Si existen otros universos aparte del nuestro, éstos podrían ser detectables, predicen científicos en un nuevo estudio cuyos resultados han sido publicados en la revista Physical Review D. En este estudio, Matthew C. Johnson y sus colaboradores, Anthony Aguirre y Assaf Shomer, de la universidad de California en Santa Cruz, explican que han evaluado la posibilidad de que existan algunos efectos observables o “marcas” distinguibles que otros universos hubieran dejado en el nuestro, debido a colisiones entre ellos acaecidas en la época en que nuestro universo era aún muy reciente.
La idea de que existen otros universos es controvertida en la cosmología actual. Si realmente existieran, lo más probable es que no sean perceptibles y sería muy difícil probar su existencia. Lo que aporta el nuevo estudio es la hipótesis de que, si realmente existieron otros universos que colisionaron con el nuestro, hipotéticamente podríamos hoy detectar su presencia, lo que en opinión de los autores de este estudio constituye un trascendental descubrimiento.
Al mismo tiempo, estos investigadores reconocen que las consecuencias de esa eventual colisión entre universos continúan siendo una cuestión abierta, ya que, aunque se considera que si hubo colisión entre universos ambos habrían sido destruidos, lo que proponen estos científicos es una nueva aproximación.
Johnson ha declarado al respecto a la revista World Science que aún queda por definir qué tipo de secuelas habría que buscar para confirmar el choque entre los universos. Algunas teorías físicas señalan que realmente existen otros universos, llamados universos burbuja y que cada uno de ellos tiene sus propias características e incluso valores diferentes de las constantes físicas.
Demostrar la transmultiversalidad
Tras la idea de los universos burbuja subyace la hipótesis de que, aparentemente, el espacio entero contiene energía, la llamada energía del vacío, que es una energía de fondo de origen puramente cuántico y responsable de efectos físicos mensurables, como el efecto Casimir (fuerza física ejercida entre objetos separados debido a la resonancia de los campos energéticos en el espacio entre los objetos).
Algunos cosmólogos han propuesto que, si se dan ciertas circunstancias, esta energía puede crecer de manera explosiva dando lugar a un nuevo universo –como ocurrió con el nuestro-. Esto podría estar sucediendo continuamente, generando muchos universos que coexistirían con el que conocemos de la misma forma que coexisten las burbujas en un baño espumoso.
Analizar la radiación del fondo cósmico
¿Pero cómo saberlo? Johnson y sus colegas creen que cualquier encuentro o colisión entre los universos habría producido efectos que se propagarían en ambas direcciones. Dichos efectos quizá dejaran huellas en la forma de material expelido, que podrían afectar a la distribución de la materia en cada universo afectado.
Si un tipo de colisión así hubiera acontecido recientemente, desde la perspectiva temporal de nuestro universo, resultaría indetectable dado que el universo es demasiado extenso como para que se vea notablemente afectado. Sin embargo, si los hechos ocurrieron hace mucho tiempo, es decir, cuando el universo era aún muy pequeño, la marca podría ser aún visible al haberse expandido.
Cuando el universo medía aproximadamente menos de una milésima parte de lo que mide actualmente, se cree que sufrió una transformación. Según se fue expandiendo, se enfrió lo suficiente como para que se formaran los átomos. Entonces se volvió transparente.
Antes de esto, el universo había consistido en una espesa niebla con pequeñas variaciones de densidad en diversos puntos. Las partes más densas siguieron aumentando y al unirse dieron lugar a las galaxias.
Investigaciones pendientes
Pero esta niebla es aún visible porque muchas de las ondas lumínicas que se produjeron en ese momento en ella nos llegan ahora y son observables en la forma de un débil resplandor que llena universo por completo.
Estas ondas han sido denominadas radiación de fondo de microondas, que es una forma de radiación electromagnética considerada por muchos cosmólogos como la prueba principal del modelo cosmológico del Big Bang que diera lugar al universo. Esta radiación es asimismo considerada el borde de nuestro universo conocido.
Los astrónomos plantean que una colisión entre universos podría haber generado un patrón que habría reordenado las fluctuaciones de densidad en estas circunstancias y que, si pudiera registrarse dicha reordenación, aparecería como un área de irregularidad simétrica.
Hasta ahora nadie ha intentado buscar dicha irregularidad, pero los autores de este estudio han encontrado al menos una llamativa asimetría anómala en el cosmos que , aunque no se atreven a afirmar que se trata de la huella de otro universo, consideran que esta hipótesis puede ser el comienzo de un largo proyecto de investigación.
El caso es que las variaciones de temperatura en el fondo cósmico de microondas se cree que reflejan las variaciones de densidad en el universo primitivo, pero aún quedarían por hacer numerosas investigaciones para poder llegar a una respuesta.
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