Los factores ambientales ejercen una influencia primordial en el comportamiento de las poblaciones humanas y las especies no humanas, a pesar de sus orígenes muy diferentes. Según una nueva investigación de un equipo internacional de científicos, las fuerzas ecológicas seleccionan varios comportamientos en entornos distintos, impulsando la diversidad de estilos de vida en todo el mundo.
De acuerdo a un comunicado del Instituto Max Planck, una de las instituciones que participaron del estudio, los seres humanos hallan su comida, se reproducen, comparten la crianza e incluso organizan sus grupos sociales de una forma muy similar a las especies de aves y mamíferos que viven en el mismo entorno.
En el marco de la investigación, los especialistas destacaron que en más del 90% de los comportamientos estudiados en poblaciones humanas se confirmó que dichas comunidades tenían una fuerte tendencia a comportarse de manera similar a la mayoría de otras especies no humanas que residían en su mismo entorno, y no a especies foráneas.
Las investigaciones se realizaron en más de 300 sitios diferentes, un dato que hace posible verificar el fuerte impacto que tiene el entorno en el comportamiento y en la organización social de todas las especies.
En cierta forma, las grandes diferencias entre cada una de las especies quedan en segundo plano al momento de evaluar el influjo del entorno, generando múltiples estilos y formas de vida con color local.
Relación directa con el ambiente
Los resultados del estudio, que fueron publicados en la revista Science, se extrajeron a partir del análisis de aquellas poblaciones humanas que consiguen la mayor parte de sus alimentos explorando el entorno en el que viven.
Según los científicos, estas comunidades no poseen una separación tan fuerte con el ambiente como sucede con las poblaciones humanas que viven en zonas urbanas, una diferenciación marcada a partir de los procesos de expansión e intensificación agrícola.
En el mismo sentido, los investigadores sugieren que muchas de las “imitaciones” en el comportamiento de las especies no se concretarían en comunidades humanas en las que los individuos obtienen alimentos a través de la producción especializada y el comercio, o sea en cualquiera de los entornos urbanos de diferente magnitud y escala.
Aunque en estudios previos se ha analizado cómo las condiciones ambientales dan forma al comportamiento de especies estrechamente relacionadas, la nueva investigación es un primer esfuerzo para realizar una perspectiva comparativa amplia, con el objetivo de analizar sistemáticamente especies muy distintas entre sí, como lo son humanos, mamíferos y aves.
No tan distintos
Junto a la amplitud de las especies comparadas, también es importante destacar que se analizó una extensa gama de comportamientos. En definitiva, los resultados muestran claras evidencias sobre la presencia constante y permanente del efecto del entorno local en el comportamiento.
Por ejemplo, en ambientes en los cuales las poblaciones humanas obtienen la mayor parte de sus calorías de lo conseguido mediante la caza, se observa a su vez un porcentaje más elevado de mamíferos carnívoros y aves con respecto a otros entornos.
Estas asociaciones generadas por el ambiente en común también abarcan aspectos como el almacenamiento de alimentos, las costumbres en cuanto a la extensión de los viajes para obtener comida o si se realizan o no traslados entre las estaciones del año, entre otras cuestiones.
En todos los casos, los científicos comprobaron que cada comportamiento fue más común en humanos, otros mamíferos y aves cuando compartían el mismo espacio. Incluso, los especialistas indicaron que es posible predecir los comportamientos esperados a partir del conocimiento de las condiciones ambientales de un lugar.
Entre las incógnitas a resolver a futuro, los científicos buscarán determinar qué factores ambientales son de particular importancia para comportamientos específicos, como así también llegar a describir cuáles son los mecanismos que vinculan a cada una de las variables que intervienen.
Referencia
Local convergence of behavior across species. Toman Barsbai, Dieter Lukas and Andreas Pondorfer. Science (2020).DOI:https://doi.org/10.1126/science.abb7481
Foto:
Un niño de la tribu africana Bayaka trepando a un árbol de papaya en busca de fruta. Crédito: Sarah Pope.
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