Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale ha verificado los potentes efectos de la psilocibina, presente en 200 variedades de hongos, contra la depresión. La sustancia psicodélica es capaz de reestablecer redes neuronales que la depresión destruye, poniendo nuevamente en marcha al cerebro para salir del estado de letargo generado por esta patología psicosocial.
Este alcaloide, también conocido como «hongo mágico», aumenta 10 veces tanto el número como el tamaño de las sinapsis, que son las conexiones establecidas entre las neuronas que facilitan los procesos cognitivos. Los científicos atribuyen a los efectos psicológicos de la psilocibina, muy conocidos por las poblaciones originarias de América, el crecimiento de las conexiones neuronales.
Fue el químico suizo Albert Hofmann quien desarrolló sobre la década de 1960 el primer método sintético para producir una droga a base de psilocibina, luego de purificar su principio activo desde el hongo Psilocybe mexicana. Sin embargo, decenas de comunidades originarias de América del Norte, Central y del Sur la han utilizado históricamente en rituales religiosos, terapias de sanación y para promover experiencias espirituales de todo tipo.
En una gran cantidad de países alrededor del mundo, sin embargo, se la relaciona con otras drogas nocivas y posee una carga negativa: es así que está legalmente penado su uso y posesión. Por otro lado, existen corrientes psicológicas y terapéuticas que promueven su uso como complemento de terapias y prácticas como la meditación o la denominada psicoterapia psicodélica, que profundiza en esta clase de drogas como una herramienta para el tratamiento de múltiples patologías de raíz psicológica.
El impacto en el cerebro
En el cerebro, la psilocibina funciona como un dinamizador de los receptores de serotonina. Sus efectos duran aproximadamente entre 3 y 8 horas, dependiendo de la variedad de hongo utilizada. Sin embargo, para la persona que vive la experiencia el efecto parece ser mucho más largo, porque al tratarse de una droga psicodélica genera una distorsión en la percepción del tiempo.
En diversos estudios previos se ha constatado que esta droga posee una baja toxicidad, y que además su aplicación en pequeñas dosis puede mejorar el humor y reducir la ansiedad en personas que atraviesan situaciones traumáticas, por ejemplo en el caso de enfermos terminales.
Ahora, el nuevo estudio de los científicos estadounidenses ha comprobado sus efectos benéficos contra la depresión, sin dudas la enfermedad psicológica con mayor impacto a nivel global. Según una nota de prensa, además de verificar el aumento de las conexiones neuronales luego de la administración de psilocibina en roedores, también apreciaron que las nuevas conexiones eran más grandes y fuertes.
La droga psicodélica incrementa la densidad de las espinas dendríticas, diminutas protuberancias presentes en las neuronas que son vitales para transmitir la información a otras células nerviosas. En la depresión, este tipo de conexiones neuronales se reduce considerablemente.
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Resultados concretos
Luego de recibir psilocibina, los roedores mostraron cambios en su actividad cerebral al pasar las 24 horas. Las modificaciones se mantuvieron hasta un mes después de la administración de la droga. Entre los efectos observados, los investigadores destacaron que los ratones afectados por la depresión mostraron una clara mejora en su comportamiento, registrándose al mismo tiempo una mayor actividad de los neurotransmisores más importantes.
En las conclusiones de su estudio, publicado en la revista Neuron, los especialistas resaltaron que serían las mismas experiencias psicológicas que promueve la droga obtenida a partir de los hongos, las que generan el restablecimiento de las conexiones neuronales. El descubrimiento podría ser el primer paso para el desarrollo de nuevas terapias que incluyan a la psilocibina en el tratamiento de la depresión.
Referencia
Psilocybin induces rapid and persistent growth of dendritic spines in frontal cortex in vivo. Ling-Xiao Shao, Clara Liao, Ian Gregg, Pasha A. Davoudian, Neil K. Savalia, Kristina Delagarza, Alex C. Kwan. Neuron (2021).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2021.06.008
Foto: hongo Psilocybe zapotecorum, una de las variedades que posee psilocibina. Crédito: Alan Rockefeller en Wikimedia Commons.
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