El paradigma de las exploraciones llevadas a cabo por robots en otros planetas está a punto de cambiar, afirma un físico llamado Wolfgang Fink que trabaja en uno de los laboratorios del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en Pasadena, en un artículo publicado por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA.
Según Fink, en lugar de enviar un único vehículo espacial robótico dirigido desde la Tierra a planetas como Marte, en el futuro se enviarán múltiples robots de bajo coste, que se auto-dirigirán o que dirigirán a otros robots y que se colocarán en diversas localizaciones al mismo tiempo.
Las próximas misiones de exploración las realizarán, por tanto, ejércitos de robots autónomos. Para ello Fink y sus colabores del Caltech, están desarrollando un programa informático y han creado un dispositivo de experimentación capaz de trabajar de forma independiente, y también como parte de un gran equipo.
Este software hará posible que los robots piensen por sí solos, identifiquen problemas y posibles peligros, determinen áreas de interés y prioricen objetivos de análisis.
Tecnología integrada
En las exploraciones actuales, los ingenieros ordenan a un vehículo explorador que realice ciertas tareas, y luego esperan a que éstas sean ejecutadas. Esta forma de funcionar deja poco margen para la flexibilidad o el cambio de planes de acción, según se van desarrollando las misiones.
Según se explicaba en otro comunicado anterior emitido por el Caltech, en el “nuevo paradigma” de exploración robótica, en cambio, los exploradores serán autónomos.
Diversas tecnologías se lo permitirán, puesto que llevarán a bordo instrumentos ópticos y cámaras térmicas, radares de penetración terrestre, y sensores de gas y de humedad, gracias a los cuales podrán elegir por sí solos las áreas del planeta a investigar.
Asimismo, los robots contarán con un software de identificación, caracterización e integración de varios tipos de información espacial y temporal, para la realización de análisis comparativos en tránsito, para la formulación de hipótesis, y para la selección de objetivos.
Por tanto, el control de las misiones no se llevará a cabo desde la Tierra, sino que lo tendrán múltiples robots que trabajarán en conjunto, compartiendo entre ellos la información que cada uno de ellos recopile, de manera casi simultánea.
Este tipo de exploraciones será aplicada algún día en misiones a Titán (satélite más grande del planeta Saturno), a Marte o a otros planetas.
Un escenario hipotético
Un escenario hipotético sería, por ejemplo, el de una aeronave que orbitara alrededor de Titán proporcionando una visión global de este satélite, de la disposición de sus montañas, lagos y cañones.
Al mismo tiempo, más cerca de la superficie de Titán y en su suelo, otros robots explorarían todos los rincones.
El robot situado en la órbita del satélite “hablaría” directamente a unos robots-globo, y dirigiría sus vuelos hacia las regiones a investigar. A su vez, estos robots-globo entrarían en contacto con diversos robots exploradores más pequeños, situados sobre el suelo del planeta, para que se desplazaran hacia dichas regiones.
Según los investigadores, estas máquinas terrestres serán más sencillas y pequeñas que los exploradores que actualmente se están enviando a Marte.
En las exploraciones, por tanto, habría muchos robots operando simultáneamente en el espacio, el aire y en el suelo del planeta, explica Fink. Esto permitiría tener una visión mucho más general de los lugares a investigar y de los imprevistos que en ellos pueden aparecer.
Alcanzar lo desconocido
Según el científico, básicamente ahora la investigación se está dirigiendo en conseguir que los robots puedan dirigir a otros robots.
Si este esfuerzo llega a buen puerto, algún día una flota entera de robots autónomos y dirigidos por otros robots podrán convertirse en nuestros ojos, oídos, brazos y piernas en el espacio, el aire y el suelo de otros planetas.
Estas máquinas serán capaces entonces de responder a las condiciones del entorno en que se encuentren sin ayuda de los humanos, investigar en sitios muy lejanos, y alcanzar lo desconocido. Evidencias de agua líquida, e incluso signos de vida extraterrestre, serán algunos de sus posibles hallazgos.
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