Una investigación desarrollada en la Universidad de Belgrado y publicada en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society ha descubierto que al menos 10 cuerpos rocosos de más de 1 kilómetro de diámetro están ocultos cerca de la Tierra desde hace millones de años.
Proceden de una familia de asteroides que se formó hace 137 millones de años, cuando un cuerpo celeste de entre 34 y 41 kilómetros de ancho fue golpeado por otro cuerpo mayor en el interior del cinturón de asteroides del sistema solar, situado entre Marte y Júpiter.
Debido a ese impacto, el cuerpo celeste se fragmentó en numerosos objetos rocosos que formaron una familia de asteroides. Algunos de ellos han terminado en el espacio cercano a la Tierra.
Una familia de asteroides es una agrupación de cuerpos rocosos que comparten un origen común y parecidos elementos orbitales. Los astrónomos tienen identificadas a una treintena familias de asteroides, la mayoría en el disco circumestelar.
Invisibles
Los miembros de la familia de asteroides surgidos de aquella colisión son no metálicos, por lo que reflejan poca luz y por ello son difíciles de ser detectados por los instrumentos astronómicos. Solo recientemente han podido ser reconocidos 317 miembros de la familia Karma a partir de pequeñas motas de luz de los asteroides más débiles del clan.
Esta familia ha recibido el nombre de Karma porque el miembro más grande de este colectivo es un asteroide denominado 3811 Karma, descubierto en 1953.
La nueva investigación ha podido identificar a la Familia Karma en el interior del disco circumestelar como una fuente potencial de asteroides cercanos a la Tierra.
Los autores de esta investigación simularon el recorrido orbital de los asteroides de esta familia, a partir del impacto que la generó.
La simulación reveló que, durante la vida de esta familia de asteroides, 350 cuerpos rocosos se han acercado a la órbita de la Tierra y que alrededor de 10 estarían en la actualidad en el espacio cercano a nuestro planeta, sin que hayamos podido detectarlos.
Atracciones influyentes
Para los cálculos de esas trayectorias, los investigadores tuvieron en cuenta no solo la atracción gravitacional de los planetas, sino también la radiación solar que estos asteroides pudieron absorber en su recorrido y alterar su trayectoria (efecto Yarkovsky).
Este efecto se refleja en cuerpos celestes de hasta 10 kilómetros de diámetro y puede forzar su desplazamiento a través de grandes distancias durante millones de años.
Las simulaciones muestran que, durante la vida de la familia, el efecto Yarkovsky provocó que 350 grandes asteroides (de más de 1 kilómetro de diámetro) migraran hasta los huecos de Kirkwood, unas zonas del cinturón de asteroides en las que la densidad de cuerpos rocosos es menor.
Los investigadores destacan que, en esas zonas, la atracción gravitacional de Júpiter provoca el alargamiento de las órbitas de los objetos rocosos y que, con el tiempo, crucen la órbita de Marte y se conviertan en asteroides cercanos a la Tierra.
Los modelos establecen que la resonancia con Júpiter de los primeros miembros de esta familia de asteroides que llegaron a los huecos de Kirkwood ocurrió hace unos 70 millones de años, así como que, cada millón de años, otros cinco cuerpos rocosos se han ido sumando a este rincón del disco circumestelar.
Relativamente cerca
Los autores de esta investigación, teniendo en cuenta estudios anteriores, según los cuales la mayoría de los asteroides que entran en los huecos de Kirkwood y en resonancia con Júpiter terminan como asteroides cercanos a la Tierra durante unos dos millones de años, deducen que en la actualidad 10 asteroides de la familia Karma se encuentran en las inmediaciones de nuestro planeta, según han señalado a la revista Sky&Telescope.
Al estar clasificados como asteroides próximos a la Tierra (NEA), sus trayectorias pueden situarse a menos de la distancia media que nos separa del Sol. Hipotéticamente, algunas de sus órbitas podrían suponer un potencial peligro de colisión.
Los astrónomos destacan que lo más relevante de su hallazgo es que permite vincular meteoritos encontrados en la Tierra con posibles miembros de la familia Karma.
Ese dato ayudaría a comprender mejor lo que pasa en el cinturón de asteroides, que es de donde procederían, así como profundizar más en el conocimiento del sistema solar primitivo.
Referencia
Analysis of the Karma asteroid family. Debora Pavela et al. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Volume 501, Issue 1, February 2021, Pages 356–366. DOI:https://doi.org/10.1093/mnras/staa3676
Hacer un comentario