Nuevos tratamientos basados en la tecnología de las células madre han convertido esta terapia en una posibilidad realista, después de que investigadores británicos consiguieran clonar un blastocito humano y de que científicos surcoreanos señalaran que han creado células madre humanas utilizando la misma tecnología que dio origen a la oveja Dolly. Las dos experiencias se han publicado casi simultáneamente. La primera en la revista Reproductive Biomedicine y la segunda en la revista Science.
Tal como se explica en el primer artículo, un equipo de la Universidad de Newcastle creó por clonación a través de transferencia nuclear un embrión humano con el fin de poder obtener células madre que serán utilizadas con fines terapéuticos. Este embrión clonado, el primero del Reino Unido, alcanzó el estado de blastocito y tiene un centenar de células.
La intención de los investigadores de este equipo, liderado por la profesora Alison Murdoch, directora del centro de fertilidad de esta universidad, es que estas células, que aún están en un estado que les permitiría convertirse en cualquier tipo de tejido humano, podrían permitir reparar órganos cuyas células resulten deficientes o estén dañadas. Por tanto, podrían emplearse en curar enfermedades como el Parkinson o la diabetes.
Tres embriones por clonación
El equipo de Newcastle trabajó con óvulos obtenidos de tratamientos contra la esterilidad que no iban a ser utilizados. El material genético inyectado en el citoplasma de estos óvulos no provenía de una persona viva, sino de células madre obtenidas de embriones normales.
Con esta técnica, se ha conseguido obtener por clonación tres embriones. Dos de ellos no se pudieron desarrollar y sólo el tercero se multiplicó hasta alcanzar una centena de células (blastocitos), después de una semana. Por el momento, estas células no han sido extraídas del embrión por los investigadores.
El proyecto de este equipo británico es crear células madre embrionarias capaces de producir insulina. En el futuro serían trasplantadas a pacientes diabéticos cuyos organismos sean incapaces de segregar esta hormona. La perspectiva es suplir de esta manera la deficiencia del páncreas de estos enfermos y así evitar el tratamiento más cotidiano que supone la inyección diaria de insulina.
Once colonias de células madre
Por otro lado, un equipo de la Universidad nacional de Seúl ha conseguido crear embriones humanos por clonación totalmente compatibles con los donantes, en este caso hombres y mujeres aquejados de diversas enfermedades, y además en un porcentaje espectacular de intentos exitosos.
En su experimento, los científicos emplearon con células somáticas (no reproductoras, extraídas de la piel) de 11 enfermos voluntarios de entre 2 y 52 años. También dispusieron de 185 ovocitos u óvulos donados por 10 mujeres diferentes. Los ovocitos fueron desprovistos de su núcleo y en su interior se colocó el núcleo de las células de los donantes.
Estos embriones pueden desarrollarse in vitro varios días produciendo, como los embriones obtenidos por los investigadores de Newcastle, células capaces de dividirse hasta alcanzar el estado de blastocitos, susceptibles de convertirse en cualquier tipo de tejido humano.
El profesor Woo Suk-hwang y sus colaboradores han conseguido de esta manera producir 11 colonias de células madre embrionarias, inmunológicamente compatibles con las personas de las que ha sido tomado el material genético necesario para este trabajo.
Estos investigadores han conseguido materializar la técnica de clonación por transferencia nuclear y de creación de células madre de una manera muy perfeccionada que ha sorprendido a los científicos. De las once líneas de células conseguidas, seis han sido conseguidas a la primera, de una sola donante.
Revolución científica
En esta serie, sólo dos intentos han resultado fallidos, es decir, no ha sido posible crear a partir del material genético de dos donantes distintos nuevas células. Por lo tanto, el porcentaje de éxito es muy alto, lo que prueba que la clonación científica no es sólo factible, sino también explotable a nivel de laboratorio.
Esto supone una revolución científica, ya que las perspectivas de explotación de esta técnica quedan a partir de ahora completamente abiertas, lo que permitirá en el futuro la aplicación de terapias celulares, el tratamiento de enfermedades relacionadas con desórdenes genéticos, así como la predicción de determinados efectos tóxicos de uso humano como medicamentos, vacunas o cosméticos antes de su salida al mercado.
Este proceso de implantaciòn social no será en cualquier caso sencillo, ya que está condicionado por las cuestiones éticas y la disparidad de criterios que existen en los diferentes países respecto a la utilización de células madre embrionarias con fines terapéuticos.
Para obtener las células madre, existen dos posibilidades: en primer lugar, utilizar las células de embriones obtenidos in vitro y que no se van a utilizar para fertilización, o bien producir por clonación embriones con el único fin de obtener células madre con fines terapéuticos.
Opiniones divergentes
Sin embargo, existe un matiz que diferencia las células madre de origen embrionario de las adultas. La obtención de las células adultas puede realizarse, fundamentalmente, aislándolas del tejido apropiado de un ser humano adulto, incluso fallecido, mientras que para la obtención de las células embrionarias se requiere destruir un blastocisto, lo que se encuentra en el origen de la polémica social.
Aunque el consenso en cuanto a la clonación con fines reproductivos parece claro, esto es, que la opinión pública se niega a que haya clonación reproductiva, la opinión en lo que respecta a la clonación terapéutica no es tan clara.
El argumento científico se basa en que, utilizando material genético de un paciente dado, que se implanta en un óvulo cuyo núcleo haya sido eliminado con anterioridad, el embrión resultante tendría un material genético idéntico al del paciente, con lo que se resolvería el tema de los rechazos por incompatibilidad inmunológica.
No son muchos los países que permiten las investigaciones sobre células madre embrionarias. El Reino Unido, Singapur, Corea del Sur, Brasil, Bélgica o España, figuran entre los pocos que aceptan experimentos terapéuticos con células madre embrionarias, si bien bajo un control muy estricto en la mayoría de los casos.
A estos países acaba de unirse Suecia. A principios de marzo, más de 30 países votaron asimismo contra un proyecto de resolución de Naciones Unidas que prohibía prácticas consideradas “incompatibles con la dignidad y la protección de la vida humana.”
USA, caso aparte
El caso de Estados Unidos es un tanto peculiar, ya que California se ha segregado del resto del país y aprobado una ley favorable a la investigación con células madre, en clara oposición a la política de la Casa Blanca, contraria a esta línea de trabajo.
Por otro lado, al mismo tiempo que oficialmente la investigación pública en este campo sólo se permite con células adultas de calidad dudosa, en Estados Unidos existen numerosas empresas privadas que desarrollan terapias basadas en células madre embrionarias.
La mayor parte de la comunidad científica impulsa el desarrollo de las células madre embrionarias con fines terapéuticos, pero grupos religiosos y conservadores de todo el mundo lo rechazan porque consideran un atentado contra la vida que se desarrolle un embrión humano por varios días para obtener células madre y luego terminar lo que potencialmente es una vida humana.
Aunque las células madre, tanto si son adultas como embrionarias, contienen un gran potencial que podría traducirse en futuras terapias para enfermedades incurables, todavía existen muchas cuestiones científicas que resolver, así como está pendiente también un consenso social acerca de la viabilidad ética de esta nueva técnica.
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