Tendencias21

Conectan dos cerebros humanos para resolver un juego de preguntas

Imagina un juego de preguntas y respuestas en el que los dos participantes no están en el mismo sitio ni pueden comunicarse. Ronda tras ronda, un jugador hace una serie de preguntas hasta adivinar con precisión el objeto que el otro está pensando. Se trata del estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de Washington, que han conseguido por primera vez con una técnica no invasiva la conexión de dos cerebros humanos. Por Patricia Pérez

Conectan dos cerebros humanos para resolver un juego de preguntas

Muchos avances tecnológicos del siglo pasado, desde el telégrafo a Internet, se crearon para facilitar la comunicación interpersonal. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington, en Estados Unidos, trabaja en un enfoque diferente, utilizar la tecnología para eliminar la necesidad de tales intermediarios. Así, han puesto a prueba una conexión directa de cerebro a cerebro con un juego de preguntas y respuestas. Según los resultados del estudio, publicado en la revista PLoS ONE, se trata de la primera demostración exitosa de dos cerebros vinculados directamente, permitiendo a una persona adivinar con precisión lo que está en la mente de la otra.

A lo largo de la evolución se han sucedido las formas para tomar la información del cerebro de un animal o de una persona y comunicarla a otros, bien a través del comportamiento, del habla y así sucesivamente. Pero siempre hace falta una traducción. Los investigadores de Washington trabajan precisamente para revertir el proceso, tomando directamente las señales del cerebro de una persona y, con una traducción mínima, volver a colocarlas en el cerebro de otra. «Este es el experimento de cerebro a cerebro más complejo que se ha hecho hasta la fecha en humanos», asegura Andrea Stocco, autor principal de la investigación, en un comunicado de la propia Universidad.

El funcionamiento es sencillo. Al primer participante, que es quien responde, se le muestra un objeto en la pantalla del ordenador. Este lleva un gorro con electrodos conectado a una máquina de electroencefalografía, que se utiliza para registrar la actividad eléctrica del cerebro. El segundo participante, quien pregunta, ve en su pantalla una lista de posibles objetos y preguntas conexas. Con un clic de ratón, el jugador B envía una pregunta a la que el A debe contestar «sí» o «no», centrándose para ello en una de las dos luces LED intermitentes conectadas al monitor, que parpadean a diferentes frecuencias.

Ambas respuestas envían una señal al segundo participante a través de Internet que activan una bobina magnética que lleva colocada detrás de la cabeza. Pero sólo el «sí» genera una respuesta lo suficientemente intensa como para estimular la corteza visual y hacer que el jugador vea ese destello de luz o mancha luminosa que se conoce como fosfeno. Este sigue entonces haciendo preguntas de sí o no hasta identificar el objeto correcto del jugador A.

Medidas de seguridad

El experimento se llevó a cabo en salas oscuras de dos laboratorios del campus, situadas a casi una milla de distancia. Participaron cinco parejas que jugaron 20 rondas cada una, con ocho objetos y tres preguntas que resolver. Las sesiones mezclaron de forma aleatoria diez juegos reales y diez automáticos estructurados de la misma forma.

Los investigadores tomaron varias medidas para asegurarse de que los participantes no recurrieran a pistas distintas de la comunicación cerebral directa para completar el juego. Así, por ejemplo, cada jugador B llevaba tapones de oídos para no escuchar los sonidos producidos por las diferentes intensidades de estimulación de las respuestas «sí» y «no».

Además, como el ruido viaja a través del hueso del cráneo, también cambiaron ligeramente las intensidades de estimulación de un juego a otro, utilizando al azar tres intensidades diferentes de «sí» y «no» para reducir aún más la posibilidad de que el sonido proporciona alguna pista.

Finalmente, los participantes fueron capaces de adivinar el objeto correcto en el 72 por ciento de los juegos reales, frente al 18 de las rondas automáticas. Entre los errores, uno pudo estar causado por la incertidumbre de si había aparecido un fosfeno. «Tienen que interpretar algo que están viendo con sus cerebros», explica el coautor del estudio Chantel Prat. «No es algo que hayan visto antes», añade.

Otro error pudo deberse a que los jugadores A no supieran realmente la respuesta a las preguntas o se concentraran tanto en el sí como en el no, o por algún problema de hardware que interrumpiera la transmisión de la señal cerebral. Sin descontar el hecho de que «mientras las luces intermitentes son señales que estamos poniendo en el cerebro, otras partes están haciendo un millón de cosas en ese mismo momento», como resalta la investigadora.

Antecedentes

Este estudio se basa en un experimento inicial que el equipo de investigación llevó a cabo en 2013, cuando fue el primero en demostrar una conexión directa de cerebro a cerebro entre humanos. Otros científicos habían conectado el cerebro de ratas y monos, o transmitido señales de un humano a una rata utilizando electrodos insertados en el cerebro de los animales. Sin embargo, el equipo de Washington utilizó tecnología no invasiva para enviar señales del cerebro de una persona a través de Internet para controlar los movimientos de la mano de otra persona.

Un año después, recibieron una nueva subvención que les permitió ampliar sus experimentos para descifrar procesos cerebrales e interacciones más complejas. Su próximo reto es explorar la posibilidad de «entrenar el cerebro», transfiriendo señales directamente de cerebros sanos a otros dañados o afectados por factores externos, como un derrame cerebral o un accidente, o simplemente para transferir conocimientos de maestro a discípulo.

El equipo también trabaja para transmitir estados del cerebro, por ejemplo, enviando señales de una persona que está alerta a otra que se está durmiendo, o de un estudiante concentrado a otro con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). “Cuando el estudiante sin trastorno está prestando atención, el cerebro del estudiante con TDAH cambia a un estado de mayor atención de forma automática», explica Prat.

Conectan dos cerebros humanos para resolver un juego de preguntas

Del sueño de ficción a la realidad

La telepatía está, como tantos otros conceptos que un día fueron sueños de la ciencia ficción, cada vez más cerca de convertirse en una realidad. Lo único que falta para lograrlo son medios técnicos que ya se están desarrollando.

En este sentido, como explican los investigadores del equipo liderado por Andrea Stocco, “el esfuerzo ahora se centra en incrementar la complejidad de las informaciones transmitidas en interfaces de cerebro-a-cerebro (BBI)”.

Además de enormes volúmenes de información, se pretende que estos dispositivos puedan también transmitir “estados afectivos y otros tipos de información difíciles de verbalizar”, así como conceptos complejos utilizados por los profesores al enseñar ciertas materias.

El paso adelante que ha supuesto esta investigación abre todo un horizonte en el trabajo en proyectos comunicativos y cerebrales. La telepatía, la ciencia ficción, una vez más, empieza a vislumbrarse como real en el horizonte.

Jorge Lázaro

Referencia bibliográfica:
  Referencia bibliográfica: Andrea Stocco , Chantel S. Prat, Darby M. Losey, Jeneva A. Cronin, Joseph Wu, Justin A. Abernethy, Rajesh P. N. Rao. Playing 20 Questions with the Mind: Collaborative Problem Solving by Humans Using a Brain-to-Brain Interface. PLOS ONE (2015). DOI: 10.1371/journal.pone.0137303.

 

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • La acidez cerebral podría estar relacionada con múltiples trastornos neurológicos 11 abril, 2024
    Un estudio en animales a gran escala vincula los cambios en el pH del cerebro con problemas cognitivos de amplio alcance, ligados a patologías como el autismo o el Alzheimer, entre otras. Los científicos creen que los problemas metabólicos en el cerebro podrían estar directamente relacionados con una variedad de trastornos neuropsiquiátricos y neurodegenerativos.
    Pablo Javier Piacente
  • Cultivan organoides cerebrales con conexiones neuronales similares a las de un cerebro real 11 abril, 2024
    Un equipo internacional de investigadores ha desarrollado una técnica para conectar tejidos cultivados en laboratorio que imitan al cerebro humano de una manera que se asemeja a los circuitos neuronales del cerebro real. El "sistema" de mini cerebros interconectados podría revolucionar nuestra comprensión de las funciones cerebrales.
    Pablo Javier Piacente
  • Los Estados se exponen a condenas judiciales por inacción climática 11 abril, 2024
    Suiza es el primer Estado condenado judicialmente por no resolver el desafío climático y violar los derechos humanos de las personas mayores. Hace un año, 16 niños y jóvenes obtuvieron una sentencia condenatoria contra el Estado de Montana por destruir con sus leyes el medioambiente. Cualquier Estado puede ser denunciado si no preserva el ambiente en […]
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Detectan extraños pulsos de radio procedentes de un magnetar que desconciertan a los científicos 10 abril, 2024
    Los astrónomos han detectado señales de radio inusuales procedentes de XTE J1810-197, un radiomagnetar o estrella de neutrones ultramagnética situada a 8.100 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Sagitario. Los resultados son inesperados y sin precedentes: a diferencia de las señales de radio que se han detectado en otros magnetares, […]
    Pablo Javier Piacente
  • La IA podría ser el límite para todas las civilizaciones avanzadas en el Universo 10 abril, 2024
    Un nuevo estudio sugiere que el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) hacia una Superinteligencia Artificial (ASI) podría explicar por qué no hemos detectado aún otras civilizaciones avanzadas en el cosmos, a pesar de la alta probabilidad de su existencia: en vez de supernovas, plagas, guerras nucleares o eventos climáticos extremos que hayan sido un […]
    Pablo Javier Piacente
  • Higgs ha podido dejar abierta la puerta a la Nueva Física 10 abril, 2024
    La muerte de Peter Higgs, que pasará a la historia como el descubridor del bosón que explica cómo se forma la materia, deja un legado en la historia de la física que todavía puede aportar algo más trascendente: la prueba definitiva de una Nueva Física más allá del Modelo Estándar.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Descubren neuronas "zombis" en el cerebro, que serían claves en el proceso de aprendizaje 9 abril, 2024
    Las neuronas "zombis" son unidades vivas pero funcionalmente alteradas, que parecen "dormidas" en determinadas situaciones: los investigadores han revelado que cumplen un papel fundamental en el cerebelo, concretamente en aspectos relativos a la forma en la cual aprendemos.
    Pablo Javier Piacente
  • La Luna se invirtió por completo hace más de 4 mil millones de años 9 abril, 2024
    Hace unos 4.220 millones de años, poco después de que la Luna se formara a partir de un trozo de la Tierra que se desprendió durante una colisión violenta a principios de la historia del Sistema Solar, nuestro satélite se dio vuelta y comenzó así una etapa clave de su desarrollo. Así lo ha comprobado […]
    Pablo Javier Piacente
  • Arte rupestre de hace 2.000 años podría representar música psicodélica 9 abril, 2024
    Aunque la música psicodélica moderna no nació hasta la década de 1960, las influencias psicodélicas se pueden encontrar en el arte rupestre de hace miles de años. Grabados precolombinos en piedra, de 2.000 años de antigüedad, reflejan figuras humanas bailando en estado de trance chamánico.
    Redacción T21
  • Descubren antiguas partículas de polvo espacial provenientes de otro sistema estelar 8 abril, 2024
    Los astrónomos han descubierto una rara partícula de polvo atrapada en un antiguo meteorito extraterrestre, que fue formado por una estrella distinta a nuestro Sol. El polvo se habría originado luego de una supernova: las partículas son como "cápsulas del tiempo celestes" y proporcionan una instantánea de la vida de su estrella madre.
    Pablo Javier Piacente