La tan temida brecha digital ha sido uno de los temas estrella del encuentro #NeThinking “¿Cómo comunicamos?, que se ha celebrado durante dos días en San Simón, la Isla del Pensamiento, donde se ha dado cita un grupo formado por destacados comunicadores y expertos en redes sociales, que son referentes en el panorama nacional por la notoriedad de sus bitácoras personales, por su actividad en redes como Twitter o Facebook y por su experiencia en contenidos multimedia.
Durante los dos días de encuentro, el seguimiento ha alcanzado el trending topic (tema del momento) en twitter a nivel de toda España y lo han seguido por streaming internautas de 33 países de Europa, América, Asia y África.
Entre los participantes en este foro, coordinado por el periodista y experto en redes sociales Nacho de la Fuente, figuran comunicadores como Eva Hache, cineastas como Nacho Vigalondo, músicos como Julián Hernández, reconocidos y activos blogueros como José Jiménez Moltó (Kurioso) y Javier Pedreira (Wicho); editores de medios digitales y expertos en redes sociales como Javier Celaya, Ismael El-Qudsi, Juanjo Amorín, Marilin Gonzalo, Eduardo Arcos o Carmela Ríos; consultores como Mario Tascón y Antonio Delgado; especialistas en email marketing como Jorge Martínez Linares, y destacados periodistas y expertos en comunicación de diferentes universidades gallegas como Francisco Campos, Manuel Gago o Valentín Alejandro Martínez.
A continuación resumimos tan interesante debate.
De la comunicación lineal a la comunicación en red
La brecha digital: La comunicación en red ha generado dos “castas”: los que están dentro y los que no. Existen tres usuarios: el pasivo, el activo y el entusiasta, a los que hay que añadir los que se están quedando fuera. Se plantea la alfabetización de los ciudadanos en el lenguaje digital, con diferentes opiniones encontradas sobre la necesidad de establecer códigos de conducta.
La metamorfosis del comunicador
Los contenidos: ¿Información o comunicación? Se discute sobre la obligación de generar contenidos de calidad o la libertad para utilizar la red y en concreto las redes sociales con plena libertad. Entra en juego en este capítulo el debate recurrente sobre el rol del periodista, el comunicador, el usuario y el receptor. Se alude a la necesidad de distinguir entre soporte, que es la herramienta, y contenido, que sigue siendo muy importante independientemente de la tecnología.
Los peligros de la inmediatez: Se asume que los medios digitales han ganado la batalla de la inmediatez a los medios convencionales, pero se alerta del peligro de la inmediatez, sobre todo cuando hablamos de la profesión periodística, a la hora de contrastar fuentes y de generar contenidos de calidad.
El rol social del comunicador
Durante este tramo del debate se establece un doble discurso: el que atañe al periodista tradicional y a su adaptación al entorno web y el del usuario convertido en emisor que no tiene por qué estar obligado a cumplir el código deontológico que obliga al periodista. Se defiende el rol del periodista y su papel a la hora de filtrar la información, independientemente del soporte. Con respecto a los comunicadores, se augura que se convertirán en “marcas” y en la medida en que lo consigan tendrán mayor o menor valor para los medios.
Los medios convencionales y la red: ¿Convivencia o fagocitación?
Se indica que los medios al tratar de adaptarse a las nuevas tecnologías han canibalizado sus propias versiones en soporte papel, y están en un proceso de metamorfosis que no se sabe cómo, cuándo y con qué resultado finalizará.
Otro elemento para el debate: Con la eclosión de las nuevas tecnologías los medios de comunicación se ven en la disyuntiva de reinventarse, mutar hacia una nueva forma de ejercer su función de comunicación social en la que la inversión en I+D+i, fundamental para ello, es escasa y está mal orientada hacia la tecnología.
El temor al fracaso a corto plazo y al no cumplimiento de objetivos y expectativas atenúa el esfuerzo innovador de modo que por lo general, la única forma de superar las inercias de los grandes grupos mediáticos es a través de la sustitución de directivos por otros que vengan con nuevos enfoques.
La eclosión de las tecnologías: ¿Acabaremos siendo esclavos de ellas?
La clave está en la monetización de la creación, pues pese al rechazo general al pago de contenidos, aquellos que otorguen un mayor valor añadido tendrán una mayor viabilidad, valor añadido que se obtiene por vías como la hiperlocalización o el punto de vista especializado. En todo caso, se está generando un mercado de la atención con un importante potencial, pues en todo caso las nuevas tecnologías de la información y la comunicación facilitan el llegar a más gente y que aparezcan más nichos de mercado viables en términos de rentabilidad.
Una rentabilidad que sólo se obtendrá atendiendo a las necesidades y demandas de unos consumidores cada vez más exigentes y con una oferta de información, ocio y entretenimiento cada vez más rica que implicará que finalmente se pongan en valor los contenidos de mayor calidad y en los que en cualquier caso el pago no siempre será en términos monetarios, sino de tiempo, datos personales o atención.
Se concluye que hace falta un diccionario que acerque a la gente el lenguaje de las nuevas tecnologías.
Los derechos de autor y la propiedad intelectual: Otra cuestión fundamental de cara al futuro será la revisión y actualización de la aplicación de los derechos de autor y propiedad intelectual. Se considera que las nuevas tecnologías seguirán cada vez más siendo una fuente de negocios, pero los problemas de la privacidad deben estar en permanente vigilancia. Se plantea también que el futuro necesariamente pasa por que sean los usuarios los que eligen a la carta los contenidos, independientemente del soporte.
Conclusión: Como un buen vino, Internet es bueno en su justa medida, y todo en exceso es, cuando menos, arriesgado. La tecnología debe ayudarnos a vivir mejor, no acabar condicionando nuestra vida.
La Saturación informativa: ¿Un valor o una amenaza?
Por último, se sugiere que hay un mundo paralelo virtual que se está construyendo, un mundo que acerca la cultura, aunque aún falta formación, educación, modelos didácticos…se verá una Internet de dos velocidades como ha pasado con otras cuestiones.
Así, el encuentro finaliza como empezó, alertando sobre los peligros de la internet de dos velocidades en la era de la democratización informativa. La tan temida brecha digital.
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