Tendencias21

Las ostras no tienen orejas, pero son sensibles al ruido submarino

Investigadores franceses han descubierto que, aunque no tienen orejas, las ostras son sensibles a los ruidos submarinos, que modifican el ritmo de apertura y cierre de sus valvas, condicionan su alimentación y pueden afectar a su crecimiento. Otros invertebrados pueden ser sensibles también a la contaminación sonora del fondo del mar, considerada por la ONU como una de diez mayores amenazas para los océanos.

Las ostras no tienen orejas, pero son sensibles al ruido submarino

Las ostras no tienen orejas ni sentido del oído, pero sí son sensibles al ruido, ha descubierto un estudio desarrollado en la estación marina de Arcachon que investiga la contaminación sonora submarina. Arcachón es una localidad y comuna francesa situada en el departamento de Gironda, en la región de Aquitania, al sur del país.

Las ostras son un género de moluscos. Se llaman bivalvos porque poseen dos valvas casi circulares y desiguales. El investigador principal de este trabajo, Jean-Charles Massabuau,  explica en un comunicado de la Universidad de Burdeos, que estos moluscos cierran y abren sus valvas regularmente, aunque pueden tenerlas cerradas mucho tiempo. Se sabe que las variaciones de temperatura, la luminosidad e incluso la contaminación química provocan estas reacciones en las ostras.

Lo que ha descubierto el nuevo estudio es que las ostras son sensibles también al ruido. Los científicos sumergieron ostras en un recipiente con agua y pudieron registrar sus reacciones mediante sensores adheridos a sus valvas. Durante 3 minutos, se les sometió a un sonido que aumentaba de intensidad desde el primer minuto, y así sucesivamente cada 30 minutos, durante 7-8 horas.

El estudio, publicado en PlosOne, demostró que las ostras cierran sus valvas de forma sincrónica ante determinadas frecuencias sonoras, coincidiendo con el aumento de su intensidad. Lo hacen de forma transitoria porque las reabren a los pocos segundos.

Células ciliadas sensibles al sonido

Aunque las ostras no poseen orejas para escuchar los sonidos, sí tienen unas células ciliadas en los estatocistos, que son los órganos del equilibrio de estos invertebrados cuando todavía son larvas. Los estatocistos tienen una estructura en forma de saco, con un epitelio de células ciliadas, líquido y estatolitos en su interior. Son esas células ciliadas las que son sensibles a los sonidos.

Lo realmente sorprendente es que estos moluscos puedan oír cosas, destacan los investigadores, porque eso significa que otros invertebrados pueden ser sensibles también a la contaminación sonora del fondo del mar.

Estos investigadores han comprobado que las ostras son sensibles a frecuencias bajas, de entre 10 y 1.000 Hertz. El ser humano escucha entre los 20 a 20.000 Hertz. Son frecuencias que emiten los diferentes elementos de la flota marina, como los cargueros y las motoras.

Las consecuencias de este descubrimiento todavía son desconocidas. En el caso de los bivalvos, si la contaminación acústica provoca un cierre más frecuente de sus valvas, su crecimiento puede verse afectado, ya que es filtrando el agua, y abriendo su caparazón, como consiguen alimentarse.

Las ostras succionan el agua con el batir de sus cilios. El plancton y las partículas suspendidas del alimento quedan atrapados en el moco de las papadas y son transportados a la boca, donde se comen, se digieren y se expelen. Las ostras sanas consumen las algas y otros alimentos flotantes, llegando a filtrar cada una de ellas hasta cinco litros de agua por hora.

Midiendo el impacto

En 2006, este equipo utilizó las ostras y los mejillones como centinelas de los océanos para estudiar la calidad del agua en diferentes lugares del mundo. Ahora, después de saber que las ostras son sensibles al ruido, han equipado los espacios de estudio con hidrófonos para auscultar el ambiente sonoro submarino y evaluar el impacto de la contaminación acústica submarina en moluscos y otras especies.

La contaminación acústica, así como la contaminación magnética y eléctrica, afectan a la fauna y flora de los mares y océanos desde el momento en que impiden el desarrollo de su comportamiento habitual.

Las principales actividades humanas que generan contaminación acústica submarina son: dragados y construcciones, perforaciones y producciones de gas y petróleo, transporte marítimo (más del 90% del transporte mundial de mercancías se realiza con barcos),  investigaciones geofísicas, sonares activos, explosiones submarinas e investigaciones oceanográficas.

En algunas zonas del mundo, los niveles de ruido submarino se han ido duplicando década tras década durante los últimos 60 años. La Organización de Naciones Unidas (ONU) reconoció en 2005 que la contaminación acústica es una de las cinco mayores amenazas para los mamíferos marinos y una de las diez mayores amenazas para los océanos. Por ello, la ONU ha establecido la reducción y regulación de la contaminación acústica del océano como una de sus altas prioridades.

Para que la contaminación acústica afecte a los seres vivos no es preciso que se produzca un trauma acústico, basta con que impida el desarrollo de su comportamiento habitual. Los niveles de contaminación de un sonido particular y su impacto morfológico y fisiológico dependen del tiempo de exposición y de la intensidad de la señal recibida, así como de la especie, lo que ha confirmado este estudio en el caso de las ostras.

Referencia
The sense of hearing in the Pacific oyster, Magallana gigas. PlosOne, DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pone.0185353

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Estados Unidos abre una nueva ontología militar con el lanzamiento del avión F-47 22 marzo, 2025
    El F-47 que desarrollará Boeing para el Pentágono redefine el concepto de superioridad aérea, fusionando avances en inteligencia artificial, sistemas furtivos de vanguardia y capacidades de combate colaborativo con drones autónomos.
    EDUARDO MARTÍNEZ DE LA FE/T21
  • Descubren por qué algunas personas no pueden imaginar prácticamente nada 22 marzo, 2025
    La capacidad de visualizar un lugar, objeto o situación a pedido varía significativamente entre individuos. Pero algunas personas no pueden evocar imágenes mentales en absoluto: este rasgo se conoce como afantasía, literalmente "un defecto de la imaginación". Ahora, un nuevo estudio revela que estas personas tienen la capacidad de asociar un concepto con su representación […]
    Pablo Javier Piacente
  • Las montañas esconden los mayores reservorios de energía limpia 21 marzo, 2025
    Una nueva investigación sugiere que podrían existir reservas masivas de gas de hidrógeno natural escondiéndose en las cadenas montañosas del planeta: estos recursos podrían darnos acceso a una enorme fuente de energía limpia, capaz de solucionar la crisis energética actual.
    Pablo Javier Piacente / T21
  • Un anillo con IA optimiza la comunicación de personas con problemas auditivos 21 marzo, 2025
    Investigadores de la Universidad de Cornell, en Estados Unidos, han desarrollado un innovador dispositivo llamado SpellRing: se trata de un anillo potenciado por Inteligencia Artificial (IA) que utiliza tecnología de microsonar para rastrear en tiempo real el deletreo manual en el Lenguaje de Señas Americano (ASL). Este avance podría transformar la forma en que las […]
    Pablo Javier Piacente / T21
  • Identifican la vía química que regula cómo tienen sexo los ratones 21 marzo, 2025
    Una aceitada maquinaria química marca el ritmo sexual de los ratones machos: la dopamina y la acetilcolina van cumpliendo diferentes papeles desde antes del coito y hasta la eyaculación. Los descubrimientos podrían habilitar nuevas instancias terapéuticas para trastornos sexuales en humanos, como por ejemplo la eyaculación precoz.
    Redacción T21
  • Un nuevo mapa revela el paisaje oculto bajo el hielo de la Antártida y la vulnerabilidad del continente helado 21 marzo, 2025
    Un nuevo mapa elaborado por científicos británicos revela por primera vez con precisión milimétrica las sorprendentes características del paisaje oculto bajo el hielo antártico y confirma el enorme riesgo climático que supone el deshielo acelerado en la región.
    Redacción T21
  • Descubren que la base del lenguaje humano se desarrolló hace 135.000 años 20 marzo, 2025
    Los humanos hablamos más de 7.000 idiomas en la actualidad, muy diferentes entre ellos: sin embargo, un nuevo estudio ha descubierto que todas estas variantes idiomáticas provienen de un solo árbol genealógico lingüístico, que surgió antes de que nuestra especie se dividiera en poblaciones distintas hace 135.000 años. Solo 35.000 años después, el lenguaje habría […]
    Pablo Javier Piacente / T21
  • Nace el primer periódico creado íntegramente por la Inteligencia Artificial 20 marzo, 2025
    Por primera vez en la historia, un periódico italiano ha publicado una edición especial en la que cada palabra, titular y cita han sido generados exclusivamente por IA. Así nace Il Foglio AI, un proyecto que promete revolucionar la forma en que concebimos las noticias.
    Redacción T21
  • Google habría impulsado una IA experimental involucrada en la muerte de un adolescente 20 marzo, 2025
    Plataformas respaldadas por gigantes tecnológicos como Google han introducido chatbots de IA interactivos dirigidos a niños y adolescentes, abriendo fuertes debates sobre su impacto en el desarrollo infantil. En concreto, la aplicación experimental Character.AI ha sido objeto de demandas legales por parte de distintas familias, que alegan que sus hijos fueron expuestos a contenidos perjudiciales […]
    Pablo Javier Piacente / T21
  • Desvelan la primera luz que encendió el Universo 20 marzo, 2025
    El Telescopio de Cosmología de Atacama (ACT) ha compilado el mapa más detallado que hemos visto hasta hoy del fondo cósmico de microondas, la tenue luz que impregna el Universo desde solo 380.000 años después del Big Bang y cuyos ecos pueden apreciarse en la actualidad. La imagen obtenida es lo más parecido a la […]
    Redacción T21