Ficha Técnica
Título: Diálogos con Dios de fondo
Autor: António Marujo
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, noviembre de 2013
Colección: Fragmentos
Traducción: Rosa Martínez-Alfaro
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 287
ISBN: 978-84-92416-66-0
Precio: 22 euros
Es este un libro difícil de reseñar. Por su propia concepción: son veintiocho los protagonistas de estos diálogos, repartidos en sus casi trescientas páginas. Sus intervenciones no son extensas, pero sí profundas y, siguiendo un orden establecido por António Marujo, se agrupan en seis bloques de contenido más o menos homogéneo.
Por otro lado, la figura del coordinador de la obra nos da una pista de la manera de enfocarla. António Marujo es un periodista; especializado en temas religiosos, es verdad; pero es un profesional de la comunicación. Lo que, por supuesto, no atribuye un matiz de superficialidad a su contenido; ni mucho menos. La selección de temas y de personas invitadas a intervenir demuestra hondura intelectual y humana; la faceta profesional del coordinador se vislumbra en los enfoques y en la metodología utilizada, lo que constituye un acierto contundente. Probablemente, el título original en portugués, Deus vem a público, encierra matices sobre el contenido que se escapan en la forma en que aparece titulado el libro en nuestro idioma.
Y, como corresponde a un periodista, las entrevistas que reproduce la obra fueron publicadas inicialmente en el diario Público de Portugal. La intención de António Marujo al reproducirlas era la de sacar a la luz diferentes voces dentro de la experiencia religiosa, lo que, siendo un proyecto ambicioso, no completa, sin embargo, todos los posibles discursos en este ámbito.
Como fruto de estas reflexiones, el autor concluye confirmando algo que ya se detecta ampliamente en la sociedad: “en el proceso de reconfiguración de lo religioso, la gente se ha alejado de la dimensión institucional. La autonomía individual se afirma cada vez más, también en la aproximación a lo religioso”. Aunque advierte de que esta individualización de la experiencia religiosa no aleja a Dios, o a la cuestión de lo trascendente, de la vida de los ciudadanos.
¿Por qué estos entrevistados y no otros? Marujo ha buscado a personalidades cuyas voces, por la motivación religiosa que llevan consigo, se empeñan en la búsqueda de sentido en la raíz más profunda de las ideas, voces que se afanan por la construcción de un mundo más justo y fraternal, unas, a través de las palabras, otras, a partir de su visión de la realidad. Pero, tanto en un caso como en otro, son personas capaces de transformar el mundo que las rodea.
Esto supone, como queda bien de manifiesto, que no todos los autores se inscriben en una idéntica creencia o en un mismo credo. Figuran cristianos de diferentes tendencias y el islam o el judaísmo también tienen presencia.
Como dijimos, el libro se desarrolla en cinco grandes bloques: 1. En el principio era el Verbo; 2. Una belleza que nos salve; 3. Nuevas fronteras del compromiso; 4. Una parábola de comunión; 5. El rostro materno de Dios; y 6. Cuestiones disputadas. La lectura del índice que figura al final de la reseña constituye una acertada guía sobre el contenido de cada uno de estos grandes capítulos y de los asuntos abordados por cada uno de los entrevistados en ellos.
Y, aunque, quizás, el método sea discutible, optamos por detenernos algo en uno solo de los intervinientes en cada capítulo, como una muestra de lo que el lector puede hallar en el resto.
Y, para empezar, dentro del primer capítulo, nos decidimos por la entrevista a José Tolentino Mendonça, que se titula Jesús es un misterio fascinante, todavía por descubrir. Como es de esperar en una entrevista, son varios los asuntos que se abordan, pero, entre ellos, destaca uno que, probablemente, induciría su inclusión en el primero de los capítulos del libro. La idea de este sacerdote es que existe, en la actualidad, un resurgir del estudio sobre la figura de Jesús, aunque caracterizado “por una cierta individualización en la apropiación que la gente hace sobre [su] figura”. A su juicio, no se trata de un proceso culminado, sino que nos hallamos en su inicio y con la necesidad de profundizar en él a través de la lectura del Evangelio. Un Evangelio que no nos da una lectura acabada, sino que cuenta con la capacidad de construcción del lector. Y hace hincapié en un interesante matiz: entiende que la teología ha permanecido demasiado tiempo prisionera de las categorías de la racionalidad, en alusión a la exégesis histórico-crítica, por lo que reivindica la validez e importancia del método narrativo, pues tiene en cuenta los mecanismos de relación con el lector.
Del corto capítulo segundo (solo contiene tres entrevistas), Una belleza que nos salve, hemos seleccionado a quien, probablemente, menos se ciña a lo anunciado en el título, Erri de Luca, escritor napolitano, que se declara no creyente y cuya vida está plagada de peripecias como revolucionario, conductor, obrero, etc. Conocedor de la lengua hebrea, lleva décadas sumergido en la lectura de la Biblia, que inspira y circula por su numerosa bibliografía, en la que figura Hueso de aceituna. De la entrevista que le realiza el coordinador de la obra, destacamos dos aspectos, referido uno a la felicidad y a las traducciones de la Biblia el otro. En cuanto al primero, considera De Luca que hay dos felicidades; una, que define como política que es “la popular, la de la mayoría que se deshace bajo la opresión”; la otra se basa en el amor: el amor es una posibilidad de felicidad, aunque la felicidad es siempre un peligro, pues contiene arenas movedizas. El otro aspecto a destacar es su dedicación a desenmascarar las malas traducciones, incluso manipuladoras y tendenciosas, que se hacen de la Biblia. Aduce como argumento el episodio de Adán y Eva en el Paraíso. Según las versiones más corrientes de este hecho, Dios castiga a Eva con el dolor en el momento de parir; para De Luca se trata de dar un cariz punitivo de la acción divina e inculpatorio a la mujer, cuando, en realidad, la traducción correcta es que dará a luz con esfuerzo o fatiga. Y lo argumenta: la palabra utilizada aparece seis veces en los textos bíblicos; en cinco de ellos, se traduce como “esfuerzo o fatiga” y solo en el caso de Eva figura la expresión “dolor”. La entrevista contiene, evidentemente, otros temas.
El capítulo tercero Nuevas fronteras del compromiso, dedica la mayor parte de las entrevistas al tema del poder en la Iglesia; tema en el que figuran entrevistadas personas de la talla de Hans Küng o Leonardo Boff. Siendo sus posturas probablemente más conocidas, consideramos ofrecer algunas pinceladas del diálogo sostenido con el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi, cuyos esfuerzos por el diálogo y la paz han recibido el reconocimiento de la comunidad internacional. Riccardi analiza las teorías surgidas tras la guerra fría que sostienen una época marcada por el enfrentamiento de culturas y de religiones; teorías que se funden en la del clash, choque, a la que considera una simplificación. En su opinión, existen conflictos entre civilizaciones, pero no choque; y para su superación hay que generar encuentro y, a través de él, generar la paz. Pero hay que tener presente que el discurso de la paz ya no es un monopolio de los estados y que, en la esencia de las religiones, existe la vocación del encuentro y de la paz: no hay guerra de religiones, sino un uso beligerante de la religión. En el diálogo que defiende, no solo han de estar estadistas, intelectuales o teólogos; han de figurar, también, los laicos, porque las religiones no tienen el monopolio del espíritu, porque hay mucha energía, mucha gente, que quiere trabajar por los demás. Se detiene, especialmente, en lo que se ha dado en llamar alma cristiana de Europa, que también es judía, para contrastarla con el Islam y su, a veces, fundamentalismo.
Una parábola de comunión es el título del cuarto bloque de la obra. Título que es sumamente ilustrativo de su contenido. La entrevista que dedica a Raimon Panikkar es, probablemente, de las más cortas del libro, pero su profundidad se revela en cada una de las respuestas que ofrece a las preguntas del periodista. Afirma, acerca del papel social y político que han de desempeñar las religiones, que han de encarnarse en este mundo y no preocuparse exclusivamente del cielo y del más allá. Y destaca la importancia de su papel, pues promueven conciencia y abren caminos más pacíficos. Refiriéndose más concretamente al cristianismo y, en especial al catolicismo, destaca el papel jugado por el Vaticano II en el tema de diálogo interreligioso, pese al miedo que despierta en muchas conciencias por el temor a perder su identidad, privándose de la dimensión mística de la religión, que se ve reducida a una identificación con “creencia”. Profundizando más en este diálogo interreligioso, matiza que no se trata de un sincretismo o de una síntesis, sino de una fecundación mutua, un mutuo enriquecimiento.
Llegamos al quinto capítulo, El rostro materno de Dios, en cuyas entrevistas se aborda el papel de la mujer en la Iglesia, en su relación con Jesús o su consideración en el Islam. De estas, reseñamos la realizada a la teóloga musulmana Asma Barlas. Para ella, tendrán que ser las propias mujeres las que se liberen de la opresión que aún sufren. No cree que la exégesis del Corán, practicada durante siglos, sea la causa de esta situación, sino, más bien el sistema patriarcal y las prácticas culturales; aunque reconoce que el contenido de la exégesis ha sido muy problemático, al analizar la situación de la mujer, por ejemplo, basándose en palabras o párrafos sueltos, y no leyendo el libro sagrado como un todo: es su totalidad la que viene de Dios y no solo esta o aquella parte. Cabe preguntarse si su postura, crítica con la exégesis realizada hasta ahora, podría poner en riesgo el concepto de la ummah, la comunidad; a lo que responde negativamente, aduciendo, como argumento de su postura, que hay cinco escuelas de jurisprudencia en el Islam, lo que deja la puerta abierta a diferentes posibilidades. Bajo estas mismas premisas, responde a cuestiones como el terrorismo, el conflicto religioso con Occidente o la blasfemia.
En el sexto y último bloque, titulado Cuestiones disputadas, se aborda el tema de las disensiones en la Iglesia. Se trata de seis entrevistas en las que las discrepancias con posturas oficiales de la jerarquía se ponen de manifiesto. Aquí, reseñaremos la entrevista realizada a Bento Domingues, cuya intervención la resume en la frase Lo que me apetecía era reírme de todo. Este dominico, que afirma que la Iglesia es su espacio vital y su problema y que Jesucristo es la pasión de su vida, ha colaborado asiduamente en el periódico Público, con una columna teológica; produce textos que nacen de los acontecimientos de la Iglesia y de su relación con la sociedad y confiesa que siempre ha vivido un drama, que no es solo suyo, sino del catolicismo: el problema del significado de Dios en el mundo. En cuanto a la pluralidad dentro de la Iglesia, sostiene que pertenece a su propia esencia, pues los Evangelios son cuatro que presentan diferentes visiones; en la actualidad, esa pluralidad se multiplica, pues ya no se da solo en una cultura, sino en diferentes. Aborda el hecho de las sectas, respondiendo a la cuestión de si pueden ser el resultado de esa pluralidad; no lo aprecia así; es cierto que hay alguna que procura la meditación y la profundización, pero, a su juicio, la mayoría nace por aquello que decía Santo Tomás de Aquino, que siempre hay razones para fundar una nueva congregación religiosa si hay obras de misericordia que realizar; y, evidentemente, hay muchísimas personas que viven situaciones que reclaman ser escuchadas, ser atendidas en sus necesidades de toda índole. Otra observación que realiza se refiere a que todas las sectas y los nuevos movimientos religiosos, que aparecen cada vez con más frecuencia, se basan en la experiencia y, a su juicio, la Iglesia Católica ha puesto la experiencia entre paréntesis, al resolver todo en un clima de doctrina y catecismo. Finalmente, justifica su sentido del humor: “¿es que lo sagrado solo es sagrado si es tremendo? Lo sagrado ha sido siempre fascinante. Y la fascinación que no provoca ganas de reír, se vuelve fascista”. Dicho queda.
El libro merece ser leído con atención. El hecho de presentarse en formato de entrevistas periodísticas, facilita mucho su acceso, que no ha de ser necesariamente secuencial. Por otro lado, la lista de entrevistados constituye un excelente reclamo, ya que nos brinda la oportunidad de leer, con sus propias palabras, las posturas que sostienen sobre los interesantes temas que les plantea António Marujo.
Índice
La palabra y la mirada, la verdad y la libertad
I. En el principio era el Verbo
Johann Baptist Metz: Jesús es un recuerdo peligroso de la humanidad
Jürgen Moltmann: Descubrir a Dios en la guerra
José Antonio Pagola: La resurrección solo puede estudiarse a partir de la historia
Michel Quesnel: Los tres Reyes Magos y otras historias que no están en la Biblia
José Tolentino Mendonça: Jesús es un misterio fascinante, todavía por descubrir
II. Una belleza que nos salve
Gianfranco Ravasi: Quiero que los grandes artistas miren de nuevo hacia los temas religiosos
Jordi Savall: Cuando la música es solo estética, se acaba en Auschwitz
Erri de Luca: Royendo un hueso de aceituna
III. Nuevas fronteras del compromiso
Hans Küng: El sistema de poder en la Iglesia tiene que cambiar
Jacques Gaillot: Es bueno que haya grupos preocupados por la reforma de la Iglesia
Leonardo Boff: La comunidad tiene que participar y ejercer el poder en la Iglesia
Andrea Riccardi: El riesgo de nuestro tiempo es el del monopolio del espíritu
Andrea Riccardi: Pío XII somatiza el catolicismo de los años cincuenta, con sus debilidades, su fuerza, sus contradicciones
IV. Una parábola de comunión
Hermano Roger de Taizé: Lo esencial es la caridad viva, la maravilla del amor vivido permanentemente
Hermano Alois de Taizé: Hoy, el Evangelio dejará de ser creíble si los cristianos siguen separados
Raimon Panikkar: El diálogo interreligioso es imparable
Abbé Pierre: El peor de los males es sentirse inútil
Dalái Lama: Cambiar de religión no es fácil ni bueno
Dalái Lama: Cada persona debe mantener su propia tradición y, al mismo tiempo, escuchar las demás
V. El rostro materno de Dios
Lavinia Byrne: Sin las mujeres, la Iglesia se colapsaría
Joan Chittister: Las mujeres pueden ser seguidoras plenas de Jesús
Carlos Gil Arbiol: La Iglesia debe dar a la mujer el protagonismo que hasta ahora le ha negado
Anne Nasimiyu: Las mujeres son la columna vertebral de la Iglesia
Asma Barlas: La opresión de la mujer se debe a lecturas equivocadas del Corán
VI. Cuestiones disputadas
Juan Masiá: Estamos obligados a la disensión en la Iglesia
Gianni Vattimo: Mi problema como cristiano es que la Iglesia me escandaliza
Juan José Tamayo: La Iglesia tiene que ser democrática
Josep M. Soler: Dios ama a todas las personas, incluso a los homosexuales
Carlos Padrón: La Iglesia reprime el afecto
Bento Domingues: i[Lo que me apetecía era reírme de todo
Notas sobre el autor
António Marujo (Águeda, Portugal, 1961) es periodista, especializado en asuntos religiosos. Es licenciado en comunicación social por la Universidad de Lisboa. Ha colaborado en programas de radio y televisión y ha trabajado en la redacción de la revista Cáritas y de los periódicos Expresso (1987-1989), Diário de Lisboa (1989) y Público (1989-2012). Ha sido el primer periodista europeo en recibir, dos veces (1995 y 2006), el Premio John Templeton al Periodista Religioso del Año, otorgado por la Conferencia de Iglesias Europeas (KEK). Es autor de Vidas de Deus na terra dos homens (un conjunto de reportajes en monasterios y conventos), de Um papa (in)esperado (sobre el primer año de pontificado de Benedicto XVI) y de Deus vem a público, cuya versión española es objeto de esta reseña.
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