El director de cine Manuel Menchón (Málaga, 1977) estrena el próximo 18 de noviembre en cines de toda España la película La isla del viento, un largometraje en el que se retrata la etapa en la que el escritor Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca, 1936) estuvo exiliado en Fuerteventura por su oposición a la dictadura de Primo de Rivera (año 1924). Este exilio supuso para Unamuno una profunda transformación, hermosamente narrada en la película.
Este es el primer largometraje de ficción de Menchón, realizado tras el documental Malta Radio, galardonado en 2009 y 2010 con numerosos premios, como el de Mejor Documental en Festival CineSpaña (Tolouse), el Mejor Documental en Festival Buñuel de Calanda o el DocsDF de México, entre otros.
La Premiere en España de La isla del viento se realizó el pasado mes de abril en el marco del Festival de Cine de Málaga, tras su estreno internacional en el 30º Festival de Cine Mar de Plata de Argentina, en el que recibió una Mención especial de ACCA (Cronistas Cinematográficos de Argentina). Ayer, día 15 de noviembre, pudimos asistir al prestreno de La isla del viento en Madrid y hablar con su director.
En la siguiente entrevista, Menchón nos explica algunos de los pormenores de la realización de La isla del viento, un film en el que naturaleza y personaje se conjugan magistralmente para mostrar la evolución y el espíritu del autor vasco, caracterizado por una honestidad y una coherencia sostenidas, incluso en sus momentos más difíciles.
Mención especial de ACCA (Cronistas Cinematográficos de Argentina) en el Festival Mar del Plata, Premio al Mejor Guion y Mención especial del Jurado en el Festival de Cine Nador (Marruecos); Premio del Público al Mejor Largometraje en el Festival Internacional de Cine de Islantilla; Mejor Película en FICEE y Mención Especial del Jurado en el Festival Insularia Fest… ¿Por qué gusta tanto ‘La isla del viento’?
Creo que La isla del viento toca al espectador porque contamos una historia que es muy humana. Una historia del pasado que sin duda tiene eco en el presente. No hace falta conocer la figura de Unamuno para conectar con la película. Un ejemplo es la reacción del público en festivales como los de Argentina o Marruecos, en los que la respuesta de los espectadores también fue muy emocionante.
Otra clave es que he seguido la máxima de Miguel de Unamuno: “Sentir el pensamiento y pensar el sentimiento”, lo que inevitablemente lleva a tratar con respeto, inteligencia y cariño a los espectadores y a los personajes de la película. Y eso por desgracia no es algo que esté muy de moda en estos tiempos.
Háblenos un poco del inicio del proyecto: ¿Cuánto tiempo le ha llevado desarrollarlo? ¿Con qué dificultades se ha encontrado, como director novel, por el camino?
Los escritos de Unamuno me han acompañado desde hace muchos años y, de algún modo, esas lecturas fueron creando en mi mente imágenes que más tarde han aparecido en el largometraje. Pero fue en el año 2009 cuando comencé a documentarme en profundidad sobre la estancia de Unamuno en la isla de Fuerteventura y cuando el guion arrancó.
Durante el proceso de realización de la película ha habido dificultades, no tanto debido a mi condición de director novel, como por el hecho de realizar una película sobre Miguel de Unamuno. En nuestro país no es frecuente abordar en el cine a intelectuales o escritores. Algo que no sucede en países como EEUU, Inglaterra o Francia. Me llama mucho la atención que La isla del viento sea la primera película sobre la figura de Miguel de Unamuno.
¿Y por qué Unamuno? ¿Por qué no escogió otro personaje intelectual para la película?
En primer lugar, de Unamuno lo que más me interesaba era que fue un intelectual comprometido. Aquel que en los momentos de encrucijada total alza su voz con plena libertad y coherencia. Creo que andamos huérfanos en estos tiempos de figuras de la talla de don Miguel. Por su libertad, coherencia y altura intelectual. Da la sensación de que en estos tiempos los intelectuales tienen dueño. Que su voz no es libre. Y eso es un gran problema para una sociedad.
Por otra parte, durante la primera fase del guion me di cuenta de que era un personaje muy interesante y complejo. En un principio, no entendí sus cambios continuos de rumbo en su trayectoria ideológica (pasó de tener carnet socialista a romperlo y denostar al partido; de apoyar firmemente la República a apoyar en el primer momento a los sublevados para luego enfrentarse a ellos. Y otros tantos momentos como estos).
Sin embargo, al profundizar en mi investigación y conocer el alma del autor, entendí el profundo compromiso que Unamuno tenía con sus ideas. Era el escenario lo que cambiaba a su alrededor. No él. Creo que Unamuno era un idealista. Y siempre terminaba decepcionado por la gris y dura realidad que le tocó vivir.
Durante el proceso de documentación (leyendo sus diarios, las cartas a su familia e incluso artículos de periódico de la época) me atrapó la inmensa humanidad y sensibilidad del personaje, que hasta entonces me era desconocida. Esto condicionó la película entera. Lo vi nítidamente como una persona, no como un personaje.
Entonces, ¿qué parte de la narración de ‘La isla del viento’ es real y qué es ficción?
Los personajes de la película que más increíbles parecen a los espectadores son reales. Pero se trata de una realidad interpretada por un cineasta, cuyo objetivo obviamente es que todo encaje cinematográficamente y tenga un sentido narrativo. En casi todas las películas basadas en hechos reales la realidad es adornada. Pero, por el contrario, en el caso de La isla del Viento he tenido que quitar algunos datos exóticos en aras de la credibilidad.
Por ejemplo, el periodista Henry Dumay existió de verdad, aunque su historia fue mucho más rocambolesca. Henry Dumay era el director de Le Quotidien, un republicano de izquierdas que previamente había sido empresario de un circo en EEUU. Unamuno era lector de dicho periódico y solía enviarle sus artículos, de contenido político, para saltar la censura de Primo de Rivera.
Durante el exilio de Unamuno en Fuerteventura, Dumay llega a Puertocabras con su esposa británica y el «hermano» de ésta, un contorsionista ruso. No hay que ser un sabueso para saber que era un ménage à trois. El pacto entre Dumay y Unamuno era que el periódico publicaría un reportaje sobre la fuga del escritor y la exclusiva de su llegada a Francia. A cambio, el 9 de julio de 1924, Unamuno sale de Fuerteventura con destino a París en la goleta L’Aiglon fletada por Dumay. Todo esto pasó de verdad.
Otro personaje fascinante de la película y que también fue real es Delfina Molina. Muchos espectadores que han visto el film en festivales de cine, me han preguntado si era real. Y les ha sorprendido saber que lo fue. Delfina Molina fue una poetisa argentina, fan enamorada de Unamuno que se presentó en Fuerteventura con su hija. Esto último lo hemos omitido en el guion porque era demasiado melodramático.
La isla del Viento no es una película biográfica sobre Miguel de Unamuno. Quería que nuestra película fuese humana y experiencial. Hay más omisiones de la estancia de Unamuno en Fuerteventura. Parece ser que don Miguel hacía nudismo en la isla. Nadie hubiese creído esto en una película. Pero así fue. En fin, en este caso es cierto el dicho de que la realidad supera a la ficción.
José Luis Gómez borda el papel de Unamuno. ¿Cómo fue trabajar con él; dirigirlo?
Impone un poco trabajar con alguien que con mi edad ganó el premio de interpretación en Cannes frente a Robert de Niro en Taxi Driver. José Luis elige minuciosamente las películas en las que se involucra. Directores como Almodóvar, Saura, Milos Forman o Joseph Losey forman parte de su filmografía como actor. Él nunca había trabajado con un director novel.
Pero la verdad es que era el actor que yo tenía en la cabeza desde la fase de escritura de guion. Por suerte, la historia le enamoró y aquí estamos. José Luis es tal vez en el único actor en nuestra lengua en la tradición de un John Gielgud o Ian Mc Kellen.
Además, el hecho de que sea miembro de la RAE y la forma en que mima las palabras, enriquece el personaje a niveles que ningún otro actor actual podría hacer. En la película, un personaje le dice a Unamuno «si sus palabras fueran armas, provocarían una masacre». Creo que Gómez es uno de los pocos actores de nuestro país que puede usar las palabras como armas. La muestra de esta capacidad es lo que el actor ha logrado hacer en la secuencia del Paraninfo.
José Luis ha dicho reiteradamente que para él Unamuno es la mejor interpretación que ha hecho en cine. A mí me parece realmente impresionante. El trabajo con él ha sido maravilloso y fruto de esta colaboración ha surgido una amistad sincera.
Sobre el resto de los personajes, al espectador enseguida le llama la atención su naturalidad y su verosimilitud, ¿son en su mayoría actores profesionales canarios?
Quería contrastar a nuestro Unamuno/José Luis Gómez con otro registro de interpretación totalmente diferente. Para ello me parecía imprescindible que el reparto de Fuerteventura fuera de verdad canario. Con su hermoso acento. También buscaba rostros muy auténticos, personas de la tierra majorera. En definitiva, no solo buscaba actores estupendos, también buscaba un paisaje humano.
Hay un personaje esencial en ‘La isla del viento’, a pesar de que apenas habla en la película, que es Cala, la niña cabrera que primero se relaciona con Unamuno en Fuerteventura y que luego, cuando se convierte en mujer, sigue a Unamuno a Salamanca. ¿Es Cala un personaje o un símbolo?
Habrá espectadores para los que sea un personaje más de la trama. Y es posible que otros vean en ella un personaje simbólico. Prefiero no hablar mucho de estos aspectos. Los símbolos, en cualquier arte, hablan a cada persona a nivel muy íntimo y sutil. Es la forma que tienen de manifestarse en nosotros.
Me parece importante reseñar que La isla del viento funciona a varios niveles. Por un lado es una película convencional que habla de una personalidad extraordinaria. Pero para otros espectadores, los que más conocen la obra del escritor vasco, puede ser un juego referencial sobre temas e imágenes de su obra. Y, por último, hay espectadores que ven en la película otra línea narrativa, más poética y simbólica.
También el agua y el viento están entre el personaje y el símbolo en la narrativa de ‘La isla del viento’, ¿cuáles son sus maestros cinematográficos en el modo de trabajar e introducir elementos como estos en el cine?
Me gustan mucho los cineastas clásicos que bucean entre diferentes capas de lectura. Películas de Ingmar Bergman o Kieslowski. También admiro a otros directores que toman como centro a las personas. Que miran a sus personajes buscando su humanidad. Autores como Akira Kurosawa, Jean Renoir o Satyajit Rai.
Creo que directores contemporáneos como Peter Weir o Ang Lee siguen también esos caminos. Esas sendas son las que me gustaría transitar. Hacer películas que conecten con el espectador y que acompañen a la persona más allá de que termine la proyección.
Referencia:
Película: La isla del viento.
Director: Manuel Menchón.
Guion: Manuel Menchón, Dionisio Pérez, José Javier Rodríguez Melcon.
Fotografía: Alberto D. Centeno.
Reparto: José Luis Gómez, Víctor Clavijo, Ciro Miró, Ruth Armas, Ana Celentano, Enekoiz Noda.
Productora: 6M Films / MGC / Mediagrama / Motoneta Cine.
Hacer un comentario