La capa de hielo de la Antártida oriental es más vulnerable de lo que se pensaba debido a un viento fuerte que aporta aire caliente y barre la nieve, según las conclusiones de un grupo de investigadores en climatología.
Su investigación combina modelos climáticos, observaciones de satélite y medidas sobre el terreno y se publica en la revista Nature Climate Change, explica la Universidad Libre de Bruselas en un comunicado.
En la Antártida hay suficiente hielo para hacer subir el nivel del mar varias decenas de metros, dicen los investigadores, y su estudio demuestra que la Antártida oriental es vulnerable al cambio climático.
En las últimas proyecciones sobre el clima del Panel Internacional sobre el Cambio Climático, la contribución de la Antártida a la subida del nivel del mar se considera incierta, debido a lagunas en el conocimiento de los procesos de evolución de las plataformas de hielo.
Según los investigadores, se observan pocos efectos del cambio climático en la Antártida oriental porque esta región está muy aislada del resto del planeta. Sin embargo, para sorpresa de los investigadores, las plataformas de hielo situadas en algunas regiones de la Antártida oriental se están fundiendo más deprisa de lo previsto porque parece que son muy sensibles al cambio climático.
Estas plataformas de hielo son conocidas como indlandsis o casquete glaciar, y a veces calota de hielo o capa de hielo. Se trata de la masa de hielo de gran espesor que cubre una región extensa de la superficie continental en las regiones polares de la Tierra. No debe confundirse con la banquisa, la capa de hielo flotante de extensión variable que se forma en los mares polares, ni con el casquete polar.
Puntos calientes
Gracias a una combinación única de medidas sobre el terreno y a datos de satélite, y a un modelo climático, los investigadores han sido capaces de explicar la rápida fundición de algunas de las plataformas de hielo de la Antártida oriental.
Han descubierto que vientos fuertes y persistentes aportan aire caliente y seco en la región y que se llevan la nieve. La superficie se vuelve entonces menos reflectante y absorbe más luz del Sol, lo que provoca un microclima más suave que genera unos puntos calientes.
Como las plataformas de hielo flotan sobre el mar, su fundición no contribuye directamente a la subida del nivel de las aguas. Sin embargo, estas plataformas que rodean a la Antártida juegan un papel fundamental en la estabilidad del casquete glaciar (indlandis) porque retienen el hielo que reposa sobre la tierra firme.
Ahora bien, si estas plataformas que rodean a la Antártida también se derriten, el hielo que está sobre tierra firme se vuelca en el mar haciendo subir su nivel, señalan los investigadores.
Cráter misterioso
Las investigaciones de este grupo pretendían aclarar el misterio que rodea a un cráter descubierto en 2015 en la plataforma de hielo del Rey Balduino. En su momento se pensaba que se debía al impacto de un meteorito.
Estos investigadores consideraban improbable esta hipótesis, por lo que en enero de este año se trasladaron hasta el cráter y descubrieron que en realidad se trataba de un lago colapsado cuyas aguas se vertían al océano a través de remolinos, es decir, se ha creado un pozo en medio del hielo.
Fue una sorpresa porque la mayor parte de los remolinos se observan en Groenlandia y nunca habían visto uno en una plataforma de hielo. A continuación descubrieron numerosos lagos ocultos bajo la superficie de hielo, alimentados por el agua del hielo derretido, algunos de los cuales miden muchos kilómetros.
Así constataron, con el apoyo de imágenes de video tomadas sobre el agua, que existía una gran cantidad de agua procedente del derretimiento del hielo en la región.
Casquete vulnerable
¿Podría ser un signo del cambio climático? El cráter no era nuevo para los investigadores, porque los satélites lo habían detectado en 1989. La cantidad de agua fundida varía enormemente de un año a otro, pero es más importante en los años cálidos.
El año pasado, un artículo publicado en una prestigiosa revista reveló que la contribución de la Antártida a la subida del nivel de los océanos dependía estrechamente de la estabilidad de estas plataformas de hielo.
Este nuevo estudio indica que la Antártida occidental es muy sensible al cambio climático y muestra que el casquete glaciar es también muy vulnerable. El estudio muestra también que la fundición de las plataformas no es de origen únicamente oceánico, sino que el efecto combinado de los factores atmosféricos y oceánicos pone en peligro a estas plataformas.
Referencia
Meltwater produced by wind–albedo interaction stored in an East Antarctic ice shelf. Nature Climate Change (2016) doi:10.1038/nclimate3180
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