Tendencias21
Los corazones laten al unísono en los rituales

Los corazones laten al unísono en los rituales

Siempre se ha pensado que los rituales colectivos potencian la cohesión social y los lazos afectivos entre sus participantes. Ahora, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Dinamarca ha demostrado que este tipo de rituales puede provocar, además, efectos fisiológicos compartidos: los investigadores comprobaron una sincronización del ritmo cardiaco de los protagonistas y de los espectadores del ritual del Paso del Fuego. Anteriormente, en una boda, otros investigadores habían constatado una sincronización en los niveles de oxitocina de los asistentes. Estos datos sugieren, según los especialistas, que la conexión entre humanos no es sólo mental sino que entraña también comportamientos fisiológicos de los que no somos conscientes. Por Yaiza Martínez.

Los corazones laten al unísono en los rituales

Los rituales colectivos están presentes en todas las sociedades, pero su función aún está por definir y ha sido objeto de extensos debates.

Hasta ahora, los análisis realizados al respecto sugieren que estos rituales podrían potenciar la cohesión social y que sus efectos no se limitarían exclusivamente a aquéllos que los realizan, sino también al público que los contempla.

Para tratar de comprender mejor el fenómeno, un equipo de investigadores de la Universidad Aarhus, de Dinamarca, ha estudiado los efectos fisiológicos que sufrieron los participantes y asistentes a un ritual español. Los resultados de su investigación han aparecido publicados en la revista PNAS.

Paso del Fuego

En concreto, los científicos analizaron el llamado ritual del Paso del Fuego, que se celebra cada año, durante la noche de San Juan, en el municipio soriano de San Pedro Manrique.

Este rito consiste en atravesar descalzo una alfombra de brasas ardientes, de unos tres metros de largo, llevando a cuestas a una mujer joven. Se desarrolla a medianoche y está cargado de simbolismo, porque es acompañado por procesiones con imágenes religiosas y música, entre otros elementos.

Para su investigación, los científicos registraron los ritmos cardiacos de 38 de los participantes en el Paso del Fuego: 12 sampedranos que atravesaron las brasas, nueve espectadores relacionados con ellos (familiares o amigos) y 17 espectadores sin ninguna relación con los primeros (visitantes).

Este registro fue realizado mediante monitores que fueron ajustados al cuerpo de los participantes sin que se vieran, publica The New York Times.

Sincronización cardiaca

A partir de dichos registros, los investigadores evaluaron después los incrementos en la dinámica del ritmo cardiaco de todos los voluntarios, aplicando un análisis matemático no lineal.

Los corazones laten al unísono en los rituales

Tal como explica una de las autoras del estudio, la bioingeniera de la Universidad Aarhus, Ivana Konvalinka, se compararon los estados fisiológicos alterados y sincronizados de las 38 personas, mediante un análisis de cuantificación de recurrencias de los datos individuales y un análisis de cuantificación de recurrencias cruzadas por pares de participantes.

Este tipo de análisis permite calcular la similitud entre dos series de datos observados.

Los resultados determinaron que se produjeron estados de alerta comunes durante los 30 minutos que duró el ritual, entre aquéllos que cruzaron las brasas y los espectadores vinculados a ellos, pero no entre los primeros y los espectadores no relacionados.

Más específicamente, los registros demostraron que el ritmo cardiaco de los parientes y amigos de las personas que atravesaron la alfombra de brasas siguió un patrón casi idéntico al de éstas, aumentando y disminuyendo casi en sincronía con ellas.

Conexión fisiológica

Según los investigadores, este estudio demuestra que un ritual colectivo puede provocar un efecto fisiológico sincronizado entre participantes activos y espectadores. Asimismo, ha logrado relacionar observaciones de campo con la fisiología, y ha ofrecido un método único de cuantificación de los efectos sociales en la fisiología humana, en el marco de interacciones sociales reales.

Michael Richardson, profesor de psicología de la Universidad de Cincinnati no vinculado al estudio, opina en The New York Times que esta investigación demuestra que la conexión entre personas no está sólo en la mente, sino que existirían también comportamientos fisiológicos comunes, que ocurrirían continuamente, sin que seamos conscientes de ellos.

Richard Sosis, profesor de antropología de la Universidad de Connecticut y coeditor de la revista Religion, Brain and Behavior, señaló por su parte que el estudio contradice la asunción de que los rituales producen sólo cohesión y solidaridad si contienen movimientos, vocalizaciones o ritmos compartidos (como danzas o cantos).

En este caso, la mera observación de una actividad, fue lo que provocó una sincronización espontánea entre observadores y protagonistas del ritual.

También acompasamiento hormonal

Por otro lado, Sosis afirma que podría establecerse un paralelismo entre los resultados obtenidos por Konvalinka y sus colaboradores, y los efectos fisiológicos de otros rituales como las bodas, los bautismos o el Bar Mitzvá, rito judío de madurez.

En este sentido, un neuroeconomista de la Claremont Graduate University de Estados Unidos llamado Paul Zak, realizó en 2010 un análisis de los niveles de oxitocina (la llamada “hormona del amor”) de los asistentes a una boda: de los novios y de algunos familiares y amigos.

El análisis reveló que dichos niveles aumentaron durante la boda en todas las personas analizadas, y no sólo en los novios. Para Zak, este hecho sugiere que las ceremonias públicas evolucionaron como una fórmula de consolidación de los lazos emocionales entre las parejas y sus comunidades.

RedacciónT21

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Descubren cómo nuestro cerebro predice el futuro 14 noviembre, 2024
    El cerebro hace mucho más que procesar información: aprende de experiencias pasadas y hace predicciones sobre el futuro inmediato. Así podemos vivir con seguridad las experiencias cotidianas.
    Redacción T21
  • Descubren una extraña criatura fantasmal desconocida en lo profundo del océano 13 noviembre, 2024
    Un grupo de investigadores ha revelado recientemente una variedad desconocida de nudibranquio, una extraña criatura marina que nada libremente en los mares a más de 2.200 metros de profundidad, iluminada por un brillo bioluminiscente y adornada con una capucha ondulante, que le confieren un aspecto fantasmal. Se trata del primer nudibranquio conocido de su tipo, […]
    Pablo Javier Piacente
  • Nuestros antepasados usaron herramientas hace más de 3 millones de años 13 noviembre, 2024
    Un nuevo estudio que ha analizado los huesos de las manos de australopitecos, simios y humanos revela que el uso de herramientas probablemente evolucionó antes del surgimiento del género Homo: nuestros antepasados homínidos habrían comenzado a dominarlas hace más de 3 millones de años, iniciando una práctica cultural y tecnológica que se creía propia de […]
    Pablo Javier Piacente
  • Es hora de reconstruir una Valencia que sea física, política y económicamente resiliente 13 noviembre, 2024
    La tragedia de Valencia es la suma de la crisis climática y de una gobernanza que ha priorizado el lucro de unos pocos y el crecimiento descontrolado por encima de la seguridad de las personas. Una financiación autonómica injusta y una insuficiente comprensión de los riesgos climáticos que la ciencia anuncia completan una catástrofe anunciada.
    Fernando Valladares, Agnès Delage Amat y Rafael Jiménez Aybar (*)
  • Japón lanza el primer satélite de madera al espacio 12 noviembre, 2024
    En el marco de una misión que tiene como objetivo primordial probar la hipótesis sobre la utilidad que podrían tener ciertos tipos de madera en la industria aeroespacial, investigadores japoneses lanzaron recientemente al espacio un pequeño satélite de madera. El equipo experimental fue transportado a la Estación Espacial Internacional (ISS) y se desplegará en órbita […]
    Pablo Javier Piacente
  • Los microplásticos pueden crear nubes y modificar el clima de la Tierra 12 noviembre, 2024
    Los microplásticos, directamente relacionados con los desechos industriales generados por la actividad humana y que están implicados en algunos de los problemas ambientales más graves que aquejan al planeta, también podrían producir nubes y modificar directamente el clima. Según un nuevo estudio, las partículas microplásticas pueden crear cristales de hielo a temperaturas de 5 a […]
    Pablo Javier Piacente
  • La memoria no solo reside en el cerebro, sino que está en todas las células del cuerpo 12 noviembre, 2024
    Un nuevo estudio ha descubierto que la memoria no es exclusiva del cerebro, sino que es una capacidad natural de todas las células que, por ejemplo, permite al páncreas recordar el patrón de nuestras comidas pesadas para mantener niveles saludables de glucosa en la sangre.
    Redacción T21
  • La IA podría producir hasta 5 millones de toneladas de residuos electrónicos en 10 años 11 noviembre, 2024
    La Inteligencia Artificial (IA) depende de mejoras tecnológicas rápidas, incluida la infraestructura de hardware y los chips. Las actualizaciones necesarias para seguir el ritmo del crecimiento de la tecnología podrían agravar los problemas existentes en cuanto a la acumulación de desechos electrónicos: al generar que los equipos se vuelvan obsoletos cada vez con mayor rapidez, […]
    Pablo Javier Piacente
  • Descubren cómo las neuronas controlan el cerebro 11 noviembre, 2024
    El cerebro es una maravilla de la eficiencia, que logra adaptarse y prosperar en un mundo que cambia rápidamente. A pesar de décadas de investigación, los científicos no han logrado revelar aún cómo el cerebro logra coordinar su actividad: ahora, un nuevo estudio ha descubierto la forma en que las neuronas, las células responsables de […]
    Pablo Javier Piacente
  • El ADN reescribe la historia de las víctimas de Pompeya 11 noviembre, 2024
    Algunos de los residentes que murieron juntos en la erupción volcánica del Vesubio en el año 79 d.C. no eran familiares biológicos, y otros que fueron percibidos como mujeres eran en realidad hombres. Los análisis de ADN también proporcionan nuevos conocimientos sobre la estructura de la población de Pompeya.