El ordenador puede tener en cuenta, de manera simultánea, los movimientos de las dos manos del usuario. Cuanto más se acerque éste a la máquina, mayor cantidad de información puede suministrarle el QB1.
En la última LIFT Conference, celebrada del 25 al 27 de febrero en Ginebra, se ha presentado un curioso computador que podría cambiar la forma que tenemos actualmente de relacionarnos con los ordenadores.
Se trata del llamado QB1, que combina la ingeniería y el diseño, para transformar la interacción entre los ordenadores y los humanos.
En las últimas décadas, algo han cambiado los teclados, los monitores y el ratón que conforman estas máquinas, pero poco más: en nuestra forma de interactuar con ellas, siempre somos nosotros los que nos acercamos para poder editar textos, manipular fotografías, enviar e-mails, etc.
Sin embargo, lo cierto es que los ordenadores son cada día herramientas más personalizadas, al mismo tiempo que nuestros estilos de vida están cambiando rápidamente.
Nuevas funciones, nuevo formato
En la actualidad, utilizamos los ordenadores para escuchar música, ver vídeos, conocer la actualidad y comunicarnos con nuestros amigos. ¿No es hora, por tanto, de que el formato de estos aparatos vaya cobrando una nueva forma más acorde con sus funciones?
Eso es lo que pensaron el ingeniero Frédéric Kaplan y el diseñador Martino d’Esposito a la hora de desarrollar el QB1. Ambos inventores comenzaron diseñando máquinas capaces de identificar a sus usuarios, ofrecer aplicaciones y ejecutar funciones.
El QB1 es una consecuencia de todo este trabajo. Kaplan, en colaboración con el Laboratorio CRAFT de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), aplicó sus descubrimientos en investigación industrial en el campo de las interfaces avanzadas, combinando la inteligencia artificial y la robótica.
Martino d’Esposito, por su parte, ha aportado su experiencia como diseñador industrial y ha creado el lenguaje formal de la máquina para posibilitar sus relaciones con los humanos, según explica la EPFL en un comunicado.
Cómo funciona
El QB1 presenta un diseño sobrio y articulado, y está revestido de un material negro. Cuando reconoce a alguien, su pantalla se gira hacia el usuario. Para que éste entre en contacto con él no se necesita ni un teclado ni un ratón: QB1 es dirigido tan sólo con gestos.
El ordenador puede tener en cuenta, de manera simultánea, los movimientos de las dos manos del usuario. Cuanto más se acerque éste a la máquina, mayor cantidad de información puede suministrarle el QB1.
La primera aplicación del QB1 presentada por Kaplan y d’Esposito es un reproductor automático de música que atiende los deseos del usuario: las canciones que le apetece oír, el volumen de la música, etc.
QB1 reconoce asimismo con quien está interactuando, y es capaz de ajustar gradualmente su interconexión con el usuario para hacer sugerencias cada vez más relevantes. Para ello, el sistema combina diversas técnicas de inteligencia artificial, cada una de ellas diseñadas para un tipo específico de predicción.
De esta forma, según publica la web de la LIFT Conference 2009 , el QB1 ha transformado la manera en que la gente accede a la música en sus ordenadores. El ordenador, en definitiva, parece y actúa de manera distinta a cualquier otro ordenador.
Combinación de inventos
El tipo de interacción con gestos del QB1 está basado en diversos inventos desarrollados en la EPFL en los últimos dos años. Por otro lado, la máquina también incluye conocimientos de varias compañías del sector, incluyendo los de la firma Bluebotics.
El gran potencial de esta nueva generación de máquinas ha llevado a Kaplan y d’Esposito a fundar juntos OZWE, que es una extensión de la EPFL, para expandir el producto en el mercado.
Para empezar, en la LIFT Conference han buscado a gente que quisiera convivir con la máquina durante un tiempo en sus casas, para saber cómo se integraría ésta en los hogares. De los resultados de estas pruebas, podrían salir ordenadores físicamente interactivos y de formato muy novedoso.
Antecedente: Wizkid
El año pasado, los inventores ya presentaron primer prototipo de ordenador-robot llamado Wizkid que fue presentado en la exposición “Design and the Elastic Mind” del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA).
Considerado como mitad ordenador, mitad robot, el aspecto de Wizkid era el de un ordenador corriente, pero con cuello. Su pantalla, situada sobre el cuello móvil, se movía como una cabeza, siguiendo los rostros humanos que hubiera a su alrededor.
En su pantalla aparecían funciones que el usuario podía seleccionar con sólo mover las manos, como en el caso del QB1.
En una conferencia de Kaplan, el inventor señala que los objetos cotidianos tenderán cada vez más a convertirse en robóticos, y que esta tendencia también afectará a los ordenadores.
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