Los orgasmos en las mujeres no son necesarios para la reproducción. El clítoris, que estimula el orgasmo, está situado por encima de donde ocurre el coito, lo que, desde un punto de vista evolutivo, no es una ubicación óptima si el objetivo es estimular la actividad reproductiva.
Sin embargo, la base neuroendocrina del orgasmo es demasiado compleja para ser un simple accidente biológico, argumentan los científicos.
El profesor Gunter Wagner, de la Universidad de Yale, y la profesora Mihaela Pavlicev de la Universidad de Cincinnati, Ohio, suponen que el orgasmo es una especie de regalo evolutivo feliz heredado de linajes de animales más antiguos que solo ovulan durante la cópula.
La respuesta neuroendocrina necesaria para la ovulación en animales como conejos, gatos y hurones se conservó en humanos, pero no su papel en la reproducción, según los investigadores.
«No es una característica reproductiva sino de otra naturaleza, cuyo significado aún necesitamos entender», señala Wagner, autor principal de la investigación, en un comunicado. Los resultados se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
En conejos, gatos y hurones, el clítoris se encuentra en el tracto reproductivo y estimula la liberación de hormonas necesarias para estimular la ovulación y en consecuencia la fecundación.
Las hormonas de estos animales son las mismas que las liberadas durante el orgasmo en las mujeres humanas, pero no tienen nada que ver con el momento de la ovulación o con la reproducción en seres los humanos.
Este reflejo ya no juega un papel en la reproducción, y los genitales femeninos se reorganizaron en humanos y algunas otras especies: el orgasmo parece ser un remanente evolutivo, dicen los investigadores.
Demostración
Para probar la teoría, Wagner y sus colegas inyectaron a los conejos fluoxetina, un antidepresivo médico que se sabe reduce la capacidad de las mujeres para alcanzar el orgasmo.
Si existiera un vínculo biológico entre la ovulación inducida por la copulación y el orgasmo femenino, los conejos tratados con este depresivo deberían ovular menos, pensaron los investigadores. Y lo comprobaron: la ovulación se redujo un 30% respecto a los conejos no tratados, según el estudio.
Wagner señaló que Freud creía que la incapacidad para llegar al orgasmo era resultado de la inmadurez psicológica en las mujeres. Otros han argumentado que es un signo de inferioridad genética o sexual del hombre.
«Esto es importante para nuestra comprensión de la sexualidad femenina», concluye Wagner. «Si esta teoría es correcta, ninguna de esas ideas antiguas es válida».
Según los autores de esta investigación, el orgasmo femenino surgió probablemente para propiciar la liberación de óvulos durante la copulación. Sin embargo, a lo largo de la evolución de las especies, ocurrió algo que hizo innecesario el orgasmo: surgió la ovolación espontánea en humanos y grandes primates.
De esta forma, el orgasmo femenino dejó de ser necesario para la reproducción y seguramente la evolución le otorgó otros propósitos, como un mecanismo para tonificar y estimular las relaciones entre parejas.
Referencia
An experimental test of the ovulatory homolog model of female orgasm. Mihaela Pavlicev et al. PNAS,September 30, 2019. DOI :https://doi.org/10.1073/pnas.1910295116
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