Tendencias21

Un lenguaje de programación para añadir ADN a las bacterias vivas

Ingenieros de MIT han creado un lenguaje de programación que permite diseñar circuitos de ADN integrables en bacterias vivas, a las que aportan nuevas funciones. No requiere conocimientos de ingeniería genética por parte del usuario, y es mucho más rápido que los sistemas actuales.

Un lenguaje de programación para añadir ADN a las bacterias vivas

Ingenieros biológicos de MIT (Massachusetts Institute of Technology, EE.UU.) han creado un lenguaje de programación que les permite diseñar rápidamente circuitos complejos de ADN que dan nuevas funciones a las células vivas.

Usando este lenguaje, cualquiera puede escribir un programa para la función que desee, como la detección y respuesta a ciertas condiciones ambientales.

«Es, literalmente, un lenguaje de programación de bacterias», dice Christopher Voigt, profesor de ingeniería biológica de MIT, en MIT News. «Se utiliza un lenguaje basado en texto, como si estuviera programando una computadora. Luego ese texto se compila y se convierte en una secuencia de ADN que se pone en la célula, y el circuito se ejecuta dentro de la célula».

El lenguaje se describe en Science, y podría usarse, por ejemplo, para crear células de levadura que pueden parar su propio proceso de fermentación si se acumulan demasiados subproductos tóxicos. Asimismo, podrían crearse bacterias que podrían ser ingeridas para ayudar con la digestión de la lactosa o bacterias que pueden vivir en las raíces de las plantas y producir un insecticida si tienen la sensación de que la planta es atacada.

Los investigadores planean poner la interfaz de diseño para usuarios disponible en la Web. A diferencia de los métodos existentes hasta ahora, este nuevo sistema de ingeniería genética no requiere conocimientos especiales. Otra ventaja es su velocidad, pues solo con pulsar un botón se obtiene una secuencia de ADN.

Lenguaje

El lenguaje se basa en Verilog, que se utiliza habitualmente para programar los chips de computadora. Los investigadores diseñaron elementos computacionales como puertas lógicas y sensores que pueden ser codificados en el ADN de una célula bacteriana.

Los sensores pueden detectar diferentes compuestos, tales como oxígeno o glucosa, así como la luz, la temperatura, la acidez, y otras condiciones ambientales. Los usuarios también pueden añadir sus propios sensores. «Es muy personalizable,» dice Voigt.

El mayor reto, dice, fue el diseño de las 14 puertas lógicas utilizadas en los circuitos de manera que no interfieran entre sí una vez colocadas en el complejo entorno de una célula viva.

En la versión actual del lenguaje, estas partes genéticas están optimizados para E. coli, pero los investigadores están trabajando en expandir el lenguaje a otras cepas de bacterias, incluyendo Bacteroides, que se encuentran comúnmente en el intestino humano, y Pseudomonas, que a menudo vive en las raíces de las plantas, así como la levadura Saccharomyces cerevisiae. Esto permitiría a los usuarios escribir un solo programa y luego compilarlo para diferentes organismos.

Los investigadores programaron 60 circuitos con diferentes funciones, y 45 de ellos funcionaron correctamente la primera vez que se probaron. Muchos fueron diseñados para medir una o más condiciones ambientales, tales como el nivel de oxígeno o la concentración de glucosa, y responder en consecuencia. Otro circuito fue diseñado para clasificar tres inputs diferentes y luego responder según la prioridad de cada uno.

Uno de los nuevos circuitos es el mayor circuito biológico jamás construido, con siete puertas lógicas y alrededor de 12.000 pares de bases de ADN.

Referencia bibliográfica:

A. A. K. Nielsen, B. S. Der, J. Shin, P. Vaidyanathan, V. Paralanov, E. A. Strychalski, D. Ross, D. Densmore, C. A. Voigt: Genetic circuit design automation. Science (2016). DOI: 10.1126/science.aac7341.

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Piedras de 12.000 años de antigüedad serían la evidencia más antigua del principio mecánico de la rueda 15 noviembre, 2024
    Aunque los arqueólogos ubican la invención formal de la rueda sobre la Edad del Bronce, un nuevo estudio sugiere que este avance podría haberse concretado miles de años antes: el análisis de un conjunto excepcional de más de cien guijarros perforados, descubietos en una aldea de Israel, muestra que estas piedras con 12.000 años de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Restauran la visión humana mediante células madre 15 noviembre, 2024
    En un avance vital en el campo de la medicina regenerativa, un trasplante de células madre ha mejorado significativamente la visión de tres personas con daños severos en sus córneas. El ensayo clínico realizado en Japón es el primero en su tipo a nivel mundial, según destacan los investigadores.
    Pablo Javier Piacente
  • La cultura declara también la emergencia climática: así es el movimiento 15 noviembre, 2024
    La cultura mundial se suma al movimiento por la emergencia climática y en España acaba de lanzarse con un manifiesto entre la utopía y la distopía para desafiar las estructuras de poder que ignoran el consenso científico, fracasan en su misión de protegernos y perpetúan el ecocidio.
    Alejandro Sacristán (enviado especial)
  • Crean un arma de rayo de energía inspirada en la Estrella de la Muerte de la saga Star Wars 14 noviembre, 2024
    Científicos chinos afirman haber hecho realidad el arma de haz de energía convergente que utiliza la estación espacial Estrella de la Muerte en la saga Star Wars: el sistema dirige una serie de haces de alta potencia a un solo objetivo. En la práctica, el arma podría tener un impacto letal al permitir desplegar múltiples vehículos […]
    Pablo Javier Piacente
  • Una isla rusa desaparece por completo del mapa en el Ártico 14 noviembre, 2024
    Un grupo de escolares y estudiantes universitarios descubrió que una isla rusa en el Ártico ha desaparecido recientemente, después de comparar imágenes satelitales del área para un proyecto educativo. La Sociedad Geográfica Rusa confirmó la desaparición de la isla helada Mesyatseva, aparentemente como consecuencia de los efectos del calentamiento global y el cambio climático antropogénico.
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren cómo nuestro cerebro predice el futuro 14 noviembre, 2024
    El cerebro hace mucho más que procesar información: aprende de experiencias pasadas y hace predicciones sobre el futuro inmediato. Así podemos vivir con seguridad las experiencias cotidianas.
    Redacción T21
  • Descubren una extraña criatura fantasmal desconocida en lo profundo del océano 13 noviembre, 2024
    Un grupo de investigadores ha revelado recientemente una variedad desconocida de nudibranquio, una extraña criatura marina que nada libremente en los mares a más de 2.200 metros de profundidad, iluminada por un brillo bioluminiscente y adornada con una capucha ondulante, que le confieren un aspecto fantasmal. Se trata del primer nudibranquio conocido de su tipo, […]
    Pablo Javier Piacente
  • Nuestros antepasados usaron herramientas hace más de 3 millones de años 13 noviembre, 2024
    Un nuevo estudio que ha analizado los huesos de las manos de australopitecos, simios y humanos revela que el uso de herramientas probablemente evolucionó antes del surgimiento del género Homo: nuestros antepasados homínidos habrían comenzado a dominarlas hace más de 3 millones de años, iniciando una práctica cultural y tecnológica que se creía propia de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Es hora de reconstruir una Valencia que sea física, política y económicamente resiliente 13 noviembre, 2024
    La tragedia de Valencia es la suma de la crisis climática y de una gobernanza que ha priorizado el lucro de unos pocos y el crecimiento descontrolado por encima de la seguridad de las personas. Una financiación autonómica injusta y una insuficiente comprensión de los riesgos climáticos que la ciencia anuncia completan una catástrofe anunciada.
    Fernando Valladares, Agnès Delage Amat y Rafael Jiménez Aybar (*)
  • Japón lanza el primer satélite de madera al espacio: ¿un material con futuro? 12 noviembre, 2024
    En el marco de una misión que tiene como objetivo primordial probar la hipótesis sobre la utilidad que podrían tener ciertos tipos de madera en la industria aeroespacial, investigadores japoneses lanzaron recientemente al espacio un pequeño satélite de madera. El equipo experimental fue transportado a la Estación Espacial Internacional (ISS) y se desplegará en órbita […]
    Pablo Javier Piacente