Diagnosticar precozmente algunas enfermedades de las retinas será una de las funciones de un instrumento que podría revolucionar la oftalmología. Se trata de un aparato que incorpora la tecnología más avanzada de telescopios espaciales de última generación con la que se puede examinar el ojo hasta el punto de distinguir sus células en acción.
Concebido en parte por el Observatorio de París, este aparato cuenta con tecnología empleada en la fabricación de grandes telescopios. Con ella es capaz de observar en tiempo real la actividad celular de la retina de un paciente. Este prototipo se encuentra desde hace varias semanas en el hospital parisino de Quinze-Vingts y es la pieza clave del Project Oeil, con el que el Observatorio de París pretende poner a punto un sistema de tomografía en directo de la retina humana con alta resolución lateral y axial, que se beneficiaría de ciertas técnicas desarrolladas en la astronomía, como la de los telescopios.
Imágenes imperfectas
Aunque la observación de la retina es una práctica cotidiana en oftalmología, el fondo de ojo debe realizarse pasando a través de los lagrimales, la córnea, el cristalino y el humor vítreo (tejido intraocular más importante), por lo que es necesario atravesar varias capas más o menos transparentes, no homogéneas e inestables, para poder estudiarla.
El resultado es que la imagen obtenida de la retina suele encontrarse degradada, y aunque permite ver las estructuras del tejido retiniano, el fondo de ojo no alcanza a reflejar elementos más pequeños, como las células retinianas.
Para poder alcanzar este nivel de detallismo, sería necesario observar en tiempo real los defectos y los movimientos del ojo… y es aquí donde la tecnología espacial entra en juego.
Los astrónomos y los oftalmólogos, por más raro que parezca, se encuentran con dificultades similares al estudiar sus objetivos: los telescopios terrestres con los que se estudia el Sol tienen que enfrentarse a las turbulencias atmosféricas que afectan permanentemente la luz de los objetos observados en su superficie. Como consecuencia, la precisión de las imágenes obtenidas resulta mediocre. Por el contrario, el telescopio espacial Hubble, con sólo dos metros de diámetro, es capaz de obtener imágenes mucho más detalladas que los grandes telescopios terrestres al encontrarse por encima de la atmósfera y de sus efectos distorsionadores. La óptica adaptativa pretende el mismo resultado.
La “óptica adaptativa”
La tecnología denominada “óptica adaptativa” permite corregir las perturbaciones más importantes que sufren las imágenes astronómicas para obtener imágenes más nítidas. La diferencia que introduce esta técnica es comparable a la que existe entre mirar un objeto situado en el fondo de una piscina con agua o sin agua.
Con la óptica adaptativa se puede compensar en tiempo real los movimientos de la atomósfera con la ayuda de un espejo deformable dirigido por un poderoso sistema informático.
El Project Oeil ha intentado emplear, desde finales de los 90, esta tecnología y, aunque las dificultades financieras y técnicas han sido grandes, el prototipo ya funciona en la actualidad. Las pruebas se hacen siguiendo el siguiente sistema: el sujeto cuyo ojo debe ser estudiado fija su mirada en un punto luminoso. Acto seguido, se crea un segundo punto luminoso de referencia para la retina.
La luz reflejada es analizada continuamente por un “analizador de superficie de onda” controlado por un espejo deformable. Paralelamente, un flash luminoso ilumina brevemente la retina, mientras que las imágenes recogidas por la cámara son perfeccionadas gracias a la corrección que realiza la lente deformable.
Al mismo tiempo, las imágenes van grabándose en un ordenador. Las células visuales y los vasos sanguíneos son en ellas perfectamente visibles. Observando bien las secuencias, se puede ver incluso el paso de los glóbulos rojos por los capilares. Gracias a este sistema, son visibles los detalles de la retina a nivel celular.
Diagnóstico precoz
Este prototipo servirá en particular para el diagnóstico precoz de numerosas enfermedades degenerativas de la reitna. Pero, primero, será necesario que los médicos aprendan a interpretar las imágenes que se registren, puesto que hasta ahora sólo se han podido ver con detalle las células oculares de los cadáveres, jamás de un ojo en funcionamiento.
El prototipo del hospital parisino de Quinze-Vingts servirá para probar el sistema en pacientes y comprender así las imágenes que se obtengan. Se hará un estudio que durará varios meses de 200 sujetos con enfermedades retinianas y 40 sanos. Las pruebas servirán asimismo para afinar las características del prototipo, de manera que éste se ajuste lo más posible a las necesidades de los médicos.
En el mundo, 30 millones de personas sufren una degeneración macular que no les deja ver con nitidez, enfermedad que está relacionada con la edad. El 25% de los 135 millones de diabéticos deben ser seguidos por un oftalmólogo; hay 67 millones de casos de glaucomas, de los que sólo la mitad son tratados.
Estas patologías son responsables del 50% de los casos de ceguera del planeta. En 2025, estas cifras podrían triplicarse como consecuencia del envejecimiento de la población. El diagnóstico precoz de todas estas enfermedadesm, gracias a este nuevo sistema, ahorraría costes humanos y sociales.
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