Un equipo de investigadores estadounidenses pertenecientes a la Unión Americana de Geofísica (AGU) analizó mediciones de la luz reflejada por la Tierra en las últimas dos décadas, hallando un significativo descenso en la reflectancia del planeta. El oscurecimiento de la Tierra significa que más energía solar está siendo capturada por el sistema climático: esto podría ser preocupante para el equilibrio del clima terrestre.
Alrededor de 500 años atrás, Leonardo Da Vinci explicó el fenómeno conocido como «brillo de la Tierra». Descubrió que tanto la Tierra como la Luna reflejan la luz del Sol, pero cada dos semanas el astro rey se coloca detrás de nuestro satélite: en ese momento, la superficie de la Luna permanece iluminada gracias a la luz solar reflejada desde nuestro propio planeta.
Dicho fenómeno permite apreciar y medir la luz reflejada por la Tierra, y es el objetivo principal del nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Geophysical Research Letters. Según una nota de prensa, las mediciones de la luz reflejada por la Tierra que ilumina la superficie de la Luna y los datos aportados por satélites evidencian una fuerte disminución en la reflectancia de la Tierra o albedo, a lo largo de las últimas dos décadas.

Imagen: índice medio anual de la luz reflejada por la Tierra en el período 1998–2017, expresado en vatios por metro cuadrado (gris). El albedo anual entre 2001 y 2019 se muestra en azul, en tanto que una línea discontinua también azul muestra la tendencia en caída. Crédito: Goode et al. (2021), Geophysical Research Letters.
El albedo de la Tierra y sus variaciones
Se conoce como albedo al porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella. Los niveles de albedo descienden en las superficies más oscuras, y se incrementan en las más claras. En el caso de la Tierra, su albedo medio es de aproximadamente un 37% de la radiación que proviene del Sol, aunque puede reducirse por diversos factores.
El albedo de la Tierra puede incrementarse hasta en un 10% durante los meses de abril y mayo: el mismo cambia con las estaciones, ya que la mayor parte de la luz solar proveniente de la Tierra es reflejada por la capa de nubes, que también varía con las estaciones.
Los especialistas se sorprendieron al apreciar la caída del albedo o reflectancia de la Tierra: luego de 17 años con leves variaciones, los datos de los últimos tres años muestran un fuerte descenso. Las causas principales pueden ser dos: el brillo del Sol o la reflectividad del planeta.
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El problema está en las nubes
Como los cambios apreciados en el albedo de la Tierra que fueron observados por los investigadores no se correlacionan con las variaciones periódicas en el brillo del Sol, queda claro que la causa es un cambio en las condiciones de nuestro planeta. En concreto, el origen del problema parece estar en las nubes.
Es que se ha registrado una reducción de las nubes bajas brillantes y reflectantes sobre el Océano Pacífico oriental en los últimos años, según diferentes mediciones satelitales. Este sería el principal motivo por el cual la reflectancia del planeta desciende: las nubes mencionadas cumplen un rol principal en la luz que refleja el planeta en su totalidad.
Además, en la misma zona se ha evidenciado un incremento en las temperaturas de la superficie del mar, mostrando que el fenómeno también presenta incidencias climáticas y que estaría originado en el calentamiento de los océanos. Según los especialistas, el oscurecimiento del planeta provoca que una mayor cantidad de energía solar incida sobre el sistema climático, afectando peligrosamente su delicado equilibrio.
Referencia
Earth’s Albedo 1998–2017 as Measured From Earthshine. P. R. Goode, E. Pallé, A. Shoumko, S. Shoumko, P. Montañes-Rodriguez and S. E. Koonin. Geophysical Research Letters (2021).DOI:https://doi.org/10.1029/2021GL094888
Foto de portada: Daniel Olah en Unsplash.
Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor. Créditos imágenes video: Daniel Olah, ActionVance, Elena Mozhvilo, NASA, Artur D. y Richard Gatley en Unsplash.
Música video y podcast: GoodBMusic en Pixabay.
¿Y no está también en la pérdida de hielo permanente? El hielo refleja, pero cuando funde ya no hay reflejo.
Nuestro planeta refleja menos la luz solar debido al enorme aumento de la superficie cubierta por vegetales que fue causado por la quema del petróleo. Ocurre que los vegetales tienen como principal alimento el anhídrido carbónico, llamado también dióxido de carbono (CO2). Al extraer el petróleo del subsuelo estamos trayendo a la superficie el precioso carbono que quedó sepultado hace millones de años atrás. El uso y quema del petróleo ha hecho aumentar un poco la proporción de CO2 en el aire. Antes de la revolución industrial había solamente 300 partes por millón (un 0,03 %). Ahora tenemos un 0,04%, cuatrocientas partes por millón. Parece poco pero ese aumento del CO2 en el aire ha provocado un impresionante aumento de la vegetación en el mundo tal como se puede comprobar leyendo distintos informes como en el diario «La Nación» de Argentina: Aumento verde en el mundo: https://www.lanacion.com.ar/…/cuanto-mas-verdes-son…
Allí se ve que hubo un aumento muy grande de la superficie verde en el mundo.
El diario español «La Vanguardia» informa algo parecido: hay un 40 % más de verde en los últimos 30 años:
https://www.lavanguardia.com/…/401…/mundo-verde-co2.html
¿No es maravilloso que haya aumentado un 40 por ciento el verde en el mundo en solamente treinta años? En China en los últimos veinte años el verde aumentó un veinte por ciento.
Ese reverdecimiento del mundo en gran parte se debe a la quema de petróleo y carbón mineral, que libera en el aire más CO2, el principal alimento de la vegetación:
Les paso dos estudios científicos que demuestran este maravilloso reverdecimiento del mundo:
https://www.publico.es/ciencias/tierra-mas-verde-gracias-al.html
En un estudio internacional publicado en la revista científica Nature Climate Change y se ha demostrado que entre 1982 y 2015, se ha producido un ascenso significativo de la cantidad de biomasa verde -las hojas- en casi la mitad de las regiones del mundo (el 40%), mientras que únicamente en un 4% del planeta se ha detectado una pérdida significativa de vegetación tal como puede verse aquí: El mundo es más verde que hace 30 años gracias al aumento del CO2.
Esa maravillosa mejoría de la naturaleza en el mundo se debe al hecho de que las plantas y los animales tienen una forma opuesta y complementaria de desarrollarse: las planta absorben el CO2 del aire y exhalan oxígeno puro. En cambio los animales y el hombre absorben el oxígeno y exhalan CO».
Las catástrofes ocurridas millones de años atrás dejaron enterradas las selvas de esas épocas, que con el paso del tiempo se transformó en petróleo. Al extraer el petróleo hemos traído a la superficie ese valioso carbono, tan necesario para la vegetación.
Hay algunos que dicen que el aumento del CO2 en el aire, de un 0,03 % a un 0.04 % es preocupante pero hay que saber que durante la gran explosión de vida que hubo hace 500 millones de años en el período cámbrico había casi veinte veces más CO2 en el aire que en la actualidad. Por otra parte el CO2 aporta muy poco en el efecto invernadero y en el calentamiento global. El vapor de agua, por ejemplo, es responsable del 70 % del calentamiento global. Si no fuera por el vapor del agua la temperatura en la superficie terrestre sería de veinte grados bajo cero. Hay que conocer que para la naturaleza y la vida siempre fueron mejores los períodos interglaciales durante los cuales se derritieron totalmente los polos y glaciares que las glaciaciones, durante las cuales la tierra quedó convertida en un copo de nieve casi total. Si tenemos la suerte de que continúe el calentamiento global la vida va a retornar al desierto del Sahara, tal como ocurrió hace ocho mil años atrás, cuando había bosques y animales que necesitan mucha agua tal como se puede ver en las pinturas rupestres que dejaron los hombres de aquellos tiempos:
Tassili n’Ajjer – Wikipedia, la enciclopedia libre
Ahora debido al enfriamiento del clima el Sahara es un desierto total. Ocurre que en los períodos de calentamiento hay más evaporación en los mares y más lluvias en los continentes.
Lo siento mucho: sé que lo que afirmo y doy pruebas no está de acuerdo con el discurso catastrofista de los ecologetas (ecologistas sandía: verdes por fuera y rojos por dentro), que tratan de culpar a la humanidad de cualquier terremoto o tormenta que ocurra, pero es la verdad científica y comprobable, no una absurda profecía apocalíptica.