Investigadores del Scripps Research Institute de Estados Unidos han descubierto que ciertas modificaciones en el circuito que desarrolla la dopamina en el cerebro son el origen de los olvidos transitorios o lapsus cerebrales. En el lapsus se detiene el pensamiento por un instante, sin abolir los recuerdos a largo plazo.
Olvidar repentinamente una fecha que siempre teníamos presente, el nombre de una persona cercana o el título de una canción que escuchamos miles de veces, son algunos ejemplos de los llamados “olvidos transitorios o momentáneos”.
También conocidos como lapsus cerebrales, consisten en una súbita paralización del pensamiento que genera un olvido temporal, pero sin comprometer los recuerdos a largo plazo. No deben confundirse con los síntomas del Alzheimer, ya que estos se producen de forma constante y continuada.
De acuerdo a investigaciones previas, los lapsus se definen como una incapacidad temporal para recordar determinada información. Pueden estar relacionados con la falta de atención, o con otros factores como el estrés o con los trastornos del sueño.
La dopamina y su papel crucial
Según se explica en un comunicado, la nueva investigación ha descubierto el origen químico de estas extrañas paralizaciones momentáneas del pensamiento y la memoria: estarían directamente influenciadas por la acción de la dopamina en el cerebro.
La dopamina es mucho más que la “hormona de la felicidad”. Este neurotransmisor, producido tanto por animales vertebrados como invertebrados, entre ellos el ser humano, regula aspectos como el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, el sueño, el humor, la atención o el aprendizaje.
Por supuesto, la dopamina incide con fuerza en las sensaciones de placer y en el ánimo, existiendo neuronas dedicadas por completo a la regulación de esas sensaciones, cuyo neurotransmisor primario es precisamente la dopamina.
Regulación de los lapsus cerebrales
Ahora, los neurocientíficos estadounidenses han hallado, tal como se detalla en un estudio publicado en la revista Nature, un sistema de activación de la memoria que emplea el neurotransmisor dopamina para dirigir el olvido transitorio o lapsus cerebral.
Mediante experimentos con moscas de la fruta, los científicos determinaron que, al exponer a los insectos a determinados estímulos que generaban olvidos transitorios, se producían variaciones bioquímicas de importancia.
Un único par de neuronas liberadoras de dopamina en las moscas, llamadas PPL1-α2α’2, eran las encargadas de dirigir el lapsus u olvido transitorio. Cuando la estimulación era mayor, también aumentaba la liberación de dopamina desde estas neuronas. Por el contrario, la dopamina enviada desde otras neuronas no registraba el mismo efecto.
De esta manera, la investigación comprueba la existencia de un receptor específico en el centro de la memoria que recibe la señal de olvido transitorio de la dopamina. Los científicos creen que es muy probable que pueda comprobarse el mismo esquema en los seres humanos.
Economía de recuerdos
Por otro lado, los expertos destacaron que este estudio también profundiza sobre la importancia de los lapsus cerebrales para el sistema integral de la memoria. Indicaron que no deben verse como “fallos” o errores, sino como un mecanismo de optimización de los recuerdos que es vital para la memoria y la cognición.
En otras palabras, y considerando que el ser humano genera miles de recuerdos a diario, los lapsus cerebrales funcionan como un resguardo para el cerebro: dejan en un sector latente aquellos recuerdos que son irrelevantes en un momento determinado, para colocar en primer plano otros de mayor trascendencia en cada situación.
Referencia
Dopamine-based mechanism for transient forgetting. Sabandal, J.M., Berry, J.A. & Davis, R.L. Nature (2021).DOI:https://doi.org/10.1038/s41586-020-03154-y
Foto: Usman Yousaf en Unsplash.
Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.
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