Los seres humanos y los monos son muy diferentes en una gran variedad de aspectos, pero comparten patrones de pensamiento básicos con relación a la estructura del lenguaje, según lo establece un estudio en el que participaron especialistas de la Universidad de California en Berkeley, de la Universidad de Harvard y de la Universidad Carnegie Mellon.
Quizás no puedan comunicarse mediante un lenguaje en común, pero ambas especies son capaces de desarrollar estructuras recursivas. Se denomina de esta forma a un recurso lingüístico que posibilita relacionar frases y conceptos dentro de una estructura mayor, utilizando mecanismos de referencia y repeticiones que van “hilando” las partes de un todo.
Esta función es crucial en el desarrollo del lenguaje y el pensamiento. Ahora, los especialistas norteamericanos han llegado a una conclusión muy interesante: los primates no humanos serían capaces de manejar estructuras recursivas como lo hacen los seres humanos, de acuerdo a los resultados de una reciente investigación que compara el comportamiento de tres grupos de estudio.
Según indica un comunicado de prensa de la Universidad de California en Berkeley, los expertos realizaron pruebas en una comunidad de nativos amazónicos en Bolivia, entre adultos y niños estadounidenses y entre ejemplares de monos macacos. Los estudios tuvieron en cuenta especialmente las diferencias de especie, cultura y edad, buscando hallar patrones en común en las estructuras de pensamiento.
Similitudes sorprendentes
Los participantes tuvieron que memorizar una secuencia de símbolos en un orden concreto para poder establecer relaciones, de forma análoga al funcionamiento de las estructuras recursivas aplicadas al lenguaje. En el caso del grupo de niños y adultos de Estados Unidos y del grupo de monos se utilizó una pantalla táctil para realizar la prueba.
En cambio, como los pueblos originarios de Tsimane, en Bolivia, no tienen una fuerte relación con las tecnologías actuales se emplearon con ellos diferentes fichas y figuras de papel. Cuando las pruebas se realizaban correctamente, los participantes recibían distintos estímulos positivos: señales sonoras en el caso de los participantes estadounidenses, bocadillos para los monos y expresiones verbales con los nativos amazónicos.
Los investigadores partieron de una hipótesis compartida por muchos científicos: aunque humanos y monos registran múltiples diferencias cerebrales y determinadas capacidades son propias del ser humano, al mismo tiempo existen similitudes neuronales que tienen su correlato en estructuras de pensamiento que ambas especies comparten.
Es así que los resultados de este estudio muestran que todos los grupos de participantes, en distintos grados y con diferentes características, lograron ordenar y resolver sus pruebas utilizando mecanismos propios de las estructuras recursivas. Los investigadores resaltaron que en el caso específico de los monos es posible que aprendan a representar un proceso recursivo con el suficiente entrenamiento.
De esta manera, se comprueba una vez más que el mundo animal reserva aún muchas sorpresas para el hombre en cuanto a los límites de su potencial en términos de pensamiento, autoconsciencia, comunicación y lenguaje, entre otras áreas.
Referencia
Recursive sequence generation in monkeys, children, U.S. adults, and native Amazonians. Stephen Ferrigno, Samuel J. Cheyette, Steven T. Piantadosi and Jessica F. Cantlon. Science Advances (2020).DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.aaz1002
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