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La tecnología necesita una reflexión metatecnológica

La tecnología necesita una reflexión metatecnológica

La metatecnología es una disciplina que va “más allá” (es lo que indica el prefijo griego “meta”) de la tecnología ordinaria porque bucea en sus fundamentos naturales, humanos y sociales, y, desde ellos, analiza el presente para abrirse al estudio de lo que debiera ser el futuro de una tecnología congruente con la naturaleza, el hombre y la sociedad. Una tecnología ciega a sus sentidos profundos sólo puede acabar en tragedia. Pero la única vía para que la tecnología alcance el éxito, como conocimiento y como gestión social, es afrontar la reflexión metatecnológica. No para eliminar la tecnología, su gestión empresarial o la libertad, sino para hacerla posible, para innovarla, para llevarla a un máximo rendimiento, eficacia y para alcanzar su cohesión social plena. La Cátedra CTR inicia este viernes un seminario dedicado a algunas de las grandes cuestiones metatecnológicas que la tecnología necesita plantearse. Por Guillermo Armengol.

La tecnología necesita una reflexión metatecnológica

La tecnología, o mejor, la acción tecnológica supone concimiento (ciencia), técnicas de aplicación del conocimiento (ciencia, tecnología) y sistemas de gestión tecnológica (organización del conocimiento, producción y distribución social de la tecnología). Nadie puede hoy dudar de que la vida humana – personal y social – está decisivamente efectada por una poderosa acción de producción y consumo de tecnologías.

Es verdad que no hay tecnología sin ciencia. Pero quien manda hoy en nuestra sociedad es la tecnología que ofrece multitud de fantásticos servicios a la sociedad y, al mismo tiempo, recauda enormes cantidades de dinero que la sociedad gasta en consumir la tecnología que se ofrece. Sin embargo, ¿cómo juzgar la tecnología desde la profundidad de los sentidos naturales, humanos y sociales?

La tecnología es la primera interesada en responder esta pregunta ya que de ello depende su sentido y su coheresión social. La Cátedra CTR, en el marco del Programa Ciencia, Tecnología y Ética-Social, de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería, dedica un seminario de seis sesiones en el curso 2007-2008 a algunas de las grandes cuestiones metatecnológicas que la tecnología necesita plantearse. El seminario de abre con la primera sesión del 14 de diciembre de 2007

El programa general del seminario responde al título de “Tecnología, Sociedad y Cultura”. En él participarán representantes del mundo académico que, desde campos como la filosofía, la sociología, la psicología, la ingeniería, las ciencias básicas en general, bien sean naturales o humanas, se han venido planteando en profundidad la reflexión sobre las grandes cuestiones metatecnológicas. Al mismo tiempo también participarán personalidades provenientes del mundo real de la tecnología y de la empresa. La primera sesión del seminario cuenta con la participación del profesor Javier Bustamante, de la Universidad Complutense de Madrid, así como de José Casas Marín, Subdirector General de Estrategia, Regulación, Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de ENDESA y de Luis Herrera Carrero, Premio Javier Bejumea, Ex Presidente y Director General de TEA-CEGOS.

La primera sesión – de asistencia libre como todas las del seminario – tendrá lugar en el aula magna de la ETSI (ICAI), como hemos dicho, el viernes 14 de diciembre de 18.30 a 21.00 h., calle Alberto Aguilera 25, Madrid. La temática de esta primera sesión está dedicada a introducir en general el seminario: “Tecnología y Metatecnología: sus códigos filosóficos, culturales y ético-sociales”. La documentación inicial para la sesión está constituida por un documento marco, una antología de textos y una bibliografía introductoria que pueden consultarse en la página web de la Cátedra CTR.

Los peligros de una tecnología ciega

Son muchos ya los pensadores que, al reflexionar sobre el hecho real de la tecnología y su presencia en la historia, sobre todo de los últimos siglos, se han acercado, de diversas maneras al concepto de una tecnología “ciega”. Este concepto no niega el valor intrínseco de la tecnología y el reconocimiento de su aportación inmensa al progreso de la humanidad. Pero advierte ciertos rasgos de lo que de hecho ha sido la acción tecnológica que permiten calificarla como “ciega”. ¿A qué responde este concepto?

¿Qué es una tecnología ciega? Es una tecnología que avanza en la historia sin un conocimiento profundo del territorio natural, biológico, humano y social en que se mueve. La acción tecnológica ciega (como conocimiento, técnicas de aplicación, sistemas de gestión social) ignora el conocimiento profundo del mundo físico y biológico natural; ignora sus sentidos fundantes (los que la hacen nacer como actividad humana) y configuradores (los sentidos que la misma tecnología produce como efecto de su acción sobre la naturaleza, la vida, el hombre y la sociedad); ignora una reflexión en profundidad sobre la tecnología misma; ignora los sentidos humanos y sociales que mueven a hombres, grupos y sociedades en la historia; ignora las consecuencias de sus actuaciones y actúa al margen de ellas.

La tecnología ciega, en cambio, se mueve por objetivos simples no sometidos a crítica: aplicación inmediata del conocimiento; búsqueda de la utilidad inmediata; búsqueda del beneficio; búsqueda de la eficacia ante la pura demanda; búsqueda de la expansión y el crecimiento, la búsqueda del dominio. Desde esta lógica gran parte de la tecnología reciente ha surgido de un vértigo ciego hacia adelante que ha impulsado irrefrenablemente la acción tecnológica .

Sin embargo, la tecnología ciega ha tenido consecuencias que, a grandes rasgos, deben ser matizadas, pero que son difícilmente negables en su conjunto. Se puede mencionar algunas: la agresión a la naturaleza; la manipulación del hombre por el consumo; el empobrecimiento del conocimiento al convertir la ciencia en tecnociencia; producción de medios incontrolados de destrucción interhumana; pérdida de la cohesión social; provocación de imprevisibles tensiones políticas.

Tecnología y agresión a la naturaleza

Algunos de los problemas planteados son hoy objeto de discusión y ocupan casi diariamente a los más variados medios de comunicación social. Nos referimos, por ejemplo, al problema de la contaminación, de la destrucción de los recursos naturales, del cambio climático, de extinción de especies animales, de alteración de la biosfera, etc. Muchas de estas valoraciones deben ser sin duda revisadas o al menos discutidas, pero es evidente que los problemas están planteados.

La tecnología necesita, pues, una reflexión metatecnológica actual fundada en un conocimiento científico serio que permita diseñar una manipulación sostenible y justa de la naturaleza y defenderla socialmente.

La carencia de esta reflexión durante muchos años ha producido los problemas actuales. La consecuencia ha sido una tecnología que posiblemente durante años y años han actuado quizá al margen del “sentido” en su manipulación transformadora de la naturaleza.

Este es un aspectos en que la tecnología moderna ha procurado acercarse a una reflexión y unas prácticas que la prevengan de las prácticas que ciegamente se han aplicado durante años y años.

Manipulación del hombre por el consumo

La superproducción de objetos de consumo. La necesidad de vender para gestionar socialmente la tecnología. El uso de los medios estratégicos de la publicidad. El control económico de la población que queda atada por el consumo. Estos factores y otros tienen por resultado una nueva configuración de los sentidos humanos: sólo impera el “sentido” del consumo. El hombre y la sociedad se ven forzados a depender del consumo y hacer girar toda su vida en torno a él.

El consumo impuesto es un nuevo sentido a juicio de muchos empobrecido (por ejemplo, de Habermas o de Ellul). La masa social pierde los ideales éticos y morales. Desaparece la solidaridad y la preocupación por la justicia. Entran en crisis valores importantes de las religiones. El consumo de la información sume al hombre en un mundo virtual. Se pierden los intereses sociales y políticos.

Empobrecimiento del conocimiento por la tecnociencia

La tecnología, al poseer la financiación, llega a dominar la ciencia. Sólo interesa la ciencia que produce tecnología. Esto exige una especialización creciente. Se pierden entonces los marcos interdisciplinares profundos para el conocimiento del mundo. La ciencia se convierte así en tecnociencia.

La consecuencia es inmediata: el empobrecimiento del conocimiento, al no interesar la ciencia por sí misma, cierra el camino hacia las fuentes mismas de la tecnología. El tecnócrata vive en un mundo cada vez más estrecho. Cuando esto se extiende a la educación universitaria en general se produce un sistema educativo empobrecido donde cada vez será más difícil hallar las mentes capaces de abordar los grandes problemas interdisciplinares de la ciencia y de la humanidad. Se hará cada vez más difícil llegar a las nuevas ideas esenciales, semejantes a las que en el pasado produjeron las grandes posibilidades de la tecnología.

Producción de medios incontrolados de destrucción interhumana

La violencia y el enfrentamiento interhumano han jugado un papel determinante en la Historia. Lo siguen jugando en la actualidad. La tecnología se ha aliado con la violencia produciendo terroríficos medios de destrucción interhumana. La tecnología se ha visto así atrapada en uno de los grandes sin-sentidos de la Historia … La tecnología no ha sido responsable de la violencia humana, ya que esta ha dependido de otros muchos factores que dependen de la condición humana. Pero el hecho es que ha sido un colaborador esencial de la violencia.

La consecuencia ha sido una tecnología ciega a la reflexión sobre el sentido, movida por la utilidad inmediata, la demanda y el beneficio, que sin rechistar ha ido ofreciendo a las pasiones humanas violentas los medios casi ilimitados de potencial destrucción.

Pérdida de la cohesión social

Es innegable también que la tecnología ha ofrecido beneficios inmensos para el progreso y bienestar social en grandes masas de la población. La consideración de aquellos aspectos en que la tecnología se ha mostrado ciega, y por ello ha seguido caminos sin norte, no supone una crítica integral al desarrollo tecnológico. Por ello la sociedad ha recibido siempre bien la tecnología porque ha percibido directamente sus beneficios inmediatos.

Pero la sociedad ha percibido y percibe hoy también que la tecnología, como conocimiento, como aplicación del conocimiento y como gestión empresarial del conocimiento, podría ser un poderoso enemigo de la racionalidad de los “sentidos” de la historia en relación con la naturaleza, la vida, el hombre y la sociedad.

La gente percibe que la tecnología se ha convertido en tecnoconocimiento e ignora la sabiduría de la ciencia, que bra ciegamente por la demanda, la eficacia y el beneficio, que carece de criterios ético-morales sobre los “sentidos”, que se mueve en la riqueza e ignora las bolsas de pobreza de la humanidad, que controla el consumo y condiciona a la población atentando contra su libertad, que controla económicamente los recursos del mundo y los administra ciegamente.

La consecuencia es clara: la tecnología y su gestión pierden cohesión social y surge la agresividad social creciente hacia ella. La sociedad percibe que la inmensa acción tecnológica, su administración y control social no está en “cohesión”, en congruencia con algunas de las grandes aspiraciones humanas en relación con la naturaleza, con la vida, el hombre y la sociedad.

Provocación de imprevisibles tensiones políticas

La tecnología depende de la soberanía popular y del control político nacional e internacional dpende de la sociedad. Por ello, la acción tecnológica depende de un contexto socio-político que la condiciona y del que depende. Dee ahí que la tecnología haya tratado de controlar el poder político (por ejemplo, a través de los lobbies).

El descontento popular hacia la tecnología ha producido importantes reacciones en la historia. Los movimientos socialistas-marxistas del XIX y XX fueron una consecuencia de los resultados producidos en la sociedad por la acción de la tecnología ciega de su tiempo. Los anarquismos y los populismos, han tenido y tienen un continuo contencioso con la tecnología y con sus formas de administración empresarial Los movimientos ecológicos y las organizaciones anti-sistema, las ideologías religiosas en el cristianismo, el movimiento cultural religioso del islam han mostrado también en los últimos años una constante crítica al dominio social de la tecnología que arrastra y pone en crisis con el vértigo de su actividad los fundamentos ancestrales de la sociedad.

La consecuencia ha sido la tensión entre tecnología y poder político. Es decir, la sociedad, a través de las estructuras políticas controladas por la soberanía popular, los partidos políticos y sus ideologías, ha tratado de intervenir en la acción tecnológica. Es verdad que la sociedad no ha propuesto modelos claros ni ha poseído criterios universalmente admitidos para obrar con seguridad. Pero el hecho es que la acción tecnológica libre y creativa se ha visto cuestionada por la sociedad a través de la acción política, social, filosófica, religiosa y cultural.

La reflexión sobre la relación entre tecnología y política es uno de los grandes temas de la metatecnología. La política busca liderar los proyectos justos y solidarios de convivencia libre entre los hombres y por ello tiene en la tecnología uno de los socios insustituibles en esta empresa. Por otra parte la tecnología y su gestión deben atender a los ideales políticos de convivencia en los que deben integrarse. Al ser la política confusa, discutida, pluri-ideológica y multicultural, y al ser la tecnología por su parte ciega en la reflexión profunda sobre sus sentidos, la relación política-tecnología ha sido y es desconcertante y atormentada.

La responsabilidad social corporativa

La tecnología moderna y su gestión en las grandes empresas modernas ha tomado conciencia de que su acción en las últimas décadas ha sido en gran parte “ciega”. La importancia que hoy tiene el concepto de “responsabilidad social corporativa” muestra que, en efecto, la tecnología ha caído en la cuenta de que su acción tecnológica debe hacerse de forma correcta, esto es, adecuada a los sentidos naturales, biológicos, humanos y sociales.

Una forma de entender la responsabilidad social corporativa es entender que parte de los beneficios recibidos de la sociedad deben volver a la sociedad en forma de actuaciones digamos de ayuda o beneficencia. Por ejemplo, ayudando de una u otra forma a los pobres, muchas veces a través de la colaboración con proyectos de las ONG.

Otra forma de entender ha sido desarrollar principios ético-sociales en los llamados códigos de buena conducta para la gestión de la tecnología en relación a la dirección, los científicos, la investigación, los empleados, la naturaleza, la sociedad, etc. La existencia de estos códigos, y el interés creciente hacia ellos como una forma de prestigio de la acción tecnológica, muestra que, en efecto, se es consciente de que los problemas planteados por la metatecnología son serios y afectan esencialmente a la justificación social de la tecnología. Es evidente que esta preocupación es positiva y supone un creciente cambio de mentalidad, pero la pregunta es si lo que se hace está a la altura de lo que cabría hacer.

Un campo en que la tecnología y su gestión empresarial ha abordado con interés la reflexión en profundidad a que apunta la metatecnología. Es la investigación orientada a la tecnología. La inversión en investigación permite, por ejemplo, que la manipulación de la naturaleza sea más eficaz, menos contaminante, menos agresiva, etc. La investigación en I+D, en ocasiones asociada a centros públicos o privados de producción de conocimiento, responde a un intento de una acción tecnológica cada vez más adecuada a los “sentidos” de la naturaleza.

Por tanto, la tecnología debe obrar con sentido en relación con la naturaleza e invierte en equipos de investigación que produzcan ideas en el marco de I+D. Esto es lo que procuran hacer al menos las grandes empresas y proyectos tecnológicos.

Sin embargo, la tecnología no sólo ha sido “ciega” en relación al sentido de su comportamiento ante la naturaleza. Como decíamos lo ha sido también ante la acción “reconfiguradora” de los efectos de su actividad sobre el hombre, sobre la educación, sobre la violencia, sobre la pobreza, sobre la sociedad, sobre la economía, sobre la política, etc. Para actuar con sentido en relación a todas estas facetas de la historia humana es necesario tener unos conocimientos esenciales relacionados con la filosofía, la sociología, la psicología, la filosofía de la tecnología, la historia, la cultura, etc.

Por tanto, de la misma manera que la tecnología, con su inmenso poder, invierte en conocimiento para mejorar el sentido de su acción frente a la naturaleza (ciencias de la naturaleza), ¿por qué no invierte también en producir ideas y proyectos que sirvan para mejorar su acción en el marco de la naturaleza humana, social, cultural, política, etc. (ciencias humanas)?

Algunas preguntas

La reflexión metatecnológica (o sea, pensar sobre la tecnología en profundidad filosófica, social, científica, natural, biológica, humana, cultural …) debería ser una de las grandes preocupaciones de la tecnología moderna. Algunas de las preguntas que deberán quedar abiertas por el seminario “Tecnología, Sociedad y Cultura” deberían sonar como las siguientes.

¿Tiene la tecnología actual una metatecnología? ¿Debería tenerla? ¿Cómo podría llegar a tenerla? ¿A qué filosofía y sentidos responde hoy de hecho la tecnología actual? ¿Tiene la tecnología cohesión social? ¿Cómo juzga la sociedad a la tecnología y su gestión social? ¿Existe una tensión socio-política frente a la tecnología? ¿Hace algo la tecnología por conseguir la cohesión social? ¿Es consciente de la necesidad de una reflexión metatecnológica para su propia subsistencia y prosperidad? ¿Qué debería hacer la tecnología para recuperar la cohesión social por medio de la reflexión metatecnológica? ¿Cuáles son los grandes temas de la reflexión metatecnológica para que la tecnología alcance la realización de los sentidos y la cohesión social?

Guillermo Armengol es miembro de la Cátedra CTR, Escuela Técnica Superior de Ingeniería, Universidad Comillas, Madrid.

Guillermo Armengol

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