La así llamada “piedra solar” utilizada por los vikingos para guiarse en alta mar no sólo era real, sino que además era esencial para el éxito de los viajes de estos navegantes, según una simulación informática desarrollada por científicos húngaros. Los resultados se publican en la revista Royal Society Open Science.
Esta simulación se desarrolló teniendo como referencia tres candidatas a ser las que usaron los vikingos como piedra solar: la calcita, la cordierita o la turmalina, todas ellas con la propiedad óptica de la birrefringencia (doble refracción de la luz).
Forma parte de la leyenda que los vikingos, que dominaron el Atlántico Norte entre los años 900 y 1200, usaban una de estas piedras, a la que denominaban “piedra solar”, para navegar sin brújula. Esta técnica les permitió orientarse en el mar aunque el Sol estuviera oculto por las nubes y llegar a su destino, incluso después de atravesar el Atlántico.
Como toda luz que pasa por estas piedras se divide en dos, uno de los dos rayos de luz es más intenso que el otro. Sin embargo, cuando el cristal se alinea con el Sol, los dos rayos adquieren la misma intensidad, una propiedad de la polarización de la luz.
De esta forma, es posible determinar dónde se encuentra el Sol en cada momento, aunque esté nublado, y orientar la navegación en relación al astro.
Sin embargo, no hay ninguna constancia documental de que los vikingos hayan usado realmente este sistema para orientarse en la navegación. En un estudio anterior, los autores de la simulación informática ya habían constatado la fiabilidad de que una de estas tres piedras podría haber desempeñado el papel de piedra solar para los vikingos.
En el nuevo estudio, estos investigadores, de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, han ido más lejos y comprobado la eficacia de estos minerales mediante una simulación informática.
La simulación registró miles de viajes vikingos desde Noruega hasta el sur de Groenlandia usando como referente de navegación los tres cristales, con diversas variables meteorológicas que incluían días soleados, nubosos, encapotados y brumosos.
Mejores cristales y tasas de éxito
Lo primero que se desprende de esta investigación es que los cristales de turmalina y cordierita son los más idóneos para desempeñarse como piedras solares, e incluso que la cordierita, un mineral común que se usa hoy para la fabricación de ladrillos y cerámicas, es dos veces mejor que la turmalina para determinar la posición del Sol desde una posición geográfica concreta. La calcita la han descartado por sus impurezas.
Lo segundo es que utilizando la piedra solar cada tres horas, la tripulación llegaba a tierra firme entre el 92% y el 100% de las veces en el tiempo necesario. Si se reducía el uso de la piedra solar a una vez cada cuatro horas, el éxito de la expedición desciende, situándose entre el 32% y el 59%. El resto de los viajes se perdía en el mar. En la historia, eso significaba la muerte.
Aunque esta simulación tampoco confirma categóricamente que las piedras solares hayan sido realmente la guía de navegación para los vikingos, sí reafirma la hipótesis de que sea el legendario sistema de navegación de los pueblos nórdicos originarios de Escandinavia.
Referencia
Success of sky-polarimetric Viking navigation: revealing the chance Viking sailors could reach Greenland from Norway. Royal Society Open Science. DOI:10.1098/rsos.172187
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