Las estrellas binarias o sistemas estelares compuestos de dos estrellas son famosas gracias a la escena de la película «Star Wars» en la que Luke Skywalker mira hacia una doble puesta de sol (ver vídeo).
Estos sistemas y los planetas que los rodean, similares a los que se ven también en dicha escena de la película, podrían ser más comunes de lo que se pensaba, según astrónomos de la Universidad de Cornell, en EEUU.
Este equipo podría descubrir una gran cantidad de planetas alrededor de sistemas binarios de estrellas, mediante un nuevo tipo de medición de alta precisión del movimiento de dichas estrellas, unas alrededor de las otras, una medición que permitiría encontrar las perturbaciones ejercidas por potenciales exoplanetas que las rodeen. Los resultados de su estudio han aparecido publicados en la revista Proceedings of the National Academy Sciences.
Así que, señalan los investigadores, lo que hasta ahora se consideraba ficción -la visión de los dobles soles de Tatooine que tiene el joven Skywalker en la tradicional película- ha devenido en una realidad astronómica cuatro décadas después. Dobles soles problemáticos
En general, las estrellas binarias corrientes orbitan una alrededor de la otra cada entre ocho y 100 días, y el telescopio Kepler puede detectar fácilmente los exoplanetas (planetas externos a nuestro sistema solar) que transitan alrededor de cada uno de estos soles.
El problema se plantea en los sistemas solares binarios compactos, en los que las estrellas ‘hermanas’ se mueven más cerca una de otra, lo que hace difícil para los telescopios más avanzados encontrar dichos exoplanetas.
En esencia, para Kepler y otros telescopios, el plano de la órbita planetaria de estos dobles soles y de sus planetas acompañantes podría estar fuera de control – o mal alineado-, lo que volvería a los exoplanetas orbitantes invisibles para nosotros.
«La estrategia observacional actual inevitablemente se pierde una población de planetas tipo Tatooine, pero observaciones futuras podrían revelar su existencia», asegura Diego J. Muñoz, uno de los autores del estudio.
La clave: buscar perturbaciones
El telescopio Kepler de la NASA registra el brillo estelar de una región de la Vía Láctea cercana a la constelación de El Cisne (Cygnus). Mediante la medición de fotones (partículas fundamentales de la luz), Kepler detecta los valores más bajos de luz (limitada cuando los planetas pasan por delante de las estrellas, desde la perspectiva de Kepler) y, por tanto, los tránsitos planetarios.
Sin embargo, si los soles del sistema binario compacto están muy cerca unos de otros, como se ha dicho, los planetas que los rodean quedan desalineados, lo que hace imposible que el telescopio Kepler pueda detectarlos.
La solución propuesta por Muñoz y su equipo es explorar las perturbaciones causadas por esos exoplanetas en los sistemas compactos de estrellas binarias, con el fin de determinar las poblaciones de planetas circumbinarios.
Muñoz explica que «dado que este tipo desistema binario compacto es muy común, hasta ahora habría resultado muy desconcertante que no se hubiesen detectado planetas» en sus alrededores. Nuevos hallazgos podrían sorprendernos. Referencia bibliográfica:
Diego J. Muñoz, Dong Lai. Survival of planets around shrinking stellar binaries. Proceedings of the National Academy of Sciences (2015). DOI: 10.1073/pnas.1505671112.
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