Un estudio de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) señala que el mundo necesita valorar las contribuciones simbólicas de la naturaleza más allá de su valor material, comprendiendo también las aportaciones sociales y culturales que ofrece a las sociedades humanas. El estudio se ha publicado en la revista Science firmado por 30 expertos internacionales, según informa IPBES en un comunicado.
La comida abundante, el agua limpia y el aire saludable son los beneficios más valiosos y visibles de la naturaleza para las personas. Esto ha reforzado la creencia generalizada y cada vez más controvertida de que la naturaleza es principalmente una fuente de servicios o de productos básicos. El nuevo enfoque propone incluir otras contribuciones de la naturaleza a la humanidad a la hora de establecer políticas medioambientales.
En el artículo se señala que la naturaleza no es sólo un tema de capitales, productos o de flujos. La alimentación es un buen ejemplo para explicar el concepto: no sólo se basa en nutrientes, sino que está en el centro de las identidades culturales, del arte y en la base de la felicidad humana. De la misma forma, las contribuciones de la naturaleza trascienden lo que pueden informar los mercados de las materias primas para la economía.
Según los investigadores, el ejemplo de la alimentación se puede generalizar a todos los ámbitos de la naturaleza: por ejemplo, si tenemos en cuenta su papel en los ciclos naturales del agua, y el aire.
Añaden que un bosque es mucho más que un lugar donde pasear y contemplar árboles, ya que puede representar la identidad de un pueblo o de una cultura. Estos valores relacionales con la naturaleza son básicos, pero normalmente no se consideran cuando están en juego beneficios materiales y económicos, señalan los investigadores en su artículo.
Estas aportaciones intangibles son las que hay que tener en cuenta en nuestra relación con la naturaleza y las que deben estar integradas en las decisiones políticas que afectan a nuestra relación con la naturaleza, señalan.
18 modalidades
El IPBES define 18 modalidades de las contribuciones que la naturaleza realiza a nuestras sociedades, entre ellas su contribución al clima, al agua, la alimentación, la medicina, la identidad de los pueblos y las personas, a los procesos de aprendizaje…
El nuevo concepto tiene en cuenta la pluralidad de formas de bienestar de las sociedades, la diversidad cultural y un nuevo grupo de valores que aporta la naturaleza a la sociedad humana, como son los valores relacionales basados en los vínculos entre las personas y entre los seres humanos y la naturaleza.
El reconocimiento de los efectos retroactivos de estos mecanismos que unen las dinámicas sociales (anthropogenic assets) y las dinámicas ecológicas evolutivas y funcionales, permite analizar el estado de la biodiversidad y de los ecosistemas con un nuevo enfoque, así como proyectar los efectos de los diferentes impactos de la actividad humana sobre la naturaleza con una nueva mirada, más completa e integradora.
Integrar otros conocimientos
La nueva visión, además de enfatizar la importancia de la cultura en las relaciones entre las personas y entre ellas y la naturaleza, reconoce otros sistemas de conocimiento, además del científico, que están basados en una cultura ancestral, como la de los pueblos indígenas, que han sabido conciliar la biodiversidad del planeta en sus relaciones con la naturaleza.
Las contribuciones de la naturaleza para la gente son cruciales para todo el mundo, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, señalan los científicos. La naturaleza asegura el bienestar y las necesidades de todas las personas, desde la salud y la felicidad hasta la prosperidad, y la seguridad alimentaria y energética.
Son este tipo de contribuciones inmateriales de la naturaleza las que busca integrar el nuevo enfoque presentado por este grupo de científicos, con la finalidad de que sean incluidas en las evaluaciones de los beneficios que reporta la naturaleza a la sociedad, y conseguir así mejores decisiones políticas sobre cómo debemos relacionamos con la naturaleza.
La naturaleza debe no debe ser entendida por más tiempo como un objeto, sino como algo consustancial al ser humano y al progreso de la sociedad, concluyen.
El nuevo concepto ya será integrado en los siguientes informes del IPBES sobre la biodiversidad y los ecosistemas y su impacto sobre la calidad de vida, que serán publicados en marzo, así como en el nuevo informe mundial del IPBES, previsto para 2019.
Referencia
Assessing nature’s contributions to people. Science 19 Jan 2018: Vol. 359, Issue 6373, pp. 270-272. DOI: 10.1126/science.aap8826
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