Miles de tablillas cuneiformes, que representan los textos más antiguos de la historia humana redactados en la Mesopotamia hace más de 4.000 años, ya están disponibles en Internet gracias a un programa de investigación denominado Cuneiform Digital Library Initiative (CDLI).
El CDLI es un proyecto internacional dirigido por la Universidad de California y el Instituto Max Planck de Historia de las Ciencias de Berlín.
Su finalidad es crear en Internet un museo virtual que permita el acceso a todos los documentos producidos entre los primeros 1.500 años de la historia de la escritura en el Próximo Oriente. En esa región apareció, a finales del cuarto milenio antes de nuestra era, el más antiguo sistema de escritura, la cuneiforme.
Las civilizaciones de Mesopotamia, situadas en el actual Irak, comenzaron a elaborar símbolos cuneiformes en tablillas de arcilla. Al principio, los símbolos cuneiformes eran simples representaciones de los intercambios comerciales, pero con el paso del tiempo esta forma de escritura se convirtió en una clara expresión de la literatura, la religión y la ciencia de aquella época temprana de la humanidad.
El CDLI lo que intenta es poner a disposición de asiriólogos, historiadores y público en general las reproducciones digitalizadas de estas tablillas cuneiformes, así como las diversas herramientas de investigación empleadas.
Explotación científica
La constitución de esta biblioteca digitalizada debe relanzar la explotación científica del contenido de estos miles de textos que en la actualidad están dispersos en los museos y colecciones de todo el mundo.
Asimismo, debe contribuir a difundir y a profundizar en el conocimiento de la civilización que produjo estos valiosos documentos, que constituyen una de las principales herencias culturales de la historia de la humanidad.
Uno de los recursos que acaba de situarse en Internet son casi quinientas tablillas cuneiformes conservadas en el Instituto Católico de París.
Desde junio de 2001 se encuentran también disponibles los documentos cuneiformes del Museo de Berlín, que representan un total de 3.200 tablillas. En total ya hay más de 61.335 tablillas disponibles en la red.
Remontadas a 2800 AC
Según el profesor Fatás, de la Universidad de Zaragoza, aunque los pictogramas sumerios nacieron hacia el 3200 a. C. (en Uruk), el sistema clásico de escritura cuneiforme no quedó fijado sino hacia 2800.
Para conseguir esta escritura se empleaba una caña biselada con la que se imprimían «cuñas» en la arcilla. Al principio, cercadas por cartuchos, luego alineadas y sin cartucho, de izquierda a derecha. El sistema (que duró hasta el siglo I) era muy complejo.
En sus principios constaba de unos 900 signos y nunca bajó de 400. Los ideogramas -muy pocos- representaban el sentido de la palabra adjunta, sin que hubiese otra regla que la del uso tradicional.
La tendencia fue la de reservar los signos ideográficos para palabras frecuentes y representar las restantes divididas en sílabas cuyos valores fonéticos se escribían.
Cada sílaba se representaba por un grafema, pero cada grafema podía valer por diversos sonidos. Este sistema cuneiforme de origen sumerio se aplicó para escribir sumerio, babilonio, asirio, hitita, luwita, hurrita y urartio.
Patrimonio disperso y amenazado
Unas 120.000 tablas de arcilla con escritura cuneiforme que datan del tercer milenio a.C. están repartidas por el mundo. Miles más son robadas cada año en Irak y puestas a la venta en el mercado mundial de antigüedades.
Las tablas, los documentos escritos más antiguos que se conocen, son un registro de la vida durante milenios en la antigua Mesopotamia.
Los textos más conocidos incluyen mitos de la creación, códigos legales, recetas médicas y recetas de cerveza. También hay hojas de contabilidad, títulos de propiedad, recibos, así como listas de aves, de instrumentos musicales y de las maderas para fabricarlos.
De ningún otro período de la historia antigua se conservan registros tan detallados. También hay textos sobre agricultura, magia y religión.
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