entre otras particularidades-, hace cada vez más delgada la línea entre la realidad y el mundo virtual.
Pero estos sistemas tienen otras aplicaciones. Una de ellas es la que han desarrollado investigadores de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, que han diseñando unas gafas biónicas que, bajo la apariencia de unas simples lentes, ayudarán a personas con diferentes problemas de visión, infroma el blog de ciencias de dicha universidad en un comunicado.
El objetivo es proporcionar una visión más nítida a quienes presentan vista nublada o borrosa o a quienes no pueden procesar imágenes detalladas.
“Queremos ser capaces de mejorar la visión de personas que han perdido esta capacidad o que tienen poca o casi ninguna visión», explica el doctor Stephen Hicks, del Departamento de Neurología Clínica de la Universidad de Oxford.
Además, Hickis sostiene que “estas gafas deben permitir a la gente ser más independientes y encontrar sus propios caminos, así como detectar señales de alerta».
Aptas para paliar la degeneración macular y la retinopatía diabética
Las gafas biónicas resultarán adecuadas para aquellas personas que padecen los tipos más comunes de deficiencia visual, como la degeneración macular relacionada con la edad y la retinopatía diabética.
Según datos proporcionados por el Servicio Nacional de Salud de Inglaterra (cuyas siglas son NHS, del inglés Nacional Health Service), alrededor del 30% de las personas que tienen más de 75 años presenta signos tempranos de degeneración macular relacionada con la edad, y aproximadamente el 7% sufre esta enfermedad ocular en estadios más avanzados. Además, el NHS estima que el número de ingleses que padecen este trastorno ocular, que por razones que se desconocen afecta más a mujeres que a hombres, a lo largo de este año se situará en unas 239.000 personas.
Para explicar el alcance de este trastorno, Stephen comenta que estos tipos de trastornos de la visión son los que provocan que una persona “pueda ser capaz de ver su propia mano en movimiento delante de sus ojos, pero no pueda definir los dedos».
Tecnología led
Las nuevas lentes biónicas incorporan tecnología de última generación. Por un lado, llevan dos pequeñas cámaras de vídeo incrustadas en las esquinas superiores de las gafas. Éstas capturan lo que el usuario está mirando a su alrededor, mientras que una pantalla de luces diminutas, ensambladas en las mismas lentes, retroalimentan la información registrada por las cámaras con datos adicionales acerca de los objetos, personas u obstáculos a la vista.
Para procesar lo que recogen las cámaras y recrearlo en las lentes, un ordenador tipo smartphone reconoce en tiempo real los objetos que aparecen en la imagen del vídeo.
“Esta información adicional debe permitir a la gente moverse por una habitación, seleccionar las cosas más relevantes y localizar objetos cercanos. De esta forma podrá ayudarles a mantenerse independientes”, apunta el responsable del desarrollo del dispositivo.
Colores y brillo para identificar personas u objetos
Con el fin de poder diferenciar la información facilitada por la pantalla led, los investigadores han apostado por usar luces de diversos colores para indicar la presencia de “personas u objetos importantes, y el brillo (la intensidad de esta propiedad) para indicar la cercanía de las cosas”, explica Stephen, quien sugiere que esta tecnología podría incluso facilitar la lectura de los titulares de los periódicos.
En cuanto al precio de estos cristales de alta tecnología, sus creadores estiman que podría rondar las 500 libras, “en comparación, un perro guía entrenado cuesta entre 25 y 30.000 libras”, según sus cálculos.
Por el momento, los investigadores están probando la eficacia y viabilidad de estos prototipos, exhibidos en la exposición científica del verano de la Royal Society, que se celebra en Londres hasta el próximo día 10 de julio. Además, el Instituto Nacional de Investigación en Salud les ha concedido una financiación para llevar a cabo un estudio de viabilidad durante un año y posteriormente poner en marcha un plan para testar este sistema en personas desde sus propias casas.
Hacer un comentario