La optimización de nuevas tecnologías de explotación y tratamiento en los bloques de shale gas o de gas de arcillas compactas podría provocar un cambio importante en cuanto a la disponibilidad de gas natural en todo el mundo. Así lo demuestra el desarrollo de diferentes investigaciones realizadas en Estados Unidos, que reseña el Institute of Electrical and Electronics Engineers (IEEE).
La posible revolución mencionada en torno al gas natural ya está cambiando el panorama estadounidense en cuanto a la energía y podría modificar el equilibrio global con relación a este hidrocarburo, de acuerdo a la opinión de distintos expertos norteamericanos. Así lo indica un reciente artículo publicado en IEEE Spectrum Magazine.
Según los responsables de la IHS Cambridge Energy Research Associates, la evaluación más optimista en cuanto a las reservas disponibles de gas natural se relaciona directamente con la exploración y explotación del denominado shale gas, que hasta hace una década se consideraba demasiado difícil de extraer. Sin embargo, las nuevas tecnologías han permitido comenzar su extracción en Estados Unidos y en otras partes del mundo.
Este desarrollo podría concretarse en distintas regiones del planeta, siempre y cuando cuenten con las condiciones geológicas necesarias. Específicamente en EEUU, un comité de expertos de la Escuela de Minas de Colorado incrementó recientemente su estimación de reservas de gas en un 45 por ciento en territorio norteamericano, de acuerdo a los nuevos desarrollos y descubrimientos.
Gran crecimiento en las reservas extraíbles
De acuerdo a los datos aportados por los especialistas de Colorado, se trata del mayor incremento en la estimación de reservas registrado en los últimos 44 años. Al mismo tiempo, datos del Departamento de Energía de los Estados Unidos indican que el total de la oferta futura disponible de gas en los Estados Unidos llega hoy a los 60 billones de metros cúbicos, una cifra suficiente para abastecer al país durante los próximos 90 años al ritmo actual de consumo.
Aunque no se trataría de una solución energética con criterios sostenibles, la realización de un programa a gran escala en Estados Unidos de aprovechamiento del shale gas transformaría al país en mucho más independiente en cuanto al abastecimiento de petróleo extranjero. Esta es una de las principales razones que han motivado un mayor desarrollo de estas nuevas técnicas.
El panorama que plantean los principales expertos en la materia indica que la demanda de energía va a seguir aumentando rápidamente, y el gas natural puede sustituir al petróleo en el marco de un escenario mundial en el cual las reservas de combustibles fósiles comiencen a descender abruptamente.
Asimismo, el gas es un combustible relativamente más limpio y que provoca menores emisiones de CO2 con relación al petróleo. De esta manera, si la energía solar no alcanza a concretar un mayor desarrollo, la eólica no crece lo suficiente o la nuclear sigue siendo demasiado costosa y riesgosa, el gas natural se encuentra en una buena situación para asumir el control de la matriz energética mundial.
Posibilidades y desafíos a superar
Las reservas de shale gas podrían también convertirse en accesibles y multiplicar la producción gasífera en otras partes del mundo. Por ejemplo, en China y Europa del Este existirían grandes reservas de este tipo. Allí, el gas no convencional (que también incluye al tight gas o gas de arenas compactas) podría representar una verdadera amenaza a la dominación rusa de los mercados energéticos.
Sin embargo, los principales inconvenientes relacionados con un mayor desarrollo de estos reservorios están directamente ligados a un elemento vital en el planeta: el agua. Es que la recuperación del gas no convencional requiere abundantes cantidades de agua, que se inyecta para romper las formaciones rocosas a gran profundidad.
Es así que la cantidad de agua requerida no puede ser un inconveniente en estados como Pennsylvania, que posee una enorme reserva de shale gas y, al mismo tiempo, una gran disponibilidad de agua, pero puede ser problemática en zonas más secas, como el suroeste de los Estados Unidos.
En consecuencia, el enorme volumen de agua consumida durante el proceso de fracturamiento hidráulico podría hacer que la producción de gas no convencional se torne demasiado costosa e insostenible en muchas zonas del mundo con escasa disponibilidad de agua. Y justamente el fracturamiento hidráulico, junto a la perforación horizontal, son las nuevas técnicas que hacen posible el desarrollo de los bloques de shale gas.
La extracción de este tipo de gas de cada pozo requiere en promedio cerca de 15 millones de litros de agua, que se inyecta a una enorme presión de alrededor de 41.000 kilopascales o 6.000 libras por pulgada cuadrada. De esta manera, una de las barreras más importantes para una mayor productividad de este gas está íntimamente relacionada con la solución de la problemática del agua, tanto en cuanto a su disponibilidad para la extracción gasífera como con respecto a la realización de las medidas ambientales necesarias para evitar la contaminación del recurso acuífero.
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