La microbiota intestinal es fundamental para la comunicación de las abejas melíferas: gracias a ella logran reconocer a los integrantes de su colmena y protegerla de los ataques de otras abejas invasoras, según una investigación realizada por científicos de la Universidad de Washington en St. Louis.
El fenómeno no es exclusivo de los insectos, ya que de acuerdo a una nota de prensa, animales como las hienas también utilizan la microbiota intestinal para comunicarse e identificarse socialmente. Pero en el caso de las abejas melíferas, las bacterias intestinales son cruciales para descubrir invasores que pongan en peligro a su comunidad y condicionen el futuro de la colmena.
La nueva investigación ha comprobado que, al compartir alimentos y otras sustancias, las abejas que conforman una colmena desarrollan una microbiota intestinal específica, que puede ser reconocida por sus integrantes. Esto permite activar un mecanismo de defensa, mediante el cual algunas abejas guardianas protegen a la comunidad de posibles invasores.
En algunas épocas del año, sobretodo en otoño, cuando las plantas reducen la producción de néctar, las colmenas deben protegerse especialmente del ataque de abejas invasoras, que buscan robar miel e identificar comunidades potencialmente débiles para una invasión masiva. En ese caso, la colmena puede perder a muchos de sus integrantes y quedarse sin miel para pasar el invierno.
Comunicación e identificación
En el estudio, desarrollado por los investigadores estadounidenses y publicado en la revista Science Advances, se ha logrado determinar que las abejas recolectoras de diferentes colonias poseen distintas comunidades microbianas intestinales. Los especialistas llegaron a estas conclusiones mediante la secuenciación de muestras intestinales y el análisis de extractos cuticulares.
En consecuencia, las abejas melíferas se basan en señales químicas relacionadas con sus comunidades microbianas intestinales compartidas para identificar a los miembros de su colonia, en lugar de enfocarse únicamente en la relación genética. Las abejas comparten constantemente alimentos entre sí, intercambiando este microbioma dentro de su colonia para crear un “sello” de identidad.
La comunidad microbiana intestinal es de gran importancia para todos los seres vivos: brinda vitaminas a los seres humanos y otros animales, colabora en la digestión de los alimentos, controla la inflamación y reduce el impacto de los microbios que generan enfermedades.
En las abejas, la microbiota intestinal está involucrada, además, en su biología social básica, y no afecta solamente a la salud de los individuos. Por el contrario, impacta directamente en el funcionamiento de la colonia en su conjunto y en la defensa de la comunidad. A nivel comunicacional, se transforma en una especie de “tarjeta de identificación” que marca la pertenencia a un grupo.
Sello de identidad
De acuerdo a un artículo publicado en The Scientist, para comprobar este impacto de la microbiota intestinal en el comportamiento social de las abejas, los científicos responsables de la investigación desarrollaron experimentos de fomento de colmenas cruzadas, criando abejas jóvenes en sus propias colonias o en colonias extranjeras.
Luego de identificar 14 bacterias entre todas las abejas, los expertos determinaron que 6 de ellas eran similares entre las abejas que crecieron en la misma colmena, independientemente de su relación genética. Esto marca la existencia de un sello de identidad que caracteriza a las abejas de cada comunidad.
En definitiva, el estudio puede ser útil para continuar explorando la trascendencia de la microbiota intestinal en otras especies, tomando como punto de partida el papel crucial que presenta en la organización social de las abejas.
Referencia
The gut microbiome defines social group membership in honey bee colonies. Cassondra L. Vernier, Iris M. Chin, Boahemaa Adu-Oppong, Joshua J. Krupp et al. Science Advances (2020).DOI:https://doi.org/10.1126/sciadv.abd3431
Video: Universidad de Washington en St. Louis.
Foto:
Las abejas guardianas inspeccionan un recolector en la entrada de una colmena. La microbiota intestinal es fundamental para la comunicación de las abejas melíferas. Crédito: Nathan Beach.
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