Hace diez años los coches autónomos sin conductor pertenecían aún al ámbito de la ciencia ficción. Hoy, gracias al trabajo de investigadores e ingenieros audaces, esta tecnología está ya muy cerca de salir a la calle. En Google fueron los pioneros en este campo, pero aún está por ver quién será el primero que presente el primer modelo fabricado en serie.
Google presentó hace unos meses un prototipo diseñado específicamente para su conducción autónoma que, tal y como informa Forbes, y resume Cordis, no incluye volante, acelerador, freno ni palanca de cambios. Lo único que el "conductor" puede controlar es un botón grabado con la inscripción "e-stop" para detener el coche en caso de emergencia y otro botón para poner el coche en marcha.
Una aplicación de smartphone serviría para llamar al coche y que este recogiera y condujese al pasajero hasta el destino fijado, sin necesidad de intervenir en el proceso de ninguna otra forma.
Podría parecer un sistema perfecto, pero aún siguen pendientes de solución múltiples aspectos relacionados con la seguridad. En principio se propuso que el pasajero pudiese tomar el control del automóvil en caso de emergencia, pero los ensayos demostraron que éste podría no estar lo suficientemente alerta, tal y como declaró Christopher Urmson, director del proyecto en Google, a The New York Times.
Los vehículos cuentan con sensores electrónicos omnidireccionales con una capacidad de detección de unos 182 metros. La parte delantera del automóvil se fabricará con un material semejante a una espuma para el caso de que el ordenador falle y atropelle a un peatón. The New York Times describió el coche como "una pequeña burbuja del futuro, racionalizada para que funcione sola".
Otros modelos
Google parece llevar la delantera en los empeños por comercializar coches autónomos -sin duda es la iniciativa más notoria-, pero no le faltan serios competidores.
Algunos modelos de automóvil ya a la venta incluyen sistemas que guían al conductor para que pueda aparcar en espacios estrechos, mantener el coche a distancia de otros en la autopista y emitir una señal de aviso si se va a chocar de forma inminente con un objeto no percibido por el conductor.
A finales de septiembre, Audi anunció que se había convertido en el primer fabricante de coches en recibir permiso de la administración estatal de California (EE.UU.) para ensayar automóviles autónomos en las carreteras públicas del estado.
Mercedes, BMW y Volvo también han presentado automóviles capaces de desplazarse sin que intervenga el conductor en circunstancias muy concretas, pero ninguno ha eliminado por completo al conductor. Volvo afirma que para 2017 prevén comercializar modelos con capacidad de asistencia en retenciones de tráfico.
¿Suponen estas propuestas una amenaza para el coche burbuja de Google? Según Global Manufacturing, en realidad Audi y el resto de fabricantes compiten por objetivos distintos a los de Google. La meta de Google es establecer un planteamiento completamente nuevo de conducción en el que los accidentes de tráfico y los atascos sean mucho más infrecuentes, mientras que la de los fabricantes tradicionales es más conservadora y consiste no tanto en revolucionar el sector sino en crear un vehículo autónomo que se asemeje en gran medida a los modelos actuales a fin de dejar atrás a sus competidores.
En relación a los progresos de los fabricantes, Sergey Brin, cofundador de Google, comentó lo siguiente a The New York Times: "Ese planteamiento no coincide del todo con nuestra misión de lograr un cambio transformador". La carrera hacia el coche sin conductor no se detiene.
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