Un nuevo estudio de la Universidad de Indiana (EE.UU.) con ratones ha demostrado que los machos pueden desempeñar un papel positivo en el desarrollo del cerebro de los descendientes, incluso antes del embarazo.
La investigación, publicada en Proceedings of the Royal Society of London B: Biological Sciences, encontró que las hembras expuestas a las feromonas masculinas dieron a luz a bebés con mayor capacidad mental.
«Este es el primer estudio que muestra que la exposición a feromonas ejerce una influencia en las siguientes generaciones de mamíferos», dice Sachiko Koyama, investigadora que dirigió el estudio, en la nota de prensa de la universidad, recogida por EurekAlert!
«Hemos encontrado que las feromonas masculinas parecen influir en el entorno nutricional posterior al nacimiento, lo que resulta en cambios en el cerebro que podrían extenderse a las generaciones futuras», agrega.
Las feromonas son señales químicas que se utilizan para la comunicación entre los organismos de la misma especie. La conexión entre las feromonas masculinas y el desarrollo del cerebro de las crías parece surgir de la influencia de las feromonas masculinas sobre la capacidad para el cuidado de de los ratones madre.
Glándulas mamarias
En concreto, los científicos midieron un mayor desarrollo de las glándulas mamarias en ratonas expuestas a las feromonas masculinas, tras una semana de exposición, lo que pudo haber dado lugar a un mayor volumen o mejor calidad de la producción de leche. Estas ratonas también mostraron períodos de cuidado de sus hijos más largos en comparación con las ratonas no expuestas a la feromona masculina.
Para medir la inteligencia de los hijos, los científicos colocaron ratones en un laberinto de agua con una plataforma oculta. Los ratones nacidos de madres expuestas a las feromonas masculinas aprendieron la localización de la plataforma oculta mucho más rápido que los del grupo control.
Estas mejoras en el desarrollo del cerebro y la función cognitiva pueden provenir de productos químicos específicos de la leche materna, tales como el ácido siálico, un componente de la leche materna que también se encuentra en altos niveles en el cerebro durante el desarrollo temprano.
Los investigadores encontraron niveles más altos de polysialyltransferasa -una enzima que requiere ácido siálico para producir una molécula implicada en el desarrollo de células neuronales- en los cerebros de las crías de ratones hembras expuestas a las feromonas masculinas, en comparación con el grupo control.
Para el estudio se utilizó una versión sintética de la feromona de ratón macho 2-sec-butil-4,5-dihidrotiazol, o «SBT». Hasta la década de 1980, los científicos creían que las feromonas se limitaban al mundo de los insectos.
Según el profesor de química Milos Novotny, el estudio demuestra que el efecto de la feromona del ratón macho SBT «no sólo transmite un importante mensaje olfativo a las hembras receptoras, sino que, a través de algunos mecanismos aún desconocidos de señalización molecular, trae beneficios aparentes a su descendencia.»
Estudios anteriores
Las investigaciones anteriores sobre feromonas se habían centrado principalmente en la influencia de los productos químicos en los animales del mismo grupo generacional, como en los comportamientos de apareamiento, incluyendo la capacidad de suprimir o estimular la actividad de apareamiento de los mamíferos, así como para atraer a las hembras o estimular la agresión en los machos.
El poder de los aromas también se ha demostrado en los seres humanos: las mujeres que pasan mucho tiempo juntas sincronizan sus ciclos menstruales.
Al centrarse en los efectos de las feromonas a través de las generaciones, Koyama dice que el nuevo estudio contribuye al creciente campo de la epigenética, que estudia la influencia del medio ambiente sobre la genética, por ejemplo cuando la nutrición crea cambios en el cuerpo que pueden ser transmitidos a la siguiente generación.
«Si podemos encontrar los ingredientes específicos de la leche que afectan a la función cognitiva de los hijos, por ejemplo, es posible que con el tiempo podamos utilizarlos como suplementos para mejorar el desarrollo del cerebro», dice.
Para sus próximos pasos, el equipo de Indiana planea llevar a cabo un análisis químico más completo de la leche de los ratones madre, así como seguir el desarrollo mental de sus hijos a través de las generaciones futuras.
Referencia bibliográfica:
Sachiko Koyama, Helena A. Soini, James Wager-Miller, William R. Alley, Matthew J. Pizzo, Cathleen Rodda, Jeffrey Alberts, Jonathon D. Crystal, Cary Lai, John Foley, Milos V. Novotny: Cross-generational impact of a male murine pheromone 2-sec-butyl-4,5-dihydrothiazole in female mice. Proc. R. Soc. B (2015). DOI: 10.1098/rspb.2015.1074.
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