Las redes ilegales violentas suponen un problema de un billón de dólares que afecta a todas las sociedades del mundo y cuesta cientos de miles de vidas cada año. Por ejemplo, más de 50.000 personas han muerto en los últimos cinco años como resultado de la guerra en México entre cárteles de la droga rivales.
Y aunque los datos sobre este tema son escasos y poco fiables, en el año 2003 la ONU estimó el valor del mercado de drogas ilícitas en casi 320 mil millones de dólares, mayor que el producto interno bruto del 88% de los países del mundo -y eso fue casi un 10 años atrás.
Está claro que las redes ilícitas, en particular las que son violentas y coercitivas, como los traficantes de drogas, traficantes de armas y traficantes de personas, tienen un gran impacto humano y financiero en cada país. Google cree que puede ayudar, tal como se afirma en el blog oficial de la compañía.
Hace dieciocho meses, la empresa puso en marcha Google Ideas, con la creencia de que Google está en una posición única de explorar el papel que la tecnología puede desempeñar en la lucha contra algunos de los retos más difíciles a los que se enfrenta el ser humano.
Su primer centro de atención fue luchar contra la radicalización, por lo que el año pasado convocó en Dublín (Irlanda) la Cumbre contra el extremismo violento, con ex miembros de pandillas, extremistas de derecha, yihadistas, así como supervivientes de la violencia extremista.
Entre los muchos resultados de esta cumbre fue una plataforma que se ha establecido como una ventanilla única para hacer frente al extremismo a través de ex violentos y de supervivientes.
Un enfoque más amplio
Recientemente, Google ha ampliado su enfoque para incluir redes ilícitas violentas, como las del narcotráfico, la trata de personas, la extracción de órganos y el tráfico de armas.
La compañía cree que la tecnología tiene la capacidad de descubrir y desmantelar las redes criminales globales, que dependen del secreto y la discreción para poder funcionar. Y durante los últimos meses, Google ha estado trabajando con gente que lucha en primera línea para obtener una mejor comprensión de lo que impulsa a estas redes y cómo funcionan.
La semana pasada, en asociación con el Council on Foreign Relations y el Festival de Cine de Tribeca, Google convocó Redes ilegales: fuerzas en oposición (la cumbre INFO) en Los Ángeles (California).
Con demasiada frecuencia, señala el blog, las redes ilegales solo son analizadas en los pequeños rincones de quienes las estudian. La cumbre tenía como objetivo llevar a la luz pública esta realidad, reuniendo un rango completo de partes afectadas, desde supervivientes del tráfico de órganos, el tráfico sexual y el trabajo forzoso hasta funcionarios del gobierno, decenas de ingenieros, líderes tecnológicos y managers de producto de Google, entre otros muchos.
Participantes y experiencias
Entre los asistentes estuvieron Kimmie Weeks, un ex niño soldado de Liberia; Juan Pablo Escobar, hijo del narcotraficante asesinado Pablo Escobar; el secretario adjunto de Defensa de Estados Unidos, Andrew Weber; y Brian Dodd, que dirige los esfuerzos antiterroristas y contra el crimen transnacional del Departamento de Control de Drogas de Estados Unidos.
En la cumbre se compartieron historias como la de unos niños de Libia que usan Google Maps para advertir a sus compañeros de clase de los puntos donde se sitúan los francotiradores, o la de la red social Citivox, que en México intenta que la gente vuelva a confiar en los demás pese a la violencia, y que comparta sus experiencias.
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