Dos investigadores de la la Universidad de Illinois (EEUU) y del Thomas J. Watson Research Center de IBM han dado con la fórmula matemática que permite ‘cancelar’ olores, del mismo modo que cierta combinación de sonidos puede ocultar otros.
Según publica la revista Physorg, la anulación de ciertas sensaciones ya se había conseguido con el sonido, como se ha dicho, e incluso con la luz.
Lograr lo mismo con los olores ha resultado más difícil, pues fue hace solo dos años cuando a un equipo de investigadores del Instituto Weizmann de Ciencia de Israel se le ocurrió la idea de que, por cada olor, hay otro que, olido al mismo tiempo que el primero, provoca la percepción de “no oler nada”.
Estos científicos pertenecen al equipo de Noam Sobell, del que ya hablamos en Tendencias21 con motivo de un estudio sobre los olores corporales y la comunicación humana.
Los investigadores de Illinois e IBM, dos hermanos llamados Lav y Kush Varshney, han profundizado en el concepto de olores que se anulan de Sobell y colaboradores, para crear un modelo matemático sobre él. Este modelo podría ser utilizado en un futuro para fabricar una máquina que ‘anule’ aromas desagradables.
Puntuación aromática de partida
Según se explica en NewScientist, los investigadores comenzaron estudiando una amplia variedad de olores, y le dieron a cada uno de ellos una puntuación (de entre -5 y 10).
A partir de dichas puntuaciones desarrollaron su modelo, que predice cómo perciben los seres humanos el olor de una sustancia en particular, en función de las propiedades físicas y químicas de esta. Así, por ejemplo, una sustancia determinada podría tener un -3,2 de olor a apio, y un 0,8 a madera de cedro.
Por otra parte, los Varshney ubicaron las puntuaciones de cada olor en una base de datos, todas ellas emparejadas con el olor que las cancelaría.
Una máquina inspirada en Watson
La potencial máquina con la que sueñan los hermanos aprovecharía esta base de datos primero para detectar un olor y, a continuación, para emitir su correspondiente “aroma de cancelación” del olor primero.
El dispositivo, auguran los investigadores, podría además “comprender” nuevos tipos de olores no presentes en su base de datos; por comparación con los que sí haya en esta, y después emitir la mezcla de aromas de cancelación adecuada.
Para conseguir esto, los investigadores los hermanos Varshney están buscando inspiración en Watson, un ordenador avanzado en el que actualmente trabaja IBM, pues esta computadora está aprendiendo a cocinar identificando los sabores que diferentes ingredientes tienen en común.
Los usos de tal máquina irían desde la mejora de la calidad del aire en interiores a la modificación de el olor de algunos alimentos para hacerlos más agradables al gusto; ya que se sabe que la sensación del sabor está profundamente ligada a la del olfato.
Cómo hacer la mejor combinación
Una de las claves del funcionamiento de este tipo de dispositivos radicaría en encontrar la manera de hacer que el mal olor existente se mezclara adecuadamente con el olor de contraste, antes de que ambos lleguen a las fosas nasales.
Quizá en este sentido los científicos puedan coger alguna idea de oPhone, un teléfono desarrollado en un laboratorio de París y que emite olores. Aunque, de momento, este aparato solo contiene cuatro olores básicos, estos se pueden combinar de miles de maneras diferentes.
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