Tendencias21
El cerebro tiene dos centros de belleza

El cerebro tiene dos centros de belleza

El cerebro procesa de diferente forma la belleza que experimentamos cuando vemos la cara de una persona, de la que percibimos cuando contemplamos una obra de arte. La primera nos produce una satisfacción inmediata, la segunda a medio plazo. La belleza es universal como concepto y particular como percepción.

Las neurociencias no han encontrado todavía una base neuronal común que explique la experiencia de la belleza, pero han determinado que el cerebro procesa de forma diferente la percepción de una cara que la de una obra de arte.

Esa enigmática experiencia ha sido estudiada históricamente, tanto desde la filosofía (estética) y desde la historia, como desde la sociología y la psicología social, sin que todavía hayamos alcanzado una definición concluyente de lo que es la belleza.

El gran filósofo occidental Tomás de Aquino (1225-1274) definió la belleza como aquello que agrada a la vista. Edmund Burke (1729-1797), filósofo anglo-irlandés, definió la belleza, unos 500 años después de Aquino, como una cualidad de los cuerpos que obra maquinalmente en el espíritu humano por medio de los sentidos.

Además de definir la belleza, tanto desde la ciencia como desde la filosofía hemos intentado comprender la fascinante experiencia que nos emociona y atrae, ya sea a través de la música, la pintura o escultura, o a través del mundo de las ideas, de las formas o del movimiento.

Para penetrar en ese misterio, durante las dos últimas décadas  los neurocientíficos han tratado de determinar si existe una base neuronal común de la experiencia de la belleza: aunque no la han encontrado, han averiguado algunas cosas.

¿Cuestión de corteza?

En 2011, científicos del University College de Londres, en el Reino Unido, descubrieron que la percepción de la belleza es posible gracias a la activación de una región situada en la zona delantera del encéfalo, concretamente en la corteza orbitofrontal medial, relacionada con el procesamiento cognitivo de la toma de decisiones.

Esta región del encéfalo “se enciende” cuando se experimenta algo bello, como una pintura o una pieza musical, señalaron en un artículo publicado en PLOS ONE.

Desde entonces, la evidencia empírica de una base neuronal común de diferentes formas de belleza no ha sido concluyente y esa sensación perdura todavía en el ámbito de las neurociencias.

Dos centros de belleza

Una nueva investigación desarrollada en la Universidad de Tsinghua, China, dirigida por el profesor Hu Chuan-Peng, ha penetrado un poco más en este misterio.

Según esta investigación, en el cerebro tenemos al menos dos “centros de belleza”, uno especializado en la belleza que observamos en los rostros de otras personas, y el otro especializado en la belleza que podemos apreciar en las obras de arte.

El descubrimiento, aunque relevante, no disipa el carácter enigmático que tiene para las neurociencias la experiencia de la belleza, destacan los autores de esta investigación.

El estudio se desarrolló estudiando imágenes cerebrales de 1.000 personas, recogidas en una serie de artículos previos ya publicados, con edades comprendidas entre los 18 y los 50 años.

Metanálisis

Ninguna de esas personas era experta en arte, pero se analizaron sus reacciones cerebrales ante pinturas, esculturas, videos de arquitectura y danza artística, así como sus respuestas neuronales a la contemplación de rostros de otras personas.

Después de revisar todos los estudios, los investigadores se centraron en los datos de 49 de ellos, que representan reacciones neuronales de 982 participantes.

Los investigadores llevaron a cabo comparaciones estadísticas de los datos registrados mediante una técnica de metanálisis llamada «estimación de probabilidad de activación» (ALE).

Esta técnica les permitió rastrear patrones de actividad cerebral en las personas que miraban algo bello, ya fueran expresiones artísticas como rostros humanos: luego combinaron datos para ver si surgían coincidencias consistentes.

Las caras, mejor

Lo primero que apreciaron es que mirar caras bellas activa varias partes del cerebro: la corteza prefrontal ventromedial (vmPFC), implicada en la toma de decisiones emocionales, la corteza cingulada anterior pregenual (funciones ejecutivas), así como el estriado ventral izquierdo, también conocido como centro universal de la motivación.

Estas regiones permanecen indiferentes cuando las personas miran obras de arte, si bien en ese momento se registra una mayor actividad neuronal en la corteza prefrontal medial anterior (aMPFC), relacionada con las respuestas emocionales.

Para los investigadores, esa diferente reacción cerebral ante una misma experiencia de belleza, puede explicarse porque la contemplación de un rostro o de una obra de arte activa de distinta forma el sistema de recompensa del cerebro.

Eso significaría, según los autores, que cuando miramos la cara de otra persona que nos parece hermosa, la percepción es tratada por nuestro cerebro como “recompensas primarias”, porque pueden producir satisfacción a corto plazo.

Sin embargo, cuando contemplamos un cuadro o una obra de arte, el cerebro procesa la percepción de manera diferente, como “recompensa secundaria”, porque la satisfacción experimentada es de otra naturaleza: más profunda y dilatada en el tiempo que requeire un procesamiento de alto nivel.

Belleza universal y particular

La conclusión que puede extraerse de esta investigación es que, para el cerebro, la belleza de un rostro no es lo mismo que la belleza de una pintura o una escultura.

Y no le falta razón, ambas experiencias nos fascinan, pero no es menos cierto que las experimentamos de diferente forma.

Puede por ello que la belleza tenga todavía algo más fascinante: es universal como concepto y particular como percepción, todo a la vez. Y el cerebro lo sabe, aunque hasta ahora no nos hayamos dado cuenta.

Referencia

Seeking the “Beauty Center” in the Brain: A Meta-Analysis of fMRI Studies of Beautiful Human Faces and Visual Art. Hu Chuan-Peng, et al. Cognitive, Affective, & Behavioral Neuroscience, volume 20, pages 1200–1215(2020). DOI :https://doi.org/10.3758/s13415-020-00827-z

Imagen superior : Glauco Gianoglio en Pixabay

Eduardo Martínez de la Fe

Eduardo Martínez de la Fe, periodista científico, es el Editor de Tendencias21.

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Crean el primer robot organoide con materia cerebral humana 4 julio, 2024
    Un sistema de interfaz cerebro-ordenador desarrollado en China combina la materia cerebral humana con un chip para crear un robot híbrido: se trata de un organoide creado en base a células madre en un entorno controlado de laboratorio, que interactúa con electrodos para llevar adelante funciones cerebrales básicas.
    Pablo Javier Piacente
  • Una pierna biónica puede ser controlada por el cerebro y hasta permite escalar o bailar 4 julio, 2024
    Los investigadores han desarrollado una nueva pierna protésica que se puede controlar a través de señales cerebrales: permite caminar a velocidades máximas equivalentes a las personas sin amputación, además de realizar excursiones, escalar y hasta bailar. Se trata de la primera prótesis con estas características que puede ser controlada totalmente por el sistema nervioso del […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren yacimientos de biodiversidad que podrían evitar la sexta gran extinción 4 julio, 2024
    En el mundo hay 16.825 yacimientos de biodiversidad que podrían evitar la sexta gran extinción de la vida en la Tierra. Se encuentran principalmente en los trópicos y subtrópicos y su conservación es asequible y alcanzable.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Las células de nuestro cerebro se resisten a morir 3 julio, 2024
    Un análisis comparativo de tejido cerebral post mortem y muestras tomadas de pacientes vivos ha revelado por primera vez diferencias significativas en la forma en que se modifican las hebras de ARN (ácido ribonucleico) durante la vida y al momento de morir, exponiendo nuevos objetivos potenciales para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren un antiguo mundo perdido en las profundidades de la Antártida 3 julio, 2024
    Un gigantesco sistema fluvial que existió hace millones de años en las profundidades del hielo antártico conformó un verdadero mundo hoy ya extinto: los científicos identificaron restos de un enorme río que existió hace aproximadamente 34 millones de años y dio vida a una zona que actualmente está dominada por grandes masas de hielo.
    Pablo Javier Piacente
  • Jocelyn Bell Burnell, ignorada por el Nobel, reconocida por el mundo científico 3 julio, 2024
    Jocelyn Bell Burnell, descubridora del primer púlsar, quedó excluida del Premio Nobel de Física en 1974, concedido a los científicos con los que había realizado el hallazgo.  Más de 50 años después, fue galardonada con el Premio Breakthrough Especial en Física Fundamental, por toda una vida de liderazgo científico inspirador. El importe del premio lo […]
    Alicia Domínguez, Eduardo Costas (*).
  • Descubierto el ritual más antiguo del mundo, transmitido durante 500 generaciones 2 julio, 2024
    Un ritual ancestral en una cueva de Australia podría ser el más antiguo del mundo: practicado durante 500 generaciones por indígenas australianos, se desarrolla sin interrupciones desde hace 12.000 años hasta la actualidad, aunque fue documentado inicialmente en el siglo XIX. Identificado a partir de restos de viejas fogatas, los científicos creen que podría ser […]
    Pablo Javier Piacente
  • Revelan un nuevo paraíso hidrotermal en las profundidades del océano 2 julio, 2024
    Frente a la costa de Svalbard, en Noruega, a más de 3.000 metros de profundidad, los científicos han descubierto un campo de fuentes hidrotermales a lo largo de la cresta Knipovich, una cadena montañosa submarina. El sitio esconde un oasis de extrañas formas de vida, capaces de prosperar en los ambientes más extremos de la […]
    Pablo Javier Piacente
  • El camino a los viajes espaciales de larga duración empieza a abrirse gracias a la criónica 2 julio, 2024
    La criónica ha conseguido revivir a gusanos y ampliar la ralentización biológica en operaciones a corazón abierto. El siguiente paso será la criopreservación de órganos y organismos enteros de forma reversible a temperaturas bajo cero. Entonces será posible viajar durante cientos de años a planetas lejanos.
    Alejandro Sacristán
  • Una sola molécula podría revertir el envejecimiento en los músculos y el cerebro 1 julio, 2024
    Un nuevo estudio en ratones y células humanas sugiere que una molécula especialmente seleccionada por los investigadores puede ayudar a revertir los signos del envejecimiento en los músculos y el cerebro, al extender los telómeros y modular genes de vital importancia. En concreto, la molécula inyecta dinamismo a una proteína denominada TERT, que es un engranaje […]
    Pablo Javier Piacente