Durante el año 2004, la ciudad norteamericana de Chicago registró la tasa más baja de criminalidad de los últimos 40 años, según las autoridades gracias a una red de cámaras de vigilancia colocadas por la ciudad que envían las imágenes de episodios sospechosos (ocurridos en un ángulo de 360º) a los ordenadores portátiles instalados en los coches de policía.
El trabajo de estas cámaras se ha completado con un revolucionario sistema de detección de ruido de armas bautizado como SENTRI (Smart Sensor Enabled Neural Threat Recognition and Identification), que ha permitido ya a la policía de Chicago requisar 10.000 armas, tal como explica al respecto Security Info Watch.
Fabricado y comercializado por la empresa Safety Dynamics, SENTRI utiliza un algoritmo tomado de los trabajos sobre redes neuronales de Theodore Berger, director del Centre for Neural Engineering de la Universidad de California.
Las investigaciones de Berger se han centrado en desarrollar modelos matemáticos de los sistemas neuronales de los mamíferos, especialmente de la forma de funcionamiento de la región cerebral del hipocampo, un sistema neuronal esencial para las funciones de la memoria y del aprendizaje.
A partir de dichas investigaciones, Berger creó la tecnología Dynamic Synapse Neural Network o DSNN, que ha servido como base para el desarrollo de este sistema.
Selección de ruidos
SENTRI es capaz, con la ayuda de cuatro micrófonos, de detectar cualquier tipo de disparo en mitad del ruido del tráfico y de las obras, de identificar el origen de éstos en un radio de dos edificios, de orientar hacia ese ruido las cámaras de vídeo y de lanzar una llamada automática a la policía.
Gracias a su archivo de memorias acústicas, el dispositivo es lo suficientemente preciso para distinguir, mediante la medida de los decibelios que compara con los datos archivados en su propia memoria, los ruidos de una ciudad de los de un arma de fuego. Para que el sistema funcione, se graban en él los sonidos que se pretende sean detectados, por lo que puede hacerse con cualquier sonido dependiendo de la necesidad. Cuanto más precisas sean las grabaciones, más probabilidades existen de que el sistema detecte el peligro.
Periodo de prueba
Tras un periodo de prueba, una treintena de SENTRI han sido ya colocados en los lugares de la ciudad de Chicago donde la criminalidad es mayor y otra docena van a instalarse en breve.
En Los Ángeles se están realizando actualmente pruebas con una veintena de aparatos y San Francisco y Filadelfia planean también probarlos. En Tijuana, Méjico, se han comprado ya 353 unidades, y Nueva Orleáns y Atlanta también van a hacer pruebas con este sistema.
Safety Dynamics trabaja además con la armada y la marina norteamericanas en el desarrollo de proyectos de detección de determinados sonidos, como automóviles circulando despacio o rotura de cristales. Se ha pensado incluso en enviar el sistema a Irak para ayudar a los soldados norteamericanos allí destinados a localizar la procedencia de los ruidos de disparos.
Añadir el SENTRI a una cámara de vigilancia no tiene un gran coste económico. Este sistema cuesta entre 4.000 y 10.000 dólares por unidad. En Chicago los aparatos se han pagado con dinero confiscado.
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