Un informe de Naciones Unidas señala que, a medida que el cambio climático trae días cada vez más calurosos, la demanda mundial de dispositivos de refrigeración crece a un ritmo de 10 dispositivos por segundo.
Se estima que hay 3.600 millones de equipos de refrigeración en uso en todo el mundo, que abarcan tanto a aparatos de aire acondicionado como neveras y congeladores.
El informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que, si los equipos de refrigeración se generalizan a todas las personas que los necesitarán en un contexto de calentamiento global, estarán en funcionamiento hasta 14.000 millones de aparatos de refrigeración en el año 2050.
El informe dice también que, aunque los dispositivos de enfriamiento como los aires acondicionados y los refrigeradores son cruciales para la salud humana, las emisiones de los combustibles fósiles utilizados para alimentarlos podrían empeorar el cambio climático.
Especifica que la creciente demanda de refrigeración está contribuyendo significativamente al cambio climático, debido al consumo de combustibles fósiles que alimentan a los aires acondicionados y otros equipos de refrigeración.
En la diana
Los aparatos de aire acondicionado están en la diana del calentamiento global porque consumen energía contaminante y además emiten hidrofluorocarbonos, unos gases de efecto invernadero mucho más dañinos para el medio ambiente que el dióxido de carbono (CO2).
Se desencadena así un circulo vicioso que se retroalimenta continuamente: la escalada de la temperatura aumenta las necesidades de refrescar el aire que respiramos y ese servicio tecnológico aumenta todavía más el calor del entorno en el que vivimos.
En 1987, el Protocolo de Montreal estableció un plan para eliminar los contaminantes nocivos en el uso de los refrigerantes.
En 2019, entró en vigor enmienda al citado protocolo con la finalidad de reducir la producción y el consumo de hidrofluorocarbonos (HFC) en más de un 80% durante los próximos 30 años, pero todavía no lo han firmado los países más contaminantes, como Estados Unidos, India y China.
Acción internacional
Lo que pide Naciones Unidas en su nuevo informe es una acción internacional coordinada en materia de sistemas de enfriamiento eficientes y respetuosos con el clima para evitar hasta 460.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero -aproximadamente el equivalente a ocho años de emisiones mundiales a niveles del 2018- en las próximas cuatro décadas.
Durwood Zaelke, copresidente del comité directivo del informe, explicó a Reuters que «duplicar la eficiencia energética de los equipos de enfriamiento … puede evitar que alrededor de 1.600 centrales eléctricas de tamaño mediano se construyan para 2030».
Naciones Unidas estima que, con su plena implementación, la Enmienda Kigali puede evitar hasta 0,4 °C de calentamiento global a fines de este siglo.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estima que la duplicación de la eficiencia energética del aire acondicionado para 2050 reduciría la necesidad de disponer de 1.300 gigawatios de capacidad de generación eléctrica adicional para satisfacer la demanda máxima.
Cada vez más calor
La Organización Mundial de la Salud estimó hace dos años que entre 2030 y 2050 el cambio climático puede provocar 38.000 muertes adicionales en todo el mundo, y según un estudio publicado en Nature en 2017, el 74% de la población del mundo sufrirá temperaturas letales al menos 20 días al año.
A nivel mundial, más de mil millones de personas carecen de acceso a la refrigeración, lo que pone en riesgo su salud y seguridad, y otros 2.200 millones solo pueden permitirse una refrigeración más barata y menos eficiente en energía, según un informe reseñado por Reuter.
Tecnologías para detener esta escalada y contener el impulso al calentamiento global que suponen los aires acondicionados ya existen y estás disponibles, pero solo falta la decisión política para implementarlas.
Por ejemplo, ciudades bien diseñadas podrían ahorrar el 25% de la energía utilizada para calefacción y refrigeración. Prohibir refrigeradores y acondicionadores de aire baratos y obsoletos rebajaría considerablemente el costo energético doméstico o industrial.
La acción es cada vez más urgente porque, según el Dr. Jimmy Lee, citado por la BBC, en pocos años los veranos se van a volver demasiado calurosos para los humanos y no se podrá trabajar al aire libre durante la estación estival.
Referencia
Cooling Emissions and Policy Synthesis Report: Benefits of cooling efficiency and the Kigali Amendment. 2020 United Nations Environment Programme – International Energy Agency.
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