Tendencias21
Raimon Panikkar, filósofo místico del Tercer Milenio

Raimon Panikkar, filósofo místico del Tercer Milenio

El 26 de agosto pasado, en su retiro de Tavertet (Pirineo catalán), fallecía Raimon Panikkar, reconocidamente uno de los filósofos de la religión más importantes del siglo XX y lo que va del XXI. La interculturalidad la llevaba Panikkar literalmente en la sangre, siendo como era hijo de padre hindú y madre catalana católica. Su allegados vivos son, por lo demás, un poco como él, pese a algunas diferencias de criterio que tampoco hay que exagerar: su hermano menor, Salvador Pániker, y su sobrino Agustín dirigen desde hace años una prestigiosa editorial especializada en temas de búsqueda espiritual y metafísica. Por José Luis San Miguel de Pablos.

Raimon Panikkar, filósofo místico del Tercer Milenio

La principal peculiaridad de Panikkar consiste en su adhesión plena, según propia confesión continuamente reafirmada, a tres tradiciones religiosas, una del Libro, el cristianismo, y dos ajenas a él, el hinduísmo de raíz védica y upanishádica, y el budismo. Sacerdote católico (sin haber sido, que se sepa, suspendido nunca como tal) y miembro del Opus Dei en su juventud (si bien abandonó voluntariamente dicha institución en los años sesenta), Panikkar conectó en un momento dado con sus raíces paternas y se sumergió en el estudio en profundidad de las bases filosófico-místicas de la espiritualidad del hinduísmo. Las conclusiones, no sólo intelectuales, sino también profundamente vivenciales, a las que llegó son a la vez sorprendentes y muy estimulantes en esta “travesía espiritual del desierto” que es el tiempo presente.

Dado que el presente texto no puede ser excesivamente extenso, y teniendo en cuenta la enorme amplitud de la obra de Panikkar, voy a ceñirme aquí a cuatro aspectos de su pensamiento, de los que los dos primeros son de carácter religioso estricto. Estos son la convergencia de fondo cristianismo-hinduismo (su caballo de batalla principal a nivel íntimo), su trinitarismo, por encima del monoteísmo en el sentido yahveico o coránico del término, su acérrima defensa del diálogo interreligioso sin dar por sentado que se está en posesión de la verdad, y su actitud polémica hacia el cientifismo.

Que no pocas suspicacias hacia la milenaria religiosidad del subcontinente índico no reflejan más que desconocimiento, es algo que a muchos nos salta a la vista desde hace tiempo. Viene a confirmárnoslo la cita del Rig Veda con la que Panikkar encabeza uno de sus numerosísimos libros, en concreto La experiencia filosófica de la India:

En el principio surgió el amor,
el primer germen de la mente.

(RV, X, 129, 4ab)

Religión a la carta

La hondura de la reflexión panikkariana deja poco espacio para ironizar acerca de “las religiosidades a la carta”. No estamos ante ningún intento de sincretismo entre cristianismo e hinduismo, sino ante el descubrimiento de una identidad esencial por detrás de ropajes diferentes. La “religión doble” de Panikkar (dejando aparte el budismo, tercer pie de su trípode) no era vivida por él como un equilibrismo, sino como un asentamiento mental y espiritual sólido y completamente natural. Verdad es que sólo la dimensión experiencial, es decir mística, es capaz de aportar una tal solidez y naturalidad. Y en este sentido, yo diría que se puede definir a Raimon Panikkar como un místico que consiguió algo tenido hasta ahora por imposible: poner en palabras perfectamente inteligibles, si no el núcleo -el en-sí- de la experiencia mística, sí aspectos sustanciales de sus condiciones de posibilidad, y algunas de sus características esenciales. Una de las cuales es su transculturalidad, que excluye de raíz todo enmarque dogmático.

La no-categorización estanca es una de las principales condiciones de posibilidad de la experiencia del conocimiento-comunión, modo último de religación que trasciende el simple saber. Negativa panikkariana, pues, a considerar absolutas separaciones tales como las de Filosofía y Teología, amor y conocimiento, sujeto y objeto… ¿Cómo encaja esta postura con la nítida sistemática, eminentemente racional, que encontramos en las obras de Panikkar? La explicación surge al integrar otro de los conceptos clave del filósofo: no hay un solo estado de consciencia sino muchos, también en el plano cognitivo, y reconocer esto es imprescindible para aproximarse a una sabiduría que siempre es más que puro conocimiento racional. Del hinduismo y del budismo extrajo Panikkar, entre tantas otras, esta importantísima noción-herramienta del caminar espiritual: que la consciencia es una, pero sus modos y niveles son múltiples.

El reconocimiento de la esencia amorosa de Lo Divino es, para Panikkar, el factor unificador esencial de las dos grandes religiosidades –más que religiones– de Occidente y Oriente que son el cristianismo y la tradición vedanta o hinduísmo. Frente a esto, las diferencias doctrinales sólo tienen una importancia secundaria. Por supuesto que tales diferencias existen, y él las expone, además, con mucha claridad; pero esas diferencias no dejan de ser mentales, no afectan a la Esencia, que está más allá de lo mental. En este y otros aspectos, Panikkar era –o así es como lo percibo– más oriental que occidental, o sí se quiere más místico que filosófico-teológico: el problema de Occidente y, en su seno, de la Teología dogmática cristiana, es que la pantalla de la categorización racional exclusiva impide “ver” desde otros estados de consciencia, y mantiene un estado permanente de dualización que tiene consecuencias exteriores nefastas: tesis-antítesis, verdad-error, ortodoxia-heterodoxia, fieles-infieles, los nuestros – los otros…

Porque, dicho del modo más sintético, la principal aportación de la tradición vedanta, no sólo a Raimon Panikkar (aunque también, sin duda) sino a cualquiera que se aproxime a ella con mente abierta, es la perspectiva Advaita o no dual. Las dualidades están “aquí”, en nuestra mente y en la materia-energía interpretada por la mente (Maya), pero no en la Realidad Velada que subyace a todos los fenómenos. No más allá de las formalizaciones y de las palabras. No en el Silencio.

El segundo aspecto de la espiritualidad de Panikkar al que quiero referirme es la radicalidad con que reiteradamente ha defendido una concepción trinitaria. Que no es únicamente cristiana, ya que la idea de Trinidad se encuentra también en otras tradiciones religiosas, y muy destacadamente en ese hinduismo que es la segunda de sus tres religiones. Lo más destacable que cabe decir al respecto es que él no consideraba la Trinidad como un misterio exclusivamente interno a la realidad de un Dios separado o “radicalmente otro”, sino como constitutiva de la Realidad toda, comprendida íntegramente en la Divinidad en la que creía. Panikkar era panenteísta indudabelemente, y lo dejó muy claro en, por ejemplo, el Prefacio de su libro La Trinidad. Una experiencia humana primordial:

El panteísmo no es falso por lo que afirma, sino por lo que niega, es un error por defecto y no por exceso.(…) Podemos afirmar ciertamente que todo es divino, pero debemos añadir acto seguido que lo Divino no se agota en ningún todo.

Desde esta idea, Panikkar entendía que lo trino se manifiesta también en el mundo y en cada individuo. Es así como desembocó en su tesis fundamental de una Realidad Cosmoteándrica (o Teoantropocósmica) en la que lo Divino es a la vez sustrato inmanente y trascendencia de las realidades humana y cósmica, a la vez inextricablemente vinculadas. El macro y el microcosmos, lo cosmo-geo-ecológico y lo antropológico, son sustentados y guiados hacia la plenitud por la dimensión divina, por Dios.

Raimon Panikkar, filósofo místico del Tercer Milenio

¿Qué Dios?

Pero ¿qué Dios? ¿El Dios de Panikkar es “el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob”? Pienso que no. El cristianismo de Panikkar tenía poco de abrahámico, tal como correspondía a su radical universalismo. Una cita del final del libro Invitación a la sabiduría servirá para poner en claro su pensamiento:

Intentaré presentar mi interpretación de Cristo desde una visión teoantropocósmica, pero no quisiera recomendar de ninguna manera que se tomara como necesariamente representativa de la teología cristiana.(…)

El misterio que está en el principio y estará en el fin; el alfa y el omega a través de lo cual todo entra en el ser; la luz que brilla en todos los seres; la palabra contenida en cada palabra auténtica; la realidad enteramente material, completamente humana y simplemente divina que actúa en todas partes, infinitamente presente allí donde hay realidad; el punto de encuentro en la encrucijada de la realidad donde convergen todos los reinos; aquello de lo que no somos conscientes cuando actuamos, y que sin embargo “está ahí”; aquello que somos –y suponemos ser– y aquello que fuimos; ese símbolo de toda realidad, ese misterio, así lo creo, es Cristo. Si alguien dice que este símbolo es demasiado amplio y universal, le responderé que si se ha eliminado la circuncisión de la carne, ¿por qué no podemos superar la circuncisión de la mente?
Con esta imagen de Cristo no eludo el skandolon de la encarnación y el proceso de la salvación. No ignoro estos hechos, pero tampoco venero a la historia como a un dios, y no limito la realidad a la historia, ni la historia a su línea abrahámica.

Habiéndome referido ya a los aspectos hinduísta y cristiano de la religión triple de Raimon Panikkar, queda en el aire la pregunta de cuál es el papel del budismo en tanto que tercer aspecto de su espiritualidad. Últimamente se tiene tendencia a considerar el budismo como un ateísmo religioso, pero yo no lo veo exactamente así. Es más bien, en mi opinión, una religiosidad a-teológica, una respetuosísima actitud antiteorética frente a lo que, se mire como se mire, jamás podrá ser teorizado. Wittgenstein habló como un budista genuino cuando dijo “de lo que no se puede hablar, mejor callar”. Y las frecuentes referencias budistas a la Nada y al Vacío pueden interpretarse como alusiones a que como, en el fondo, no hay nada que podamos decir ni pensar positivamente con auténtico sentido de lo que en las demás religiones se denomina “Dios”, “nada” o “vacío” es la mejor aproximación posible. Eso, y renunciar a hacer teología. ¿Ateísmo?

De todos modos, la dimensión budista de Panikkar no deja de conectar en alguna medida con el fenómeno bastante nuevo de la espiritualidad atea, que tantísimo puede sorprender –a unos y otros– en un país como el nuestro. Recomiendo encarecidamente la lectura de El alma del ateísmo. Introducción a una espiritualidad sin Dios (Paidós, 2006) del filósofo francés contemporáneo (y no creyente) André Comte-Sponville, a todos los que deseen profundizar en la idea de que “espiritualidad” no implica “teísmo” necesariamente, aunque sí es incompatible con actitudes tales como el nihilismo posmoderno y el materialismo.

El diálogo interreligioso, el auténtico diálogo, era para Panikkar condición necesaria para la paz mundial, que sólo llegará a existir exteriormente si además es interior. Lo cual presupone una revolución espiritual que nos concierne a todos: la de la apertura radical a la escucha del otro, en la búsqueda común de una verdad que nadie posee de antemano. Panikkar subrayaba insistentemente que “dialogar” para tratar simplemente de convencer o “convertir” al interlocutor a una verdad que se está convencido de tener, no es dialogar sino mera pretensión de doblegar e imponer. Por lo demás, Panikkar no creía en ese tipo de verdades, que sólo servirían de coartada para el fundamentalismo, incluso cuando –como sucede a veces– se disfrazan de tolerancia. Llegados a este punto, a más de un lector le rondará la palabra “relativismo”, pero pienso que Raimon Panikkar no tenía nada de relativista. Él creía en la Verdad, de eso no hay duda, pero lo que no creía es que nadie de los que aseguran poder formularla íntegramente, esté en condiciones de hacerlo. “Tu verdad no es mi verdad, y ven conmigo a buscarla…”, que decía Antonio Machado.

Raimon Panikkar, filósofo místico del Tercer Milenio

Diálogo epifánico

El verdadero diálogo es epifánico. Y para que surja y fructifique es preciso dejar caer las murallas del dogmatismo.

Y llegamos al cuarto aspecto que vamos a tratar, del pensamiento de Panikkar, quizá el más chocante y desde luego el más polémico de todos: su crítica un tanto radical del cientifismo.
Raimón Panikkar era doctor en Ciencias Químicas, entre otras muchas cosas. Así que sabía de lo que hablaba… Y lo que decía, en un mundo en el que la cientificidad es, no nos engañemos, el gran referente veritativo muy por encima de la religión y religiones, no era muy halagüeño para la ciencia “tal como es”.
Lo que, esencialmente, impedía a Panikkar participar de la admiración generalizada hacia la Ciencia Moderna era un diagnóstico que él hacia de ella, y con el que, por supuesto, se puede estar o no de acuerdo. Panikkar definía a la ciencia que, nacida de la revolución galileana llega hasta nuestros días, como una pretensión de conocimiento sin amor.

Parece evidente que Panikkar basaba esta definición en determinados rasgos del método científico, básicamente la petición de dejar de lado toda componente afectiva para alcanzar la objetividad. Y pienso que también en el rechazo cartesiano de la intuición, ligada inextricablemente a dimensiones perceptivas que no son lógico-deductivas y sí precisan de la afectividad –es decir, del amor– para su despliegue. También en una muy concreta praxis, histórica y todavía actual, impulsada por el cientifismo clásico (pero no sólo por él), que es la misma que ha tenido como una de sus consecuencias la multidimensional catástrofe ecológica. Los matices recientes –pienso sobre todo en las derivas cuántica y sistémica– no le parecían suficientes a Panikkar para cambiar su severo diagnóstico, aunque en esto también estaba abierto a la esperanza.

No existen el pensador solitario. Y por mucho que Raimon Panikkar, en su última etapa viviera en un retiro, por supuesto que tampoco lo era. Sus raíces y conexiones eran tan ricas y complejas como la vida misma, a la que siempre quiso servir. Para no volver sobre las ancestrales, señalaré solamente dos: Ramon Llull y Teilhard de Chardin. Su trabajo, no obstante, estaba orientado al presente y al futuro. Porque a estas alturas vamos viendo ya que André Malraux tenía sobrada razón cuando dijo, hace cosa de seis décadas, aquello de “el siglo XXI será espiritual o no será”. Y no nos engañemos, cada época, cada era nueva, tiene necesidad de maestros espirituales. El que escribe está convencido de que Raimon Panikkar ha sido y es uno de ellos.

José Luis San Miguel de Pablos es profesor en la Universidad Comillas, Madrid, y colaborador de la Cátedra CTR

Hacer un comentario

RSS Lo último de Tendencias21

  • Detectan extraños pulsos de radio procedentes de un magnetar que desconciertan a los científicos 10 abril, 2024
    Los astrónomos han detectado señales de radio inusuales procedentes de XTE J1810-197, un radiomagnetar o estrella de neutrones ultramagnética situada a 8.100 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Sagitario. Los resultados son inesperados y sin precedentes: a diferencia de las señales de radio que se han detectado en otros magnetares, […]
    Pablo Javier Piacente
  • La IA podría ser el límite para todas las civilizaciones avanzadas en el Universo 10 abril, 2024
    Un nuevo estudio sugiere que el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) hacia una Superinteligencia Artificial (ASI) podría explicar por qué no hemos detectado aún otras civilizaciones avanzadas en el cosmos, a pesar de la alta probabilidad de su existencia: en vez de supernovas, plagas, guerras nucleares o eventos climáticos extremos que hayan sido un […]
    Pablo Javier Piacente
  • Higgs ha podido dejar abierta la puerta a la Nueva Física 10 abril, 2024
    La muerte de Peter Higgs, que pasará a la historia como el descubridor del bosón que explica cómo se forma la materia, deja un legado en la historia de la física que todavía puede aportar algo más trascendente: la prueba definitiva de una Nueva Física más allá del Modelo Estándar.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Descubren neuronas "zombis" en el cerebro, que serían claves en el proceso de aprendizaje 9 abril, 2024
    Las neuronas "zombis" son unidades vivas pero funcionalmente alteradas, que parecen "dormidas" en determinadas situaciones: los investigadores han revelado que cumplen un papel fundamental en el cerebelo, concretamente en aspectos relativos a la forma en la cual aprendemos.
    Pablo Javier Piacente
  • La Luna se invirtió por completo hace más de 4 mil millones de años 9 abril, 2024
    Hace unos 4.220 millones de años, poco después de que la Luna se formara a partir de un trozo de la Tierra que se desprendió durante una colisión violenta a principios de la historia del Sistema Solar, nuestro satélite se dio vuelta y comenzó así una etapa clave de su desarrollo. Así lo ha comprobado […]
    Pablo Javier Piacente
  • Arte rupestre de hace 2.000 años podría representar música psicodélica 9 abril, 2024
    Aunque la música psicodélica moderna no nació hasta la década de 1960, las influencias psicodélicas se pueden encontrar en el arte rupestre de hace miles de años. Grabados precolombinos en piedra, de 2.000 años de antigüedad, reflejan figuras humanas bailando en estado de trance chamánico.
    Redacción T21
  • Descubren antiguas partículas de polvo espacial provenientes de otro sistema estelar 8 abril, 2024
    Los astrónomos han descubierto una rara partícula de polvo atrapada en un antiguo meteorito extraterrestre, que fue formado por una estrella distinta a nuestro Sol. El polvo se habría originado luego de una supernova: las partículas son como "cápsulas del tiempo celestes" y proporcionan una instantánea de la vida de su estrella madre.
    Pablo Javier Piacente
  • Un lejano mundo deja ver una increíble explosión de luz en sus cielos "metálicos" 8 abril, 2024
    Utilizando datos del Telescopio Espacial CHEOPS de la Agencia Espacial Europea (ESA), cuyo centro de operaciones científicas se localiza en la Universidad de Ginebra, en Suiza, un equipo internacional de científicos logró detectar por primera vez un extraño fenómeno lumínico denominado “gloria” en un exoplaneta: el estallido de luz se apreció en WASP-76b, un mundo […]
    Pablo Javier Piacente
  • El ordenador cuántico desembarca en el mundo universitario 8 abril, 2024
    La última computadora cuántica System One de IBM se ha instalado en el Instituto Politécnico Rensselaer (RPI) en Nueva York. Es la primera máquina cuántica de IBM instalada en un campus universitario de Estados Unidos. Una revolución en el mundo académico que impulsa la formación de un ecosistema cuántico global.
    Eduardo Martínez de la Fe
  • Los cocodrilos imitan a las ballenas antes de aparearse 7 abril, 2024
    Los cocodrilos cortejan a las hembras lanzando un chorro de agua al aire, tal como hacen las ballenas cuando salen a la superficie. A ellas les encantan también los silbidos y las burbujas que les dedican sus parejas antes de aparearse. Se está elaborando un diccionario de cocodrilos.
    Redacción T21